Noche en los vi?edos

Ma?ana, domingo, se celebra la Fiesta de la Vendimia en la Rioja Alavesa. Qu¨¦ mejor ocasi¨®n para alojarse en un hotel bodega y seguir de cerca las evoluciones de la cosecha 2011, que se antoja ub¨¦rrima seg¨²n el Consejo Regulador de la Denominaci¨®n de Origen.

Cerca de Laguardia, en el altozano de P¨¢ganos, junto a la carretera, encontramos un excelente punto de observaci¨®n en la heredad de Victorino Eguren, en pie desde 1870, con 130 hect¨¢reas de vi?edo y, desde hace unos meses, un hotelito de 21 habitaciones con dos vistas superlativas. Una, desde los dormitorios y el comedor, hacia el vi?edo, ordenado con precisi¨®n cartesiana, como si fuera el decorado de la pel¨ªcula Entre copas. Otra, desde los pasillos, a trav¨¦s de grandes cristaleras, a la bodega, donde reposa la cosecha m¨¢s reciente de Heredad Ugarte, que se paladea sin recato en la cena en el hotel.

Esa complicidad entre las habitaciones y las barricas, entre el hu¨¦sped y el vino, es la raz¨®n del viaje hasta aqu¨ª. Y, por ende, del emprendimiento hotelero que los Eguren proponen en la secuencia alojamiento-gastronom¨ªa-vi?edo-paisaje. Y en tiempo de vendimia es hora de hacer enoturismo.

Moderno por dentro, t¨®pico hist¨®rico fuera, el edificio tiene cinco plantas. La recepci¨®n se encuentra en la cuarta. A los dormitorios se baja (planta 3, 2...) hasta la base de la bodega, donde aparece la sala de catas y, a¨²n m¨¢s abajo, los salones de reuniones, con salida al vi?edo entre residuos de reuniones anteriores. Todo muy desordenado. Est¨¢ claro que falta personal y que el existente cumple con eficiencia, pero se muestra distante con el hu¨¦sped. Las atenciones al vino son prioritarias. Tanto, que la oferta de desayunos en este lugar te¨®ricamente relacionado con la gastronom¨ªa es... p¨¦sima.

M¨¢s que por sus detalles, las habitaciones seducen por sus vistas al verde. Es un espect¨¢culo seguir las evoluciones de los hombres y las m¨¢quinas en tiempo de vendimia. No menos llamativas son las operaciones en el interior de la bodega. Incordia, eso s¨ª, el sistema autom¨¢tico por detector de presencia en los pasillos: deber¨ªan mantenerse en penumbra por respeto al vino y sus liturgias. El ba?o resulta algo apretado, pese a la gran ventana que lo proyecta hacia el vi?edo. Los cosm¨¦ticos primigenios, marca Korres, han sido sustituidos por otros de inferior calidad. La ducha es un cub¨ªculo que se estrecha por haberle incrustado una simp¨¢tica banqueta de obra. Pero el resto ofrece un tama?o bien aceptable, en tonos luminosos con tabiques repintados en burdeos. Tambi¨¦n de color burdeos es el cabecero de cuero, en sinton¨ªa con la m¨²sica del vino. Sobre la mesilla, un libro dedicado a la historia de la bodega y su fundador. Despu¨¦s de una estancia aqu¨ª durante la vendimia, ?qui¨¦n no sue?a con poseer una bodega?