La Audiencia no ve indicios suficientes contra los imputados del 'caso Fais¨¢n'
La Sala anula el procesamiento de tres cargos policiales y ordena investigar m¨¢s
El chivatazo al aparato de extorsi¨®n de ETA que se produjo en el bar Fais¨¢n de Ir¨²n el 4 de mayo de 2006 fue un hecho delictivo del que existen pruebas. Lo que no queda claro es que las tres personas a las que el juez Pablo Ruz proces¨® por colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista como presuntos autores de la delaci¨®n -el exdirector general de la Polic¨ªa, V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo, el jefe superior del Pa¨ªs Vasco, Enrique Pamies, y el inspector de Vitoria Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros- fueran realmente quienes lo cometieron.
Los 14 magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que estudiaron los recursos de los tres imputados -cuyos presuntos delitos acarreaban penas de m¨¢s de 10 a?os de c¨¢rcel- decidieron ayer por unanimidad que el auto de procesamiento redactado por Ruz, que tiene vocaci¨®n de poner fin a una investigaci¨®n de cinco a?os en la que han participado otros dos jueces (Fernando Grande-Marlaska y Baltasar Garz¨®n) es prematuro. Y lo es porque los indicios de criminalidad acumulados contra los tres cargos imputados son, a juicio de la Sala, insuficientes para sustentar una acusaci¨®n.
Los jueces entienden que el relato de los hechos "no es del todo coherente"
Aunque algunos miembros del tribunal lo solicitaron durante la deliberaci¨®n, el pleno ni siquiera abord¨® si los hechos imputados por Ruz a Ballesteros, Pamies y Garc¨ªa Hidalgo supon¨ªan un delito de colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista -lo que hubiera mantenido el caso en la Audiencia Nacional- o revelaci¨®n de secretos o encubrimiento, lo que hubiera obligado al juez a enviar el caso a un juzgado de Ir¨²n, el lugar donde se cometi¨® el delito, al no entrar estos ¨²ltimos delitos entre los de terrorismo.
El debate, pues, fue ¨²nicamente sobre los hechos, es decir, sobre el chivatazo. Y sobre si este pod¨ªa achacarse racionalmente a las personas imputadas. Los magistrados se reunieron en dos sesiones de algo m¨¢s de dos horas por la ma?ana y por la tarde y concluyeron que los indicios acumulados por Ruz para atribuir el soplo a los tres cargos policiales dejaba resquicios que no hab¨ªan sido investigados. La Sala fue un¨¢nime al concluir que exist¨ªa "una insuficiencia investigativa" que se reflejaba en "un relato no del todo coherente", seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, por lo que decidieron sugerir al instructor que indagara tambi¨¦n otras hip¨®tesis.
Los miembros de la Sala entienden que el chivatazo a Joseba Elosua, presunto miembro del aparato de extorsi¨®n y propietario del bar Fais¨¢n, existi¨®, como prueba la conversaci¨®n con su yerno, Carmelo Luquin, grabada en su coche durante el trayecto de ambos a Bayona (Francia) para encontrarse con Jos¨¦ Antonio Cau, otro cobrador del impuesto revolucionario, inmediatamente despu¨¦s de la delaci¨®n. Elosua cont¨® a Luquin c¨®mo alguien le pas¨® un tel¨¦fono en el interior del bar y c¨®mo la persona que le habl¨® a trav¨¦s de ¨¦l le comunic¨® que estaba en marcha una operaci¨®n policial en la que podr¨ªa resultar detenido. Luego lo ratific¨® ante la polic¨ªa y el juez, pero no se?al¨® a Ballesteros -ni en fotograf¨ªas ni en rueda de reconocimiento- como la persona que le entreg¨® el m¨®vil.
Lo que no queda claro al tribunal es c¨®mo llega Ruz hasta los tres cargos policiales inculpados. El juez se bas¨® para ello en el tr¨¢fico de llamadas cruzadas entre Ballesteros, Pamies y Garc¨ªa Hidalgo el d¨ªa del chivatazo, y en el recorrido del primero desde Vitoria hasta el bar Fais¨¢n, en Ir¨²n, recogido por los repetidores de telefon¨ªa m¨®vil instalados entre esas dos poblaciones ese mismo d¨ªa. Algunos de los magistrados afirmaron durante la deliberaci¨®n que esos indicios eran "muy pobres", al no conocerse el contenido de las conversaciones. Tambi¨¦n reprocharon al juez que no hubiera investigado las comunicaciones con otros cargos policiales en otros horarios. Consideraron, adem¨¢s, especialmente escasas las pruebas contra el exdirector de la Polic¨ªa, V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo.
Pero, adem¨¢s, todos esos indicios fueron proporcionados por los mismos polic¨ªas encargados de la operaci¨®n contra ETA que el soplo conden¨® al fracaso. El juez que lanz¨® la investigaci¨®n del chivatazo, Fernando Grande-Marlaska -por entonces sustituto de Garz¨®n durante su estancia como profesor en la Universidad de Nueva York-, nombr¨® como jefe del equipo investigador al comisario Carlos Germ¨¢n, el polic¨ªa que estaba al frente del dispositivo hispanofranc¨¦s que deb¨ªa detener a Elosua y sus c¨®mplices. Y las conclusiones a las que lleg¨® Ruz en su auto de procesamiento son las mismas que Germ¨¢n adelant¨® en sus informes.
Los magistrados de la Sala criticaron esa decisi¨®n de Marlaska -ratificada despu¨¦s por Garz¨®n y Ruz-, al considerar que Germ¨¢n pudo no ser imparcial en las diligencias que se le encargaron. Algunos de los cargos policiales que dise?aron la operaci¨®n contra la red de Elosua lo se?alaron como responsable de la delaci¨®n. Entre ellos, el exjefe de la Unidad Central de Informaci¨®n (UCI) de la Polic¨ªa, el comisario Jos¨¦ Cabanillas, que declar¨® ante Ruz que Germ¨¢n le hab¨ªa propuesto borrar la conversaci¨®n entre Elosua y Luquin en el coche. La principal prueba del chivatazo.
El voto inesperado de Enrique L¨®pez
La sorpresa de la deliberaci¨®n de ayer fue Enrique L¨®pez. El magistrado de la secci¨®n segunda, exconsejero del Poder Judicial a propuesta del PP y eterno candidato de ese partido a magistrado del Tribunal Constitucional, es uno de los jueces que m¨¢s fuerza han dado al caso Fais¨¢n, usado por la formaci¨®n de Rajoy como azote recurrente del Gobierno. En febrero de 2010, en un auto cuya redacci¨®n endureci¨® sin el acuerdo de sus compa?eros de tribunal -que mostraron por ello su enfado al presidente de la Sala, Javier G¨®mez Berm¨²dez-, fue el primero en encontrar indicios de colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista en el chivatazo, que defini¨® como un acto "de una gravedad sin precedentes en la historia de la lucha contra el terrorismo".
Por ello, sus compa?eros de la Sala esperaban ayer que se negara a revocar el auto de procesamiento del juez Pablo Ruz, que achaca ese delito a los cargos policiales investigados. Sin embargo, en un giro inesperado, asegur¨® desde los primeros contactos entre magistrados que no se opondr¨ªa a dejar sin efecto la resoluci¨®n de Ruz, lo que allan¨® el camino a la soluci¨®n de consenso a la que finalmente se lleg¨®. Superado ese obst¨¢culo, los flecos de la decisi¨®n final se negociaron y perfilaron directamente entre G¨®mez Berm¨²dez y L¨®pez. Tras los desencuentros iniciales, el resto de los magistrados aceptaron su propuesta por unanimidad.
Las claves de la resoluci¨®n
- El pleno de la Sala de lo Penal reunido en el d¨ªa ha decidido por unanimidad estimar parcialmente los recursos de apelaci¨®n interpuestos por los procesados contra el auto de procesamiento dictado en el sumario 1/2010 del juzgado central
de instrucci¨®n n¨²mero 5.
- El pleno aprecia indicios suficientes de un hecho que reviste los caracteres de delito.
- Sin embargo, revocamos el auto de procesamiento por considerar que los indicios contra los procesados no son suficientes, requiri¨¦ndose una m¨¢s amplia investigaci¨®n.
- Consecuencia de lo anterior, no se ha analizado la cuesti¨®n de la calificaci¨®n jur¨ªdica concreta de tales hechos.
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