La 'Peregrina' hace escala en Madrid
La m¨ªtica perla se la regal¨® Richard Burton a Liz Taylor - Considerada la mejor del mundo por su tama?o, forma, color y nacarado, perteneci¨® a Felipe II
Su nombre, Peregrina, hace honor a su ajetreada historia. Ha viajado por medio mundo, ha pasado por varias manos, pero sin salir de un c¨ªrculo al que solo acceden o millonarios o casas reales. Para resumir: esta perla -que pasa por ser la mejor del mundo- perteneci¨® a ocho reinas de Espa?a, dos miembros de la realeza francesa, alg¨²n que otro noble ingl¨¦s y, finalmente, otra reina, aunque esta vez de otra galaxia, la reina de Hollywood Elizabeth Taylor; como se pueden imaginar a estas alturas, fue un regalo de Richard Burton.
Estos d¨ªas, la joya de la corona est¨¢ en la casa Christie's de Madrid y ayer se present¨® (solo) a los medios de comunicaci¨®n. Salvo una visita ?inesperada? Al final de la presentaci¨®n apareci¨® el futuro duque de Alba, Alfonso D¨ªez. Se produjo cierto alboroto. "Me he escapado del trabajo solo para ver la Peregrina", salud¨® azorado. La pregunta cruz¨® como un rayo: ?se la va a regalar a la duquesa de pedida? "No, no, por favor, no me pregunten esas cosas que solo quiero ver la Peregrina". Entonces, la perla, ¨¦l y los responsables de Christie's desaparecieron veloces a trav¨¦s de un pasillo.
Felipe III lleva la joya en el retrato que le hizo Vel¨¢zquez
Los asesores de Alfonso XIII le desaconsejaron que la comprara
La Peregrina es protagonista de nuevo porque medio a?o despu¨¦s de fallecer su ¨²ltima due?a va a ser subastada el pr¨®ximo 13 de diciembre en la casa Christie's de Nueva York. De momento, se exhibe en Madrid dentro de una caja de cristal fuertemente vigilada por un miembro de seguridad que no le quita ojo. "Le va la vida en ella", dec¨ªan con cierto misterio el personal de la casa.
Su dise?o es el que quiso la actriz de los ojos azulones, que seg¨²n cont¨® Pilar Gonz¨¢lez de Gregorio, duquesa de Fernandina y chairman de Christie's Iberia, solo sab¨ªa una palabra de italiano, Bulgari. Pero esta vez la estrella fue infiel a esa firma joyera, se fue con Peregrina a Cartier y les dijo c¨®mo quer¨ªa que se la montaran, al parecer inspirada en una joya de Mar¨ªa Estuardo: colgada majestuosa de un collar de perlas, brillantes y alg¨²n rub¨ª.
En realidad, en diciembre se va a subastar el joyero entero de la actriz. Y tambi¨¦n su armario ropero, sus muebles y dem¨¢s objetos personales. Son 33 lotes por los que los herederos esperan recaudar 30 millones de d¨®lares (22 millones de euros), que en parte ir¨¢n a parar a una fundaci¨®n (ETAF) contra el sida.
La Peregrina tiene un precio de salida estimado de entre dos y tres millones de d¨®lares (de 1,4 a 2,2 millones de euros). Esta perla, ¨²nica por su tama?o, su forma de pera, su nacarado, su brillo, su color y, sobre todo, por su misterio apareci¨® en aguas de Panam¨¢ en la d¨¦cada de 1500. Medio siglo despu¨¦s la compr¨® Felipe II en una subasta de la Casa de Indias. En principio, para regal¨¢rsela a su hija preferida, Isabel de Austria; pero se dio cuenta de su importancia y se la qued¨® para integrarla en el patrimonio de la Corona de Espa?a.
Su fama sigui¨® subiendo pelda?os. La perla aparece en retratos de Vel¨¢zquez, como el que le hizo a Felipe III a caballo y que la lleva prendida en el sombrero, y en otro de Pantoja de la Cruz a Margarita de Austria. Pero, como todo, las perlas pasaron de moda y ya nadie suspiraba por hacerse un retrato con ella. Y la Peregrina pas¨® a un segundo plano. Hasta que Napole¨®n puso en ella sus ojos y se la llev¨®, junto con 200 carros de tesoros, cuando sali¨® con sus tropas de Espa?a tras la invasi¨®n de 1808 camino de Francia.
Tiempo despu¨¦s, reaparece en manos de Napole¨®n III (1808-1873), que para financiar sus campa?as electorales y sucesivos complots decide echar mano de ella. La adquiere el duque de Abercorn y en esta familia brit¨¢nica permanece hasta que, una vez m¨¢s, sus due?os quieren venderla. Corr¨ªa 1914 y se cruza en la historia de esta famosa perla Alfonso XIII, porque se la ofrecen a ¨¦l para que la adquiera. Pero eran momentos de gran incertidumbre, con la I Guerra Mundial como tel¨®n de fondo, y a sus asesores no les pareci¨® pol¨ªticamente correcto.
As¨ª, acaba en manos de un americano millonario an¨®nimo, uno de los pocos momentos en los que se produce un lapsus en la historia de esta pieza de la que se sabe casi todo.
Pasados unos a?os, en 1969, entra en escena Richard Burton, gran amor y marido intermitente de Liz Taylor. El actor la compra en una subasta y paga 37.000 d¨®lares, de entonces, porque al cambio resultan una ganga, 27.000 euros.
Por tener, la Peregrina es tan perfecta que ten¨ªa una peque?¨ªsima imperfecci¨®n que se subsan¨®, y de paso aprovecharon para borrarle "un cierto halo amarillo", cont¨® Gonz¨¢lez de Gregorio, que tambi¨¦n detalla las otras tres perlas que le siguen en fama. Una, la Pelegrina (con ele, no confundir), en poder de una familia rusa. Dos, la que llevaba Mar¨ªa Tudor, reina de Inglaterra, en un retrato. Y una tercera no exenta de pol¨¦mica: la que posee la reina Sof¨ªa y que tambi¨¦n se llama Peregrina. En Christie's aseguran que han hecho sus investigaciones y no hay duda de que esa perla es un perl¨®n, pero no es la aut¨¦ntica Peregrina, esa que ayer sac¨® de su trabajo al futuro duque de Alba.
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