Kurt Sanderling, batuta del romanticismo
El director alem¨¢n triunf¨® en la URSS, adonde lleg¨® huyendo del nazismo
Con Kurt Sanderling ha muerto la ¨²ltima gran figura de una generaci¨®n de extraordinarios directores de orquesta. G¨¹nter Wand, Sergiu Celibidache y Georg Solti, sin ir m¨¢s lejos, nacieron como ¨¦l en 1912. Tambi¨¦n fue Sanderling el ¨²ltimo gran representante de la escuela rom¨¢ntica alemana. Ayer habr¨ªa cumplido 99 a?os.
Naci¨® en Prusia oriental dos a?os antes de la Gran Guerra, en una familia jud¨ªa alemana. Sus padres, burgueses acomodados, lo apuntaron a clases de piano con una profesora local. Cuando era adolescente ya hab¨ªa aprendido todo lo que pod¨ªa ofrecerle su maestra, por lo que lo enviaron a Berl¨ªn con solo 16 a?os. La capital de la Alemania de Weimar era un hervidero de todas las artes. El joven renunci¨® a una carrera universitaria y aprendi¨® de forma autodidacta. Seg¨²n dec¨ªa, "cualquiera puede aprender los compases" para dirigir m¨²sica. Ten¨ªa 18 a?os cuando lo nombraron correpetidor (el pianista que acompa?a a los cantantes en los primeros ensayos del montaje de una obra) en la ?pera Municipal en el distrito de Charlottenburg. Hoy se llama Deutsche Oper. En aquellos a?os trabaj¨® con los legendarios Wilhelm Furtw?ngler y Erich Kleiber.
Dirigi¨® la Orquesta Filarm¨®nica de Leningrado y la Sinf¨®nica de Berl¨ªn
En 1933, Alemania entreg¨® el poder al partido nazi. Con la dictadura de Adolf Hitler se acabaron las posibilidades laborales de Sanderling. Los alemanes le privaron de la nacionalidad en 1935, aprovechando que estaba de viaje por Italia. Desesperado, escribi¨® cartas a todos sus parientes diseminados por Europa. Le respondi¨® un t¨ªo ingeniero que viv¨ªa entonces en Mosc¨². Kurt Sanderling logr¨® huir a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y escapar del genocidio que se cern¨ªa sobre todos los jud¨ªos de Centroeuropa. La radio de Mosc¨² le dio un puesto de director que conserv¨® hasta que, en 1942, le ofrecieron la batuta de la Filarm¨®nica de Leningrado, que era la mejor orquesta del pa¨ªs. Sanderling ten¨ªa 29 a?os. Era ciudadano sovi¨¦tico desde 1938.
Estuvo al frente de los filar-m¨®nicos hasta 1960, en titularidad compartida con el director ruso Eugeni Mravinski. Durante d¨¦cadas no se plante¨® la posibilidad de volver a su pa¨ªs. Aprendi¨® ruso y estudi¨® la m¨²sica local, poco conocida o despreciada en la Alemania de su juventud. A Sanderling le interesaban sobremanera Beethoven, Bruckner y Brahms. En cambio, detestaba la m¨²sica contempor¨¢nea dodeca-f¨®nica. En la Uni¨®n Sovi¨¦tica se acerc¨® a la obra de Glasunov y Rimski-K¨®rsakov. Durante la evacuaci¨®n de Leningrado durante la II Guerra Mundial, Sanderling conoci¨® en Siberia a Dmitri Shostak¨®vich. Se convirti¨® en uno de sus mejores int¨¦rpretes. Fueron amigos hasta la muerte del compositor ruso, en 1975.
En Berl¨ªn Este, capital de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), conoc¨ªan la fama del director alem¨¢n en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Los sucesivos intentos por ficharlo cayeron, sin embargo, en saco roto. Demasiado lo apreciaban el p¨²blico y la ¨¦lite pol¨ªtica y cultural rusa. Tuvo que mediar una petici¨®n personal del dirigente de la RDA Walter Ulbricht al l¨ªder sovi¨¦tico Nikita Jruschov para que pudiera regresar a Alemania.
Le ofrecieron diversos puestos, pero eligi¨® la entonces poco significativa Orquesta Sinf¨®nica de Berl¨ªn (BSO). Se esforz¨® en ponerla a la altura de la legendaria Filarm¨®nica berlinesa, cuya sede quedaba en el oeste de la ciudad. Sanderling se convirti¨® en la r¨¦plica oriental del c¨¦lebre director austriaco Herbert von Karajan. Cuando dej¨® la BSO en 1977, ya contaba entre las mejores del mundo. ?l se dedic¨® entonces a dirigir conciertos con otras grandes formaciones musicales por medio mundo. En 1990 lo eligieron para dirigir el concierto con el que se celebr¨® la Unificaci¨®n de Alemania.
En 2002, Sanderling se despidi¨® de su trabajo dirigiendo la cuarta sinfon¨ªa de Schumann con la BSO en el Gendarmenmarkt berlin¨¦s. Muri¨® el domingo con 98 a?os.
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