Inversiones millonarias de dudosa utilidad real
El Centro Pr¨ªncipe Felipe de Valencia se pens¨® para que fuese la joya de la corona de la investigaci¨®n valenciana. El complejo, financiado en un 70% por fondos europeos, se dise?¨® sin complejos. Pensado para reunir hasta un total de 350 cient¨ªficos de primera l¨ªnea especializados en biomedicina, medicina regenerativa y el dise?o de nuevos f¨¢rmacos, fue inaugurado por los Pr¨ªncipes de Asturias en marzo de 2005.
Eran a?os de bonanza, la econom¨ªa iba como un tiro, nadie reparaba en gastos y la gesti¨®n era, cuanto menos, relajada. El mismo a?o de la visita del Papa a Valencia, 2006, el director general del centro, Rub¨¦n Moreno, adjudic¨® por importe de 1,6 millones de euros -casi el mismo importe de la subvenci¨®n perdida del Ministerio con el que ahora se justifica la reconversi¨®n del centro- un contrato de material para ampliar el animalario a la empresa Biosis Biologic Systems. Los 1,6 millones de euros (266 millones de las antiguas pesetas) se destinaron, seg¨²n el pliego, a comprar jaulas y mecanismos para ratas y ratones. Personal del centro, que quiere mantener el anonimato para evitar represalias, asegura que en los almacenes existen centenares de jaulas embaladas, buena parte de ellas de mayor tama?o, capaces de albergar perros. Lo que no deja de ser sorprendente, porque la mayor¨ªa de animales con los que se experimenta son ratas y ratones (hay m¨¢s de 3.000). En todos los a?os de funcionamiento, apenas hay constancia de unos pocos experimentos con animales de gran tama?o, como simios y cerdos que no justificar¨ªan la existencia del citado material.
Otra de las inversiones cuestionadas por el personal investigador del Centro Pr¨ªncipe Felipe es la construcci¨®n de cuatro salas blancas -unas instalaciones tecnol¨®gicamente avanzadas para lograr unas condiciones de experimentaci¨®n muy precisas- que ocupan cerca de 300 metros cuadrados y cuya instalaci¨®n cost¨® cerca de 1,5 millones de euros. Las salas blancas fueron presentadas como las mayores de Europa por el Consell que presid¨ªa Francisco Camps. El gasto millonario no se ha rentabilizado nunca. La excoordinadora de Medicina Regenerativa, Deborah Burks, reconoci¨® que las salas blancas no se han podido usar porque carecen de certificaci¨®n y ning¨²n proyecto cient¨ªfico ha solicitado las mismas. "No est¨¢n homologadas", dijo Burks, que a?adi¨®: "una sola sala blanca hubiese sido m¨¢s que suficiente para las necesidades del centro".
En una situaci¨®n similar se hallan los dos quir¨®fanos inteligentes, activados por voz, ubicados en los s¨®tanos del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe. Tan bajo es el nivel de uso de las citadas instalaciones que fuentes del centro explicaron que se ha planteado la posibilidad de rentabilizar el uso de los mismos. Una posibilidad que podr¨ªa incluir el alquiler de los quir¨®fanos para impartir cursos de cirug¨ªa a m¨¦dicos.
El consejero de Sanidad, Luis Rosado, asegur¨® que todas las instalaciones del centro de investigaci¨®n han tenido uso, pero eludi¨® opinar sobre la gesti¨®n que han realizado los responsables de la administraci¨®n del Pr¨ªncipe Felipe. "La Fundaci¨®n del Centro Pr¨ªncipe Felipe es privada y no podemos intervenir m¨¢s que como miembros del patronato", insisti¨®, pese a que la Generalitat aporta la pr¨¢ctica totalidad del dinero para el funcionamiento ordinario. Rosado explic¨® que, adem¨¢s, hace un a?o se cre¨® la figura del gerente "que es la que da cuenta al patronato [que preside el consejero]". Este peri¨®dico intent¨®, sin ¨¦xito, recabar la opini¨®n del director general del centro, Rub¨¦n Moreno.
Sin embargo, los casos en los que la gesti¨®n realizada ha sido objeto de pol¨¦mica no acaban ah¨ª. Uno de los casos m¨¢s sangrantes son los seis contratos firmados para poner en funcionamiento un programa inform¨¢tico de gesti¨®n econ¨®mica.
En septiembre de 2008, el director general del CIPF adjudic¨® por importe de 113.700 euros sin IVA un contrato a la firma Abast para poner en marcha una aplicaci¨®n inform¨¢tica que integrase toda la gesti¨®n econ¨®mica y financiera de la instituci¨®n. El contrato se ampli¨® con otros cuatro compromisos adicionales: uno de 6.000 euros para formar a un coordinador del centro de investigaci¨®n, un tercer contrato por tareas de consultor¨ªa y desarrollo de una parte del programa, de 42.600 euros; un cuarto de 12.000 euros por 248 horas de formaci¨®n, y un quinto por servicios de adaptaci¨®n del sistema valorado en 53.000 euros.
Las justificaciones de las ampliaciones del contrato llegan a ser sorprendentes. La m¨¢s llamativa es la decisi¨®n de gastar otros 12.000 euros en formaci¨®n del personal para utilizar la aplicaci¨®n inform¨¢tica porque inicialmente el CIPF hab¨ªa reclamado a Abast que se entrenase a una ¨²nica persona. El problema es que esta abandon¨® el centro de investigaci¨®n tras ser formada. Una situaci¨®n "imprevisible", seg¨²n las fuentes de la direcci¨®n, que oblig¨® a contratar otras 248 horas de formaci¨®n adicionales para los usuarios de las aplicaciones.
Pese a ello, los 227.300 euros gastados entre 2008 y 2010 no sirvieron para nada. En marzo de este a?o, la direcci¨®n del centro adjudic¨® un nuevo concurso con el mismo objetivo. La adjudicataria, la firma Tecnocom Telecomunicaciones y Energ¨ªa, logr¨® la contrata por un importe de 101.650 euros, sin que conste que la nueva aplicaci¨®n inform¨¢tica este ya a pleno rendimiento.
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