El Bar?a se echa la siesta
Los azulgrana, con dos goles de ventaja, se quedan sin juego ni poder de reacci¨®n ante la Real
El Barcelona se durmi¨® a deshora, no le son¨® el despertador mientras se echaba una relajante siesta en una tarde primaveral y se dej¨® dos puntos en Anoeta. La jornada ten¨ªa trampa y los azulgrana no se dieron cuenta para suerte de la Real, generosa para bien y para mal, muy vitalista. El equipo donostiarra igual¨® en un abrir y cerrar de ojos los dos goles que tambi¨¦n hab¨ªa encajado sin pesta?ear en 60 segundos. Los tantos fueron tan r¨¢pidos que despistaron a unos y otros. Tambi¨¦n, al Bar?a, incapaz de cerrar un partido sin mucha trama con una ventaja de 0-2.
El encuentro parec¨ªa tan f¨¢cil para los barcelonistas que hubo quien incluso se atrevi¨® a pronosticar que habr¨ªa algunos en los que se pagar¨ªan m¨¢s las apuestas por acertar el equipo titular azulgrana que el resultado. Pero el f¨²tbol no admite bromas, y menos en encuentros especialmente peligrosos, que llegan en mala hora y mal momento para los grandes, sobre todo porque se presentan mansos, generalmente en septiembre, en jornadas afectadas por el virus FIFA, algo que afecta a las alineaciones.
REAL SOCIEDAD 2 - BARCELONA 2
Real Sociedad: Bravo; Estrada, Demidov, ??igo Mart¨ªnez, La Bella; Illaratamendi, Mariga (Aranburu, m. 79); Xabi Prieto (Cadamuro, m. 69), Zurutuza, Griezmann y Agirretxe (Vela, m. 79). No utilizados: Zubikarai; Mikel Gonz¨¢lez, Ifran y Rub¨¦n Pardo.
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Busquets, Font¨¢s (Iniesta, m. 79), Adriano; Keita, Thiago (Messi, m. 62), Xavi; Pedro, Alexis (Villa, m. 31) y Cesc. No utilizados: Pinto; Puyol, Mascherano y Abidal.
Goles: 0-1. M. 10 Xavi. 0-2. M. 11. Cesc. 1-2. M. 59. Agirretxe. 2-2. M. 61. Griezmann.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® a Zurutuza, Cadamuro y Messi.
Unos 30.000 espectadores en Anoeta.
Guardiola dej¨® a Messi y Villa de suplentes y puso a Font¨¤s y Busquets de centrales
A Guardiola se le escrutar¨¢ m¨¢s que nunca en cada partido porque cuenta con un plantel tan mejorado respecto a a?os anteriores que cualquiera de sus formaciones provocar¨¢ un debate nacional. Ayer, despu¨¦s del par¨®n inicial del campeonato, dispuso un equipo de entretiempo, rebajado respecto al triunfal pasado reciente, presidido por las dos Supercopas, y condicionado por un futuro inmediato que contempla la visita del Milan el martes al Camp Nou en la Champions. Hab¨ªa ch¨¢chara en la tribuna de Anoeta mientras se calentaba la Real.
Afrontar un encuentro sin Messi ni Iniesta, santo y se?a del equipo, parec¨ªa una frivolidad, una temeridad, una concesi¨®n gratuita o una dificultad a?adida que no ven¨ªa a cuento en tiempos de bonanza y excedente de efectivos. Ocurre que el t¨¦cnico no quiere perder a ning¨²n futbolista, tampoco a Font¨¤s, y aspira a convertir a Cesc en el rey del cotarro, un jugador capaz de ejercer de Messi por su llegada, pase y gol. Los movimientos del volante y de la segunda l¨ªnea acabaron en un plis plas con la expectaci¨®n de los aficionados.
No se contagiaron inicialmente los futbolistas de la Real del vigor de su hinchada, convencida de que pod¨ªa haber partido por el once dispuesto por Guardiola. Son todav¨ªa un equipo escolar, expectantes con su nuevo entrenador, entregados a la f¨¢brica de Zubieta. Jugadores j¨®venes que no dominan del todo el nuevo texto futbol¨ªstico del franc¨¦s Montanier. Ayer cometieron de salida un error de principiantes, propio de los noveles con aspiraciones, animados por su ¨¦xito en El Molin¨®n, como tirar la l¨ªnea del fuera de juego sin presionar en la divisoria.
La defensa se pas¨® el primer cuarto mirando al linier mientras los centrocampistas del Bar?a apuntaban a Bravo. Los azulgrana ni siquiera necesitaron salir bien con el bal¨®n para alcanzar el marco. El partido se dio por resuelto en un minuto en dos jugadas calcadas: el pase interior de Cesc y la llegada de Xavi (0-1) y el toque de Xavi y el remate de Cesc (0-2) despu¨¦s de la intervenci¨®n de los punzantes Alexis y Pedro. No perdonaron los barcelonistas en sus dos entradas al ¨¢rea, zona que no se ocupa, sino que se alcanza con los volantes, indetectables para la Real.
Se despabilaron los realistas nada m¨¢s regresar de la caseta en el descanso mientras los azulgrana se tumbaban a la bartola, v¨ªctimas de una dormidera. Al igual que ocurri¨® con los barcelonistas, a los blanquiazules les bast¨® con un minuto para contar dos goles y celebrar el empate. La bota de Xabi Prieto y la de Agirrexte son una mina para la Real, igual que el talento de Griezmann, que penaliz¨® un carrusel de errores del Bar?a que comenzaron con un mal pase de Villa y que incluso le pudieron haber costado la expulsi¨®n de Busquets.
A partir de la agresividad, muy densas y juntas sus l¨ªneas, el plantel de Montanier exhibi¨® las virtudes que, al igual que los defectos, solo tienen los equipos en formaci¨®n. El entusiasmo y la chispa de la Real sacaron del partido al Bar?a, acartonado, nada l¨²cido en la elaboraci¨®n del f¨²tbol, incapaz de gobernar la contienda, nublado ante la porter¨ªa. El equipo puesto y preciso del inicio se torn¨® en un grupo desorientado y desbordado. Ni siquiera la salida de Messi y m¨¢s tarde la de Iniesta aliviaron su mec¨¢nica de juego y aumentaron su pegada.
Mejor¨® la defensa de la Real, empeor¨® el ataque del Bar?a y acab¨® el partido con empate para jolgorio de los blanquiazules y pesadumbre de los azulgrana, que ahora mismo no saben todav¨ªa c¨®mo perdieron dos puntos: estuvieron certeros cuando parec¨ªan jugar con la peor alineaci¨®n y no supieron corregirse con los genios en la cancha. Cuadrar la formaci¨®n y administrar los egos va a ser tarea dif¨ªcil para Guardiola. Puede que se le fuera la mano y el equipo no estuvo nada fino ni agresivo en el f¨²tbol. Los goles le invitaron a dar por resuelta la tarea cuando no proced¨ªa y se olvid¨® de jugar el partido, una cosa en la que es experto.
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