Pep Termes, la historia y la vida
Fue el gran investigador de los movimientos obreros en Catalu?a y Espa?a
Tal vez venir al mundo en Barcelona en julio de 1936 le predestin¨®. Sin duda, fue todav¨ªa m¨¢s determinante haberlo hecho en un barrio popular, en un medio social obrero (su padre regentaba una modest¨ªsima taberna) y crecer, durante la posguerra civil, entre trabajadores a los que el franquismo no hab¨ªa conseguido extirpar ni la conciencia de clase ni una catalanidad que, a menudo, se resum¨ªa en el recuerdo mitificado de los expresidentes de la Generalitat Francesc Maci¨¤ y Lluis Companys. En todo caso, fue de ah¨ª de donde Josep Termes i Ard¨¨vol, Pep para todo el mundo, extrajo su vocaci¨®n de historiador contemporane¨ªsta. ?l mismo lo confesaba en una magn¨ªfica entrevista publicada por la revista L'Aven? hace apenas dos meses: "En el fondo, yo he hecho historia por nostalgia ambiental. Nostalgia del ambiente en que nac¨ª".
Despu¨¦s de tres a?os cursando Farmacia por aquello del primum vivere, los sucesos universitarios de 1956 lo empujaron irremisiblemente a la Facultad de Letras de la Universidad de Barcelona, y tambi¨¦n a un activismo pol¨ªtico que pronto se concret¨® en la afiliaci¨®n clandestina al PSUC, el partido comunista ortodoxo, en cuyas filas permanecer¨ªa, como militante siempre inquieto y respond¨®n, hasta 1974. Entretanto se hab¨ªa licenciado en Historia y emprendido una fecunda l¨ªnea de investigaci¨®n sobre el obrerismo libertario hisp¨¢nico, tarea de la que cabe destacar dos frutos mayores: su tesis doctoral, Anarquismo y sindicalismo en Espa?a. La Primera Internacional (1864-1881), de 1972, y el monumental (1.072 p¨¢ginas) volumen de s¨ªntesis Hist¨°ria del moviment anarquista a Espanya, 1870-1980, que lleg¨® a las librer¨ªas a principios de este verano.
No fueron esos sus ¨²nicos intereses historiogr¨¢ficos. En las postrimer¨ªas del franquismo, cuando en algunas aulas universitarias barcelonesas se escuchaba decir que el catal¨¢n era "la lengua de la burgues¨ªa", y en otras tantas salas de profesores cund¨ªan sobre el catalanismo aquellas "interpretaciones de clase" que Termes, con su mordacidad menestral, calificaba de "marxistas-lerrouxistas", ¨¦l fue el primer historiador acad¨¦mico que exhum¨® y reivindic¨® la heterogeneidad de or¨ªgenes del catalanismo y, dentro de ellos, el grosor de la veta popular. Lo hizo, entre otros textos, en Les arrels populars del catalanisme (1999) o La catalanitat obrera. La Rep¨²blica Catalana, l'Estatut de 1932 i el Moviment Obrer (2007).
Revisionista (en el buen sentido del t¨¦rmino, claro) de las visiones maniqueas sobre la Guerra Civil -aqu¨ª, es de referencia obligada su libro de 2005 Mis¨¨ria contra pobresa. Els fets de la Fatarella-, estudioso tambi¨¦n del crucial fen¨®meno de la inmigraci¨®n en la Catalu?a del siglo XX, la dimensi¨®n c¨ªvica que quiso dar a su trabajo le han valido reconocimientos como la Creu de Sant Jordi o el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes de 2006.
Pep Termes fue durante medio siglo un empedernido cliente de librer¨ªas de lance, lo que le permiti¨® acumular un fondo de m¨¢s de 20.000 libros, folletos, carteles y colecciones de prensa, formidable biblioteca que, por fortuna y por mediaci¨®n de La Caixa, pas¨® a formar parte del Museu d'Hist¨°ria de Catalunya.
Siendo como era al¨¦rgico a todos los dogmatismos y a todas las escol¨¢sticas, no puede decirse en rigor que Pep Termes haya tenido disc¨ªpulos, seguramente porque no quiso tenerlos. Ahora bien, su larga y movida trayectoria profesional por diversas universidades catalanas -la de Barcelona, la Aut¨®noma de Bellaterra que contribuy¨® a poner en marcha, otra vez la de Barcelona y, finalmente, la Pompeu Fabra- s¨ª le permiti¨® irradiar ampliamente un magisterio, o tal vez sea mejor decir una influencia historiogr¨¢fica, que ha ayudado a varias generaciones de colegas m¨¢s j¨®venes a arrumbar cors¨¦s ideol¨®gicos, a romper tab¨²es corporativos, en definitiva, a ventilar, a airear la profesi¨®n.
"Para m¨ª, historia y vida han ido muy juntas", dec¨ªa Termes en la entrevista a L'Aven? antes citada. Desaparecido cuando a¨²n pod¨ªamos esperar de ¨¦l algunos lustros m¨¢s de lucidez anal¨ªtica, persisten su obra y la gratitud de quienes hemos disfrutado de ¨¦l como director de tesis, interlocutor estimulante o amigo.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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