Fin de ciclo para un modelo de pol¨ªtica industrial
Daewoo y Epsilon, dos empresas que recibieron cuantiosas ayudas p¨²blicas y beneficios fiscales, a punto de cerrar
Daewoo es sin¨®nimo de ¨¦xito, pero ef¨ªmero y medi¨¢tico. Inmediatamente despu¨¦s significa fiasco social y laboral, y tras el anuncio de su cierre, tambi¨¦n supone el fracaso de un modelo y de un ciclo industrial impulsado por el PNV en la d¨¦cada de los 90 a base de ayudas p¨²blicas y de explotar la fiscalidad. Las cuantiosas subvenciones que recibi¨® la multinacional al final de la d¨¦cada de los 90 -unos 12 millones de euros- adem¨¢s de no generar ni el empleo ni las inversiones prometidas, pusieron a la Comisi¨®n Europea sobre la pista de unas ayudas directas y fiscales que han acabado declarando ilegales y vienen acarreando cuantiosas sanciones econ¨®micas a las diputaciones vascas.
El PNV vendi¨® en EE UU a Euskadi como nuevo refugio fiscal europeo
De 1980 a 1997 el peso de la industria en Vizcaya cay¨® del 43% al 31%
Pero, en 1996, la pel¨ªcula no parec¨ªa que fuera a tener este final. La importante inversi¨®n anunciada por los coreanos en Vitoria, en marzo de aquel a?o, de 72 millones de euros, (12.000 millones de pesetas de la ¨¦poca), fue todo un logro. La implantaci¨®n de esta multinacional coreana culmin¨® as¨ª un sue?o de los dirigentes nacionalistas, que venc¨ªan, con esa inversi¨®n estrat¨¦gica, el escaso atractivo que representaba Euskadi, sobre todo por la amenaza del terrorismo de ETA.
Atr¨¢s hab¨ªa quedado el fracaso de la implantaci¨®n de la f¨¢brica de General Motors en Amorebieta, impulsada por el embajador vasco en el mundo de las multinacionales, Jos¨¦ Ignacio L¨®pez de Arriortua, y era necesario resta?ar las heridas de la dura reconversi¨®n industrial que hab¨ªa sufrido Euskadi.
Si en 1980 el sector industrial aportaba el 43% del Producto Interior Bruto (PIB) vizca¨ªno, en 1997, seg¨²n datos del Eustat el peso de la industria hab¨ªa ca¨ªdo al 31%.
La operaci¨®n de Daewoo puso a Euskadi en el mapa y lanz¨® a los dirigentes de las Diputaciones y del Ejecutivo vasco a buscar m¨¢s multinacionales. Hab¨ªa que recuperar el tejido industrial perdido y el atractivo que se ofrec¨ªa a los potenciales inversores era la especificidad fiscal. Y se hac¨ªa sin tapujos.
Eran tiempos en los que los diputados generales vend¨ªan directamente una fiscalidad a la carta para las empresas que se instalaran en Euskadi.
Ese mismo a?o de 1996, las Diputaciones forales hab¨ªan puesto en marcha nuevas normas de incentivaci¨®n fiscal, es decir, ventajas en el Impuesto de Sociedades, que rebajaban su presi¨®n considerablemente, y en 1997 sus responsables, como el entonces diputado de Bizkaia, Josu Bergara, las publicitaron profusamente, incluso en Estados Unidos, con encuentros en en Nueva York, Chicago y Minnesota. En este ¨²ltimo estado presidi¨® unas jornadas de promoci¨®n en las que el Pa¨ªs Vasco fue presentado como "el nuevo refugio fiscal europeo".
Eran los buenos tiempos, cuando todav¨ªa, hacer un uso expansivo, y a la postre abusivo, de la fiscalidad no ten¨ªa consecuencias.
Tan solo tres a?os despu¨¦s de su implantaci¨®n en Vitoria, en 1999, el cielo se hab¨ªa convertido en un infierno y los dirigentes de Daewoo encabezaban la lista vasca de "villanos" laborales. La empresa hab¨ªa ralentizado las inversiones previstas y, v¨ªctima de una profunda crisis, vendi¨® la planta a un consorcio estadounidense. Los trabajadores hicieron la primera huelga en demanda de mejoras salariales, y las instituciones, que en su momento apoyaron de manera entusiasta la implantaci¨®n de la multinacional, empezaron a enfadarse con su modus operandi al incumplir sus previsiones de empleo y de inversi¨®n.
El expresidente de la patronal vasca Confebask, Miguel Lazpiur, reconoci¨® en una entrevista reciente a EL PA?S que la fiscalidad no es la primera preocupaci¨®n de los empresarios a la hora de tomar decisiones de expansi¨®n "aunque claro que importa".
"Ninguna empresa, ning¨²n gerente en su sano juicio pone en primera l¨ªnea de sus decisiones de implantaci¨®n la fiscalidad, salvo que sea en un para¨ªso fiscal", asegura un experto en fiscalidad. "Pero si as¨ª fuera yo desconfiar¨ªa a la hora de darle ayudas porque no conozco ning¨²n empresario que se instale en un para¨ªso fiscal para generar beneficios sociales".
Estas mismas fuentes argumentan que el cierre de la multinacional coreana, anunciado esta misma semana "aunque no se acepte el ERE de extinci¨®n", ha asegurado la empresa, certifica el fin de una determinada pol¨ªtica industrial en la que ni las ayudas p¨²blicas ni los beneficios fiscales se han convertido en factores para mejorar la competitividad. De hecho, la crisis no s¨®lo se ha llevado por delante a Daewoo, sino a Epsilon Euskadi, un experimento que s¨®lo ha sobrevivido mientras las instituciones han inyectado fondos.
"El beneficio fiscal puede ser un est¨ªmulo pero desde luego no el motor del crecimiento industrial. Quince a?os han dado de si para verificar que introducir adem¨¢s la rivalidad fiscal como modelo de diferenciaci¨®n y reafirmaci¨®n de pa¨ªs no es ni sostenible ni recomendable", declar¨® ayer un experto en Hacienda P¨²blica. De hecho, esa pol¨ªtica de "rivalidad fiscal" hizo que las comunidades aut¨®nomas del entorno fueran las que finalmente denunciaran las ayudas fiscales vascas.
El Ayuntamiento de Vitoria aprob¨® el viernes una declaraci¨®n institucional en la que se compromete a incluir una cl¨¢usula en los convenios que firme con empresas para que mantengan la producci¨®n. "La dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica internacional, complica el desarrollo de cualquier actividad productiva, pero esta coyuntura no puede servir de excusa para enmascarar decisiones para abandonar sus ra¨ªces y las ciudades que tanto les han aportado en todos los ¨¢mbitos". Vitoria se refer¨ªa tambi¨¦n a Esmaltaciones San Ignacio, la ¨²ltima empresa en echar el cierre.
Rev¨¦s tras rev¨¦s
Los incentivos que se aplicaron a Daewoo para que se instalara en Vitoria fue el cr¨¦dito fiscal del 45% para inversiones, norma que estuvo en vigor entre 1995 y 1999, y una ayuda directa del 25% de la inversi¨®n, concedida por el Gobierno vasco sin autorizaci¨®n de Bruselas.
Daewoo se comprometi¨® en 1996 a contar en tres a?os con una plantilla de 412 trabajadores y a realizar una inversi¨®n cercana a los 12.000 millones de pesetas (72 millones de euros) hasta 2002. Industria catalog¨® el proyecto como estrat¨¦gico y concedi¨® cerca de 18 millones de euros de ayudas (el citado 25% de la inversi¨®n prevista).
En noviembre de 1999, una vez finalizado el periodo para el que se concedi¨® la subvenci¨®n, las inversiones materializadas por la filial de electrodom¨¦sticos de Daewoo, Demesa, ascend¨ªan a 30 millones de euros y la plantilla era de 162 personas.
As¨ª las cosas, Industria le reclam¨® 1,8 millones en 1999 por no crear el empleo pactado. Pero el jarro de agua fr¨ªa lleg¨® en 2004 cuando el Tribunal de las Comunidades Europeas, con sede en Luxemburgo, consider¨® las ayudas a Daewoo como ayudas de Estado contrarias a las normas de competencia. Seg¨²n aquella sentencia Demesa estaba obligada a devolver a la Hacienda alavesa 3,9 millones de euros.
El fallo de la Corte de Luxemburgo anticip¨® lo que despu¨¦s fall¨® en contra de los incentivos a la inversi¨®n usados hasta 2000.
Un modelo que aisl¨® a Euskadi
El modelo de promoci¨®n industrial basado en las ayudas econ¨®micas y fiscales que impulsaron los sucesivos Gobiernos de Euskadi y de las tres Diputaciones generaron, adem¨¢s de las conocidas sentencias en contra de todos los tribunales espa?oles y europeos, una mala relaci¨®n con los vecinos de las comunidades aut¨®nomas circundantes.
Lo cierto es que el uso abusivo de las competencias en materia fiscal crearon problemas vecinales que se tradujeron en un cierto aislamiento de los ejecutivos vascos. Por una parte buscado, debido al premeditado alejamiento de Espa?a del nacionalismo gobernante en aquellas ¨¦pocas, y adem¨¢s por las regulaciones del Impuesto de Sociedades.
A Daewoo le denunci¨® en Europa la Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Electrodom¨¦sticos de L¨ªnea Blanca (ANFEL), de la que Fagor (MCC) era socio. El resto de las denuncias proced¨ªan de las comunidades lim¨ªtrofes. El enfado de La Rioja proced¨ªa de la deslocalizaci¨®n de una empresa de su territorio, Ramond¨ªn, que gracias a las ayudas que ofreci¨® ?lava acab¨® por abandonar su territorio de origen y ubicarse en el alav¨¦s.
A Ramond¨ªn se le aplic¨® un cr¨¦dito fiscal del 45% para las inversiones y las llamadas minivacaciones fiscales (reducci¨®n de la base del impuesto de sociedades del 99%, 75%, 50% y 25%, respectivamente, en los cuatro primeros a?os con beneficios de la empresa).
Muchos empresarios sostienen ahora que las empresas que tiran de Euskadi son, en su mayor¨ªa, de emprendedores vascos que han comprometido sus propiedades para sacar adelante sus proyectos. "Ayudar por ayudar es costoso para el ciudadano, hay que ayudar a quien quiere ayuda para mejorar su proyecto y rentabilizar las inversiones", citan desde el Ejecutivo.
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