Ida y vuelta
La Vuelta a Espa?a, a Espa?a; esto no es Espa?a. Hace m¨¢s de 40 a?os, a alguien se le ocurri¨® esa frase, muy propia para una pintada en alguna pared de Euskadi en aquella ¨¦poca, y no tardaron en aparecer personas que se la tomaron al pie de la letra. En 1967, un grupo desgajado de ETA que respond¨ªa al nombre de "Grupo Aut¨®nomo", pero m¨¢s conocido como Grupo de El Cabra, en referencia a la afici¨®n de su fundador a moverse por terrenos escarpados, hizo una siembra de tachuelas al paso de la Vuelta ciclista por el alto de Sollube, cerca de Bermeo.
Cuatro d¨¦cadas y media despu¨¦s, en agosto de 2011, la Izquierda Abertzale de Vizcaya convoc¨® a los periodistas de Bilbao para informarles de la celebraci¨®n de una manifestaci¨®n contra la "imposici¨®n del espa?olismo" que a su juicio supon¨ªa que la Vuelta a Espa?a volviera a pasar por el Pa¨ªs Vasco. Pas¨® el viernes y el s¨¢bado pasados, tras 33 a?os de no pasar, y fue un gran ¨¦xito en todos los sentidos, incluyendo el de la presencia masiva de p¨²blico en los puntos clave del recorrido. Un conato de concentraci¨®n de protesta en la raya entre Cantabria y Euskadi pas¨® totalmente inadvertido entre la marea de aficionados que cubr¨ªa la carretera. Era absurdo que la Vuelta estuviera ausente de la comunidad con mayor afici¨®n al ciclismo.
Ello ven¨ªa ocurriendo desde hace m¨¢s de 30 a?os. De las tachuelas de Sollube se pas¨® a la colocaci¨®n de una bomba en Urbasa, el 9 de mayo de 1968, que estall¨® minutos antes del paso del pelot¨®n. Seg¨²n Giovanni Giacopucci, autor de una historia de ETA publicada en los a?os noventa, la acci¨®n fue obra de un sector disidente de la rama juvenil del PNV, Eusko Gaztedi (EGI), germen de un grupo que adoptar¨ªa el nombre de EGI-Batasuna y se integrar¨ªa en ETA a comienzos de los a?os setenta.
Creada la tradici¨®n y asumida por ETA como cosa propia, hubo otras actuaciones y amenazas hasta que, en 1978, la colocaci¨®n de una barricada con tablones y tachuelas al paso de la carrera por Durango oblig¨® a suspenderla. El periodico bilba¨ªno El Correo, que ven¨ªa organiz¨¢ndola desde 1955, renunci¨® a seguir haci¨¦ndolo, y la prueba no volvi¨® a pasar por Euskadi. La amenaza se extendi¨®, con un pretexto ling¨¹¨ªstico, a algunas etapas del Tour a su paso por Navarra o Gipuzkoa. Todav¨ªa en 2007, tras llamada de aviso de ETA, dos artefactos estallaron en el alto de Belagua horas antes del paso de la caravana.
En noviembre de 2009, el Parlamento vasco aprob¨®, con el voto en contra de los nacionalistas, una propuesta en favor del regreso a Euskadi de la Vuelta (y de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol). La iniciativa ha tenido el efecto de acabar con un veto (declarado por ETA y acatado por el nacionalismo) que se ha revelado de lo m¨¢s artificioso y hasta algo rid¨ªculo: los convocantes de la manifestaci¨®n contra la Vuelta tambi¨¦n citaron entre los intentos de "imposici¨®n de iniciativas y s¨ªmbolos" espa?olistas la celebraci¨®n en Bilbao de la Final de Copa de baloncesto.
Sin embargo, en v¨ªsperas de la llegada de la Vuelta, Bildu y Aralar precisaron que expresar¨ªan su rechazo a la presencia de la Vuelta a Espa?a "con responsabilidad y respeto", y que en ning¨²n caso se planteaban hacer un boicot a la carrera. Esto fue interpretado como se?al de que no habr¨ªa actuaciones violentas (ni reproches a los asistentes), lo que favoreci¨® la masiva afluencia.
Tambi¨¦n resulta muy artificioso el rechazo a la presencia en Euskadi de la selecci¨®n de f¨²tbol, sin otro argumento que el consabido "esto no es Espa?a". No puede decirse que obedezca a una tradici¨®n ancestral, porque 12 de los 18 componentes de la primera selecci¨®n espa?ola de la historia, la de la Olimpiada de Amberes (1920), eran vascos; y en San Mam¨¦s se disput¨®, el 9 de octubre de 1921, contra B¨¦lgica (resultado: 1-0, gol de Patricio) el primer partido jugado por la selecci¨®n en Espa?a (el segundo lo fue en Madrid y el tercero en San Sebasti¨¢n). Sigui¨® habiendo partidos de la selecci¨®n en tierra vasca, al menos uno por d¨¦cada, hasta el celebrado el 31 de mayo de 1967 en San Mam¨¦s contra Turqu¨ªa (2-0, con Ir¨ªbar de portero). Poco despu¨¦s de la aprobaci¨®n por el Parlamento vasco de la iniciativa de acabar con el veto vigente desde entonces, el Barakaldo Club de F¨²tbol ofreci¨® el campo de Lasesarre para un partido de La Roja. De lo vivido estos d¨ªas con el regreso de la Vuelta cabe extraer algunas conclusiones: 1) Como esas manifestaciones en las que la consigna central obedece m¨¢s a la necesidad de hacer rimar las palabras que al objetivo invocado, la impostada tradici¨®n de boicotear la Vuelta naci¨® de una frase ocurrente que ETA hizo suya. 2) En ausencia de datos que muestren una real opresi¨®n o imposici¨®n, se inventan y magnifican ofensas imaginarias calificadas de "violencia simb¨®lica". 3) El efecto de esa impostura sobre la poblaci¨®n dura lo que dure la amenaza de ETA.
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