Desarme nuclear y vecinos bravucones
Hace 25 a?os, en una cumbre celebrada en Reikiavik, Islandia, el presidente estadounidense Ronald Reagan sorprendi¨® al mundo y a su hom¨®logo sovi¨¦tico, Mija¨ªl Gorbachov, al proponer la eliminaci¨®n completa y global de todas las armas nucleares. Por desgracia, el escepticismo de las altas esferas del sector de la defensa de Estados Unidos, junto con el rechazo firme de Reagan de abandonar su iniciativa de defensa estrat¨¦gica, acab¨® con esta iniciativa audaz antes de que naciera.
Fue una oportunidad que desgraciadamente se perdi¨® porque un acuerdo entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, alcanzado en lo que en esencia todav¨ªa era un sistema internacional binario, podr¨ªa haber tenido un verdadero impacto global. Aunque las reservas rusas y estadounidenses siguen representando m¨¢s del 90% de las ojivas nucleares mundiales, la meta de desarme, Global Zero, del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, est¨¢ resultando ser mucho m¨¢s dif¨ªcil de alcanzar teniendo en cuenta ahora cu¨¢nto ha cambiado el mundo desde el final de la guerra fr¨ªa.
Una zona libre de armas de destrucci¨®n masiva en Oriente Pr¨®ximo pasa por un acuerdo ¨¢rabe-israel¨ª
El estancamiento nuclear puede resolverse si los actores cambian de conducta
No solo ha aumentado el n¨²mero de Estados con capacidad nuclear, sino que la llamada "renaissance nuclear" -el renacimiento de este tipo de energ¨ªa debido a los crecientes precios del petr¨®leo y las preocupaciones por el medio ambiente- ha hecho que estas tecnolog¨ªas se usen cada vez m¨¢s. Este resurgimiento tiene importantes implicaciones para la proliferaci¨®n nuclear.
M¨¢s importante a¨²n, China, India, Pakist¨¢n, Ir¨¢n e Israel podr¨ªan no estar particularmente impresionados por los supuestos de los rusos y estadounidenses de que pueden cubrir sus necesidades de defensa con arsenales nucleares mucho menores. Por consiguiente, el desarme nuclear no solo debe centrarse en una verdadera y completa eliminaci¨®n de las reservas de las principales potencias, sino tambi¨¦n en las preocupaciones de las potencias regionales. Global Zero debe ir acompa?ado de una s¨®lida estrategia de resoluci¨®n de conflictos y creaci¨®n de confianza en puntos problem¨¢ticos como el sureste de Asia y Oriente Pr¨®ximo.
Todas las zonas libres de armas nucleares que se crearon en las ¨²ltimas d¨¦cadas -por ejemplo, en Am¨¦rica Latina, con el Tratado de Tlatelolco, o el Pac¨ªfico Sur, con el Tratado de Rarotonga- se lograron mediante acuerdos alcanzados libremente por las potencias regionales en un ambiente de confianza multilateral. Visiblemente, la Declaraci¨®n sobre la Desnuclearizaci¨®n de la pen¨ªnsula de Corea de 1992 es hasta la fecha letra muerta, debido simplemente al estado latente de guerra entre las dos Coreas.
Otro ejemplo pertinente es Oriente Pr¨®ximo. A menos que cambien significativamente para bien las condiciones en la regi¨®n, la creaci¨®n de una zona libre de armas de destrucci¨®n masiva (WMDFZ, por sus siglas en ingl¨¦s) en Oriente Pr¨®ximo -idea planteada en la Conferencia de Revisi¨®n del Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear de 2010- podr¨ªa ser una iniciativa malograda. ?C¨®mo se puede convocar una reuni¨®n para 2012 como lo estipula el documento final de dicha conferencia, "sobre la base de acuerdos alcanzados libremente por los Estados de la regi¨®n", cuando muchos de esos pa¨ªses tienen disturbios, las relaciones interestatales son tensas y crece la amenaza de un conflicto?
Oriente Pr¨®ximo ya tuvo su oportunidad y la perdi¨®; fue con el grupo de trabajo multilateral de control de armas y seguridad regional de 1992 a 1995, creadoen el contexto del proceso de paz de Madrid. Concebido como un esfuerzo de creaci¨®n de confianza y a trav¨¦s de una ruta s¨®lida de construcci¨®n de la paz, dicho grupo de trabajo (ACRS, por sus siglas en ingl¨¦s) fue interrumpido por las dificultades durante el proceso para obtenerla, debido a la insistencia de los Estados ¨¢rabes de que se abordaran las capacidades nucleares de Israel antes que cualquier otra cosa, y por la lucha subyacente por el control de la regi¨®n.
Si la conferencia de 2012 es vista como una oportunidad m¨¢s para presionar a Israel a que se adhiera al Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear (TNP) -posiblemente a cambio de que los ¨¢rabes sean parte de la Convenci¨®n de Armas Qu¨ªmicas y la Convenci¨®n sobre las Armas Biol¨®gicas-, la conferencia pronto podr¨ªa entrar en un impasse. No obstante, se obtendr¨¢ con seguridad el mismo resultado si Estados Unidos e Israel la ven como la ¨²nica forma de aislamiento y obligar a Ir¨¢n y a Siria a cumplir el TNP.
El estancamiento nuclear en Oriente Pr¨®ximo puede resolverse solo si todos los actores de la regi¨®n est¨¢n preparados para cambiar los viejos patrones de conducta. Tradicionalmente, la posici¨®n ¨¢rabe ha estado en contra de ofrecer a Israel los frutos de la paz, como el reconocimiento y las relaciones normales, antes de que haya pagado todo su precio territorial -es decir, un retiro total de los territorios ¨¢rabes ocupados y la creaci¨®n de un Estado palestino. No obstante, los Estados ¨¢rabes insisten en que, incluso antes del fin del conflicto, Israel debe renunciar unilateralmente a sus capacidades nucleares (no declaradas).
Este es un ejercicio in¨²til, no solo porque Israel nunca se desarmar¨ªa unilateralmente, sino tambi¨¦n porque es imposible participar seriamente en un di¨¢logo efectivo en cuestiones tan vitales sin relaciones interestatales normales en la regi¨®n. En efecto, el concepto de Israel de "primero paz y despu¨¦s desnuclearizaci¨®n" fue reivindicado en el tratado de paz entre Israel y Jordania en 1994, que menciona una zona libre de armas de destrucci¨®n masiva como meta "que alcanzar en el contexto de una paz global, duradera y estable".
Israel tampoco puede esperar tener lo mejor de todo el mundo -establecer como condici¨®n el desarme nuclear para una paz global, mientras que al mismo tiempo lleva a cabo una pol¨ªtica destinada a estancar dicho proceso-.
Podr¨ªa no haber una mejor f¨®rmula para avanzar hacia una zona libre de armas de destrucci¨®n masiva en Oriente Pr¨®ximo que un retorno al concepto de ACRS, mediante el que se avance en dos v¨ªas paralelas hacia una armon¨ªa global entre ¨¢rabes e israel¨ªes siguiendo la iniciativa de paz ¨¢rabe, y hacia el establecimiento de una WMDFZ en la regi¨®n. Para que funcione, los ¨¢rabes deben conceder a Israel los principales beneficios de la paz antes de que esta se haya alcanzado formalmente. Israel, por su parte, debe renovar su compromiso con la doctrina del desaparecido Isaac Rabin de que solamente un acuerdo amplio de paz en la regi¨®n puede evitar que Oriente Pr¨®ximo caiga en un caos nuclear.
Shlomo ben Ami, exministro de Asuntos Exteriores de Israel, es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz y autor de Scars of war, Wounds of peace: the israeli-arab tragedy. ? Project Syndicate, 2011. Traducci¨®n de Kena Nequiz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.