Dos loros y Crist¨®bal Col¨®n
Un paseo por el r¨ªo de los Leprosos y otro siguiendo el Camino Portugu¨¦s. Degustar tapas y mejillones o bailar toda la noche. La ciudad gallega tiene planes y leyendas para todos los gustos
Dicen que antiguamente se pod¨ªa cruzar Pontevedra sin mojarse por la lluvia gallega, caminando al resguardo de los soportales. Hoy en d¨ªa, muchos de ellos han desaparecido o han sido integrados en los edificios, pero, por lo dem¨¢s, el centro hist¨®rico permanece perfectamente conservado. Aqu¨ª la piedra vibra y cuenta leyendas. Y sin ir muy lejos, la r¨ªa, la playa y el verde.
10.00 Un vecino descubridor
Es posible empezar a conocer Pontevedra de fuera hacia dentro. Su r¨ªa est¨¢ salpicada de playas; las de Bueu son notablemente paradis¨ªacas, sin olvidar Sanxenxo, m¨¢s tur¨ªstico, y O Grove. M¨¢s cerca, uno puede pasear por una ruta ecol¨®gica que se adentra en la ciudad, siguiendo el melanc¨®lico cauce del r¨ªo dos Gafos (de los Leprosos), donde lavaban las lavanderas. Pero el gran r¨ªo de Pontevedra es el L¨¦rez, aunque respira cierta nostalgia de los tiempos en los que el puerto de Pontevedra estaba en auge. Se dice que la nao Santa Mar¨ªa de Crist¨®bal Col¨®n se construy¨® aqu¨ª. Hay incluso quien dice que el genov¨¦s, en realidad, naci¨® en Pontevedra.
A finales del siglo XVI, el r¨ªo perdi¨® calado por sedimentaci¨®n y la ciudad perdi¨® parte de su esplendor. Ahora los pontevedreses, excepto por un peque?o puerto deportivo, viven de espaldas al r¨ªo. Rodeado de tr¨¢fico y edificios impersonales, solo destaca el moderno puente de los Tirantes (1). Eso s¨ª, r¨ªo arriba se encuentra la Isla de las Esculturas (2), donde hay obras de diferentes artistas internacionales integradas en 70.000 metros cuadrados de paisaje.
12.00 Piratas y esperpentos
El casco antiguo est¨¢ lleno de historia y de historias, como demuestran las m¨¢s de ochenta casas blasonadas que uno encuentra a su paso. Hay una figura legendaria en la ciudad: su mascota, el loro Ravachol. Viv¨ªa en la farmacia de Don Perfecto Feijoo, donde hablaba (y vigilaba) a los clientes. Cuando muri¨® toda la ciudad le rindi¨® honores y hoy en d¨ªa, en Carnaval, en vez de enterrar a la sardina, entierran al loro. Tiene una estatua en la plaza de la Peregrina (3), cerca de la plaza de la Herrer¨ªa (que fue una de las primeras iluminadas con luz el¨¦ctrica en Espa?a, all¨¢ por 1888). El loro Vico, apostado en la calle Sarmiento, es su sucesor natural. Si est¨¢ de buenas le dirigir¨¢ unas palabras (aunque no se sabe si amables). No lejos de Vico, en la plaza de M¨¦ndez N¨²?ez (que albergaba tertulias de escritores) camina muy quieta la estatua de don Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n (4), a tama?o natural (algo menudo) y sin el brazo que ¨¦l dec¨ªa que le hab¨ªa comido un tigre (lo perdi¨®, en realidad, en una pelea). El dramaturgo naci¨® en Villagarc¨ªa de Arousa, pero vivi¨® parte de su vida en Pontevedra, su casa estaba en la plaza de las Cinco Calles, zona de bares y restaurantes. Ah¨ª est¨¢ la tienda sesentera Carnaby (5) (Isabel II, 18), donde comprar trajes de sastre y todo tipo de parafernalia sixties. Otras tiendas enrolladas son Playground Store (6) (San Rom¨¢n, 10), dedicada a ropa y accesorios de skate, o El Armario de Audrey (7) (San Rom¨¢n, 21), donde despachan vestidos de aire vintage.
Hay m¨¢s personajes: otro notable es el pirata Benito Soto, capit¨¢n del Burla Negra, "el m¨¢s cruel e ind¨®mito de los piratas", a pesar del nombre, que dicen guardaba un tesoro en su casa, la Casa de las Campanas - H (Don Filiberto, 9-11). Es el edificio civil m¨¢s antiguo de la ciudad, ha sido reformado y hoy son dependencias universitarias. Sin embargo, del bot¨ªn nunca se ha sabido nada. Cuentan los pontevedreses que cada vez que un vecino hac¨ªa actos de ostentaci¨®n pecuniaria, se pensaba que hab¨ªa encontrado el tesoro.
14.00 La r¨ªa sobre el plato
El men¨² de R¨ªa es abundante y est¨¢ elaborado con los mejores productos del mar y la tierra pontevedresa. Sale a 35 euros y lo ofrecen seis restaurantes de la ciudad: Allo e Aceite (9) (Nova de Arriba, 7; 986 20 35 87), Banasteria (10) (Xeneral Martitegui, 4; 986 10 69 37), Cafet¨ªn (11) (Alameda, s/n; 986 84 78 73); A Casa da Oliva (12) (Oliva, 19; 986 10 49 96), E Irado da Le?a (13) (plaza de la Le?a, 3; 986 86 02 25) y Cinco Puertas (14) (Santamar¨ªa, 8; 986 85 19 48).
Saltando el r¨ªo, en el Poio, est¨¢ Casa Solla (15) (Sineiro, 5; 986 87 28 84) con una estrella Michelin, que mezcla tradici¨®n con aderezos de modernidad. Otra opci¨®n es el parador nacional (16) (Bar¨®n, 19; 986 85 58 00) en el que fuera se?orial palacio de los Condes de Maceda.
16.00 La guerra de Troya y el Camino
M¨¢s historias para hacer la digesti¨®n: la de Teucro, el h¨¦roe griego que, seg¨²n la leyenda, volvi¨® de la guerra de Troya y fund¨® la ciudad. Su estatua sujetando un le¨®n (el de las 12 pruebas de H¨¦rcules) est¨¢ ante la iglesia de la Peregrina, cuya planta tiene forma de concha de vieira, s¨ªmbolo de los peregrinos. Por aqu¨ª pasa el Camino Portugu¨¦s hacia Santiago. Vieiras doradas por el suelo indican la ruta. A modo de catedral, Pontevedra tiene la real bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa la Mayor (17), construida por el gremio de mareantes. En la zona, las rom¨¢nticas ruinas del convento de Santo Domingo; de noche, la iluminaci¨®n le dan un aire misterioso.
18.00 Munici¨®n de catapulta
Seis edificios (uno a¨²n en construcci¨®n) son necesarios para albergar todo el material del Museo Provincial (18) (Pasanter¨ªa, 10; www.museo.depo.es). Guarda una gran colecci¨®n de plater¨ªa, con 650 piezas recolectadas en los confines del mundo, otra notoria colecci¨®n de orfebrer¨ªa gallega en azabache y una m¨¢s de cer¨¢mica de Sargadelos. Tambi¨¦n es curiosa la reproducci¨®n del despacho del almirante M¨¦ndez N¨²?ez y sala de mando de la fragata Numancia. Las Torres Arzobispales (19) son otra visita a tener en cuenta: en 2008, en unas obras bajo la avenida de Santa Mar¨ªa se hallaron estas edificaciones, residencia palaciega del arzobispo, adem¨¢s de grandes rocas que fueron munici¨®n de las catapultas que atacaban la ciudad.
21.00 Plazas y tapas
Los pontevedreses son aut¨¦nticos fan¨¢ticos del tapeo y las terrazas. Las sillas, mesas y toldos son todos iguales para dar uniformidad al cuidado centro urbano. Lo mejor es dirigirse a la plaza de la Le?a o de la Verdura - (donde antes se comerciaba con estos productos) o a la zona de las Cinco Calles. ?Qu¨¦ comer? Mejillones en todas sus variantes (vinagreta, al vapor, picantes...), pimientos de Padr¨®n, camarones, sardina a la brasa sobre pan gallego, y as¨ª hasta el infinito (o hasta el fondo del mar).
23.00 C¨®ctel de rock
Despu¨¦s de cenar comienza el meneo en la cocteler¨ªa Hama (20) (Palma, 9), entre modernay ex¨®tica, donde ofrecen combinados a ritmo de jazz y rhythm and blues. El bar Psycho (21) (Arzobispo Malvar, 14) es un refugio para almas rockeras: calaveras, leopardo, futbol¨ªn, rock, cerveza y ambiente familiar donde en ocasiones se proyecta cine o se dan conciertos. Para quienes se resisten a irse a la cama, lo que m¨¢s dura en la profundidad de la noche es Karma (22) (Riestra, 34), que adem¨¢s es la sala de conciertos m¨¢s notoria de Pontevedra, por la que ha pasado buena parte del indie patrio. Afuera, en la noche, la piedra silenciosa sigue observando el paso del tiempo.
![De izquierda a derecha, el campanario de la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa la Mayor en Pontevedra, un bar del casco antiguo y la escultura de Valle-Incl¨¢n en la plaza de M¨¦ndez N¨²?ez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FFXGDB36TNYYJ3HKXRQ5H5CEEI.jpg?auth=06a044e4017e4632a9748bec09b355f8a21b446da76e41f6d2abb3e31f12ee62&width=414)
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![Sergio C. Fanjul](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F7a9aca29-6268-4989-a7e4-1536610495c4.png?auth=7050b87eef2ddac3948587d7c985e761f21b140c84083d72b7d2e1555ec73366&width=100&height=100&smart=true)