Bolivia: ind¨ªgenas contra ind¨ªgenas
La construcci¨®n de una carretera que parte en dos un parque natural enfrenta a sus habitantes con el presidente del pa¨ªs andino. En su d¨ªa, Evo Morales aprob¨® la defensa de la madre tierra en la Constituci¨®n
M¨¢s de 1.500 ind¨ªgenas marchan hace varios d¨ªas buscando las alturas. Se han congregado decididos a defender el territorio ancestral que habitan, que es adem¨¢s un parque nacional en medio del gigantesco territorio amaz¨®nico sudamericano.
?Por qu¨¦ marchan? La raz¨®n es simple: el Gobierno ha decidido construir una carretera que, de hacerse, partir¨¢ en dos ese parque nacional y su tierra comunitaria de origen.
Parece ser una m¨¢s de las innumerables tensiones que se viven en el mundo entre las prioridades desarrollistas de algunos Estados y el derecho de los pueblos ind¨ªgenas sobre sus tierras. Pero no, este episodio tiene caracter¨ªsticas muy particulares.
La amarga iron¨ªa para los marchistas, que han reunido a casi una treintena de representantes de las naciones y pueblos ind¨ªgenas de Bolivia, es que su presidente se llama Evo Morales Ayma, ind¨ªgena aymara. Morales, merced a la nueva Constituci¨®n aprobada en su gesti¨®n, ha cambiado el nombre del pa¨ªs, que de Rep¨²blica de Bolivia ha pasado a llamarse Estado Plurinacional de Bolivia, conformado por 36 naciones y pueblos ind¨ªgenas, la gran mayor¨ªa naturales de las tierras bajas al norte, oriente y sur del pa¨ªs. Esto conlleva el reconocimiento de 36 lenguas oficiales adem¨¢s del castellano.
El art¨ªculo 30 de la Carta Magna especifica el derecho a ser consultados obligatoriamente
Un banco estatal y una empresa brasile?a tienen la llave y el candado del proyecto
En la ¨²ltima Cumbre de Canc¨²n sobre el cambio clim¨¢tico de 2010, Bolivia fue el ¨²nico pa¨ªs del mundo que se opuso al documento final, argumentando que era demasiado d¨¦bil y que no mostraba una verdadera decisi¨®n de defender la madre tierra (pachamama en aymara). En ese contexto, el Gobierno boliviano ha hecho una cuesti¨®n de fe de la difusi¨®n del "vivir bien" (suma k'ama?a) que, seg¨²n subraya, se basa en la relaci¨®n arm¨®nica entre el ser humano y la naturaleza, filosof¨ªa ind¨ªgena prehisp¨¢nica en la que incluso los derechos de la tierra -seg¨²n su lectura- son m¨¢s importantes que los derechos humanos. Por otra parte, ha insistido muchas veces en que esa filosof¨ªa salvar¨¢ a la humanidad como la ¨²nica respuesta posible al consumismo y la explotaci¨®n individualista de la tierra de la que es responsable Occidente.
Es bueno recordar que el Gobierno de Morales, a pesar de haber sufrido en lo que va de 2011 una pronunciada baja de popularidad, tiene en frente a una d¨¦bil oposici¨®n pol¨ªtica despu¨¦s de haber doblegado a las poderosas ¨¦lites econ¨®micas lideradas por empresarios agroindustriales de Santa Cruz (2008). Pero ciertamente nunca estuvo en la ecuaci¨®n del presidente que se le abriera un flanco opositor en su seno, cuando la gran mayor¨ªa de los pueblos ind¨ªgenas marchan opuestos a una de sus iniciativas. El mandatario que siendo sindicalista condujo combativas marchas a La Paz en defensa de la coca, es hoy interpelado por los pueblos ind¨ªgenas de los llanos que le exigen que cumpla la Constituci¨®n que promovi¨® y promulg¨®, que respete los derechos ind¨ªgenas que esta consagra y que respete la obligaci¨®n de hacer una consulta a las comunidades afectadas por su proyecto caminero.
Los ambientalistas, por su parte, critican la decisi¨®n arbitraria y desafiante del Gobierno, que insiste en que la carretera se har¨¢ "s¨ª o s¨ª", contradiciendo la esencia de su discurso indigenista y radical en defensa del medio ambiente. A su vez, algunos economistas subrayan que el proyecto revela un esp¨ªritu de desarrollismo anacr¨®nico, basado en la vieja premisa de que una carretera es por definici¨®n sin¨®nimo de progreso.
El Parque Nacional y TCO ind¨ªgena Isiboro-S¨¦cure (por el nombre de los r¨ªos que lo delimitan), conocido como TIPNIS, es un territorio que abarca casi 1.100.000 hect¨¢reas, parte del territorio en el que, al pie de la gran cordillera andina, nace la Amazonia boliviana. Est¨¢ situado casi en el centro del pa¨ªs, en los departamentos de Cochabamba y el Beni. En ¨¦l habitan los pueblos Yuracar¨¦, Chim¨¢n y Moje?o, comunidades que suman alrededor de 90.000 personas. Morales quiere construir all¨ª una carretera de 306 kil¨®metros a un costo de 415 millones de d¨®lares, cuyo objetivo es, dividiendo en dos el parque y los territorios ind¨ªgenas, unir las poblaciones de Villa Tunari en Cochabamba (al sur) y San Ignacio de Mojos en Beni (al norte).
La Constituci¨®n boliviana es muy clara en una situaci¨®n como la planteada. El art¨ªculo 2 les otorga a las naciones y pueblos ind¨ªgenas el derecho a la autonom¨ªa, al autogobierno y a la consolidaci¨®n de sus entidades territoriales. El art¨ªculo 30 especifica su derecho a ser consultados de manera obligatoria cuando el Estado toma decisiones que afectan a sus territorios. El art¨ªculo 347 reza: "El Estado y la sociedad promover¨¢n la mitigaci¨®n de los efectos nocivos al medio ambiente, y de los pasivos ambientales. Se declara la responsabilidad por los da?os ambientales hist¨®ricos y la imprescriptibilidad de los delitos ambientales".
?Por qu¨¦ las incongruencias tan gigantescas ante estas reglas? La explicaci¨®n es menos dif¨ªcil de lo que parece. Uno de los ejes de la producci¨®n de coca en Bolivia est¨¢ en el Chapare colindante con el TIPNIS, que comenz¨® a ser invadido hace algunos a?os por cultivos de la hoja a¨²n en peque?a escala que con el nuevo camino podr¨ªan expandirse. Morales forj¨® all¨ª su liderazgo pol¨ªtico como secretario ejecutivo -cargo que a¨²n ocupa- de las federaciones de productores de coca. Es su base social y pol¨ªtica m¨¢s dura. Por otra parte, la presi¨®n en la zona por parte de migrantes ind¨ªgenas andinos aymaras y quechuas es incesante. El proyecto ind¨ªgena del Gobierno se apoya en la fuerza de los originarios andinos (91% del total de los ind¨ªgenas de Bolivia) que controlan los hilos del poder gubernamental. El razonamiento de estos colonizadores del siglo XXI es muy simple: "Queremos la carretera para la habilitaci¨®n y otorgaci¨®n de tierras agr¨ªcolas en nuestro favor". "?Por qu¨¦ -razonan los andinos- unos pocos miles de hermanos de los llanos tienen tierras comunitarias de cientos de miles de hect¨¢reas, y a nosotros nos niegan unas pocas hect¨¢reas (de propiedad individual) en un espacio tan grande?".
Especialistas ambientales no solo afirman que la carretera provocar¨¢ da?os irreversibles a uno de los parques nacionales m¨¢s emblem¨¢ticos, sino que saben que sentar¨ªa un precedente que puede ser terrible para el futuro de los parques de Bolivia, una de las naciones que cuenta con mayor biodiversidad en el mundo.
Detr¨¢s de este incre¨ªble escenario de enfrentamiento de ind¨ªgenas contra ind¨ªgenas en el primer Estado Plurinacional de Am¨¦rica est¨¢ un jugador poderoso, Brasil. Su banco estatal de desarrollo y la empresa OAS, constructora brasile?a, tienen la llave y el candado del proyecto. El 80% del financiamiento de la carretera viene del Brasil. Tal es la importancia del tema que el expresidente Lula estuvo en Santa Cruz en los d¨ªas en que comenz¨® el conflicto, y en Brasilia ya se han prendido las alarmas. El tema, que ha cobrado repercusi¨®n internacional, desaf¨ªa a la presidenta Rousseff en dos dimensiones. La cada vez m¨¢s compleja relaci¨®n bilateral por la incidencia de la droga originada en Bolivia con destino a Brasil y la vocaci¨®n ambientalista de un Gobierno que sabe muy bien de conflictos de esa naturaleza en su propio territorio, y que tiene adem¨¢s la intenci¨®n de construir tres grandes presas hidroel¨¦ctricas en el r¨ªo Madera (una de ellas en territorio boliviano), en el que desemboca toda la gran cuenca amaz¨®ni-ca de Bolivia.
Los ind¨ªgenas que marchan en defensa del TIPNIS y exigen que la nueva carretera, en vez de cortar el parque como un pastel, lo bordee, cuestionan la ret¨®rica del Gobierno del presidente Morales, lo desaf¨ªan a responder sobre su verdadera concepci¨®n del desarrollo, y a demostrar si gobierna defendiendo y promoviendo los derechos de todos los ind¨ªgenas, o es, por el contrario, el l¨ªder excluyente de los ind¨ªgenas de las alturas que lo entronizaron en 2006 en una impactante ceremonia en Tiwanaku, s¨ªmbolo del poder de un imperio preinca que no conoc¨ªa la existencia del gigantesco Amazonas.
Morales puede derrotar a los ind¨ªgenas y hacer la carretera por donde quiere, o ceder y construirla sin afectar el TIPNIS. Pero la herida est¨¢ ya abierta y es profunda.
Carlos D. Mesa Gisbert fue presidente de la Rep¨²blica de Bolivia.
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