El PP se enreda en el agravio
Los alcaldes Zoido y De la Torre chocan por la capitalidad de Sevilla
Cuando las banderas del agravio entre las ciudades las agitan partidos rivales (fundamentalmente, hacia Sevilla), la competici¨®n suele funcionar electoralmente muy bien en cada una de las plazas, raz¨®n por la que los alcaldes no han escatimado ardor a la hora de abrazar la causa. Pero si quienes polemizan militan en las mismas filas, la cosa se complica y puede desembocar en fisura. Es lo que le est¨¢ pasando ahora al PP. Desde el 22 de mayo aglutina el poder de las ocho capitales andaluzas, de modo que la refriega localista, se coja por donde se coja, termina sin remedio por perjudicar al partido. Dicho de otra manera: la guerra es siempre contra s¨ª mismo.
Se acaba de ver con Juan Ignacio Zoido y Francisco de la Torre, a la saz¨®n, regidores de Sevilla y M¨¢laga. El primero resucit¨® hace unos d¨ªas la vieja aspiraci¨®n de contar con una ley de capitalidad que suponga mayor financiaci¨®n. El argumento -defendido por su antecesor, el socialista Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn- es que la condici¨®n de capital auton¨®mica le cuesta dinero y quiere compensaciones, pues presta servicios a una poblaci¨®n flotante muy superior al censo real. La distinci¨®n la tienen ya ciudades como Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca o Santiago de Compostela.
El regidor de M¨¢laga arremete contra la reivindicaci¨®n a la Junta del sevillano
Lo incluy¨® en una larga carta que le envi¨® el d¨ªa 6 de este mes a Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n con otras 15 exigencias m¨¢s, un gesto que forma parte del cerco que las huestes municipales del PP levantan al socialista para ayudar a Javier Arenas a entrar con fuerza en San Telmo. De hecho, la reivindicaci¨®n pr¨¢cticamente se perd¨ªa en la mara?a de reclamaciones de un extenso cat¨¢logo y apenas tuvo eco en Sevilla.
Pero para De la Torre no ha pasado inadvertida. Con un beligerante historial contra la ley de capitalidad (primero fue un estatuto), el malague?o ha saltado de inmediato contra la pretensi¨®n de su compa?ero. La tesis del malague?o es que, lejos de significar una r¨¦mora, se trata de una ocasi¨®n para la inyecci¨®n financiera, y tiene m¨¢s ventajas que inconvenientes. En el momento que Monteseir¨ªn sac¨® la idea de la chistera -primero en 1999, luego en 2001 y 2003 y, finalmente, en 2007, tras la reforma de Estatuto de Autonom¨ªa, que dej¨® definida a Sevilla como capital de Andaluc¨ªa-, el alcalde de M¨¢laga se brind¨® para asumir la responsabilidad sin pedir nada a cambio y esta semana ha doblado su oferta y ha llegado a decir que pagar¨ªa un canon.
Si beneficia o perjudica la categor¨ªa de capital auton¨®mica es un debate recurrente que nunca ha quedado resuelto. Quienes hablan de privilegios citan las sedes de la presidencia de la Junta, el Parlamento, y todas las consejer¨ªas, lo que se traduce en unas 15.000 personas entre funcionarios y laborales. Quienes defienden que acarrea servidumbres y costes adicionales subrayan la escasez de recursos para cumplir con el papel que le corresponde y que s¨ª disfrutan las capitales de otras comunidades, que reciben por habitante m¨¢s dinero que el resto de las ciudades.
Zoido ha intentado escapar del choque directo con De la Torre. Se ha limitado a expresar su respeto, pero ha venido a decir que cada palo aguante su vela: "Al final vamos a tener ley de capitalidad". Su hom¨®logo no se ha distra¨ªdo con el capote y ha ido a por el aprendiz de torero. Blandir el menosprecio hacia M¨¢laga ha sido siempre una de sus armas electorales m¨¢s eficaces. Seg¨²n ¨¦l, ser capital es como una "Expo permanente" y conmina al alcalde sevillano a superar con "capacidad e inteligencia" sus d¨¦ficits, en lugar de propiciar una espiral de rechazo a la que sumar¨ªa el resto de ciudades. Sin embargo, lo cierto es que, salvo De la Torre, ning¨²n otro regidor popular ha mostrado la menor inquietud.
Los que s¨ª han aprovechado la grieta para meter una cu?a y hacer palanca han sido los socialistas. El portavoz en Sevilla, Juan Espadas, ha llamado a la reyerta de los alcaldes del PP "ceremonia de la confusi¨®n" y se ha dirigido a Arenas para que deje de poner pa?os calientes y se defina. No es que a Espadas le parezca mal la petici¨®n de Zoido. Ser¨ªa echar m¨¢s le?a a la pira en la que el actual alcalde de Sevilla abrasa a Monteseir¨ªn, a quien martillea con una denuncia cada tres d¨ªas. El portavoz socialista censura el planteamiento de Zoido porque no incluye la importancia de M¨¢laga en el contexto auton¨®mico.
Javier Arenas -a quien le ha estallado en sus narices una escaramuza que hace muy poco le reportaban holgados r¨¦ditos-, ha intentado salir del atolladero con una especie de caf¨¦ para todos y se ha dedicado a repartir elogios a partes iguales. Despu¨¦s de proclamar que la capitalidad de Sevilla est¨¢ fuera de toda duda porque, adem¨¢s, lo recoge el Estatuto de Autonom¨ªa, se ha apuntado al lamento del agravio malague?o. Dice que le faltan ¨®rganos administrativos y ha prometido, si gana, una consejer¨ªa, la sede de la C¨¢mara de Cuentas, la del Consejo Econ¨®mico Social y la del Tribunal de Defensa de la Competencia. Alguien dijo una vez que la clave del ¨¦xito es desconocida, pero la del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.
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