Un problema resuelto a medias
Espa?a ha paralizado la b¨²squeda de un almac¨¦n para los residuos at¨®micos de alta actividad y manda a El Cabril, en C¨®rdoba, los de baja radiaci¨®n
Los residuos radiactivos son un problema resuelto a medias en Espa?a. Los de media, baja y muy baja intensidad -cuya actividad decae a la mitad en 30 a?os- se mandan a la instalaci¨®n de El Cabril, en C¨®rdoba, pero el combustible gastado de las centrales nucleares sigue sin soluci¨®n; cada central almacena el suyo. Incluso hay parte de estos residuos en Francia, los producidos durante el desmantelamiento de Vandell¨°s I, que se encuentran en el enorme complejo nuclear de Marcoule, junto al cual ayer explot¨® un horno de tratamiento de desechos de baja actividad.
Los residuos que trata El Cabril proceden en su inmensa mayor¨ªa de las nucleares espa?olas, aunque tambi¨¦n se almacenan all¨ª material m¨¦dico, restos de hospitales, de algunas industrias y de centros de investigaci¨®n. Su historia como lugar de almacenamiento comienza en 1961, cuando la Junta de Energ¨ªa Nuclear comenz¨® a llevar all¨ª bidones de residuos radiactivos para almacenarlos en una mina de uranio.
La planta francesa alberga los desechos nucleares de Vandell¨°s I
La construcci¨®n de un silo at¨®mico es cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica
Los desechos de baja y muy baja actividad pueden ser en ocasiones incinerados, bien para reducir su volumen antes del almacenamiento, bien como tratamiento definitivo. En el caso del horno accidentado en Francia se trataba de reducir el volumen de materiales met¨¢licos, como bombas y herramientas, ligeramente contaminados con is¨®topos de muy baja actividad, hasta el 10% antes de mandarlo a un almac¨¦n nuclear en Aube, al este de Francia.
Pero adem¨¢s de los residuos de baja y media actividad, el verdadero quebradero de cabeza es el de la gesti¨®n de los residuos radiactivos de alta actividad, como el combustible gastado de las centrales nucleares, radiactivos durante miles de a?os.
En los m¨¢s de 40 a?os de tecnolog¨ªa nuclear en Espa?a nadie ha encontrado una soluci¨®n al menos para los pr¨®ximos 100 a?os. A principios de los ochenta del siglo pasado, el combustible gastado de Santa Mar¨ªa de Garo?a (Burgos) se envi¨® al Reino Unido. Despu¨¦s, cuando en 1989 un incendio llev¨® al cierre a la nuclear de Vandell¨°s I (Tarragona), los desechos fueron trasladados a Francia para su tratamiento porque Espa?a carec¨ªa de una instalaci¨®n para albergarlos. Se trata de 13 metros c¨²bicos de residuos de alta actividad y 665 de media actividad. Los residuos deb¨ªan haber vuelto este a?o, pero en estas dos d¨¦cadas ning¨²n Gobierno ha sido capaz de construir un ¨²nico almac¨¦n para unificar los residuos radiactivos. Primero fue el Ejecutivo de Felipe Gonz¨¢lez, que realiz¨® estudios para construir un silo en profundidad en Salamanca y despu¨¦s el de Zapatero, que hace un a?o lanz¨® una convocatoria p¨²blica pidiendo alcaldes candidatos para recibir un almac¨¦n en superficie para los pr¨®ximos 70 a?os.
Actualmente, cada nuclear guarda sus propios residuos. La mayor¨ªa los mantiene en piscinas de combustible, permanentemente refrigeradas. Ante la saturaci¨®n de estas piscinas, la Empresa Nacional de Residuos Radictivos (Enresa) ha ido construyendo almacenes individuales en seco en Trillo y Zorita (Guadalajara) y ahora ultima uno en Asc¨® (Tarragona).
El Ministerio de Industria argument¨® que daba a Garo?a un plazo de vida hasta 2013 porque era el tiempo necesario para construir un ¨²nico almac¨¦n nuclear para sacar de all¨ª los residuos radiactivos. Pero han pasado dos a?os desde que dict¨® la orden de cierre y el proceso para elegir un emplazamiento agoniza en un caj¨®n.
El problema no es el volumen, ya que el total de residuos de alta actividad ocupar¨ªa 12.800 metros c¨²bicos (la cent¨¦sima parte del volumen del estadio Santiago Bernab¨¦u), es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica.
Las elecciones municipales y auton¨®micas del pasado 22 de mayo supusieron un respaldo para los alcaldes candidatos al almac¨¦n nuclear, ya que los principales aspirantes revalidaron sus cargos. Los pueblos pr¨®ximos a las nucleares reclaman que se vac¨ªen cuanto antes las piscinas de combustible nuclear. Alegan que el accidente de Fukushima ha demostrado la vulnerabilidad de este tipo de instalaci¨®n. Los ecologistas se oponen a la construcci¨®n de cualquier almac¨¦n hasta que no haya un calendario de cierre de las nucleares.
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