El timo del reciclaje
El resultado del experimento que ha realizado la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) no puede ser m¨¢s expl¨ªcito acerca de c¨®mo a veces se le toma el pelo al ciudadano. La OCU instal¨® emisores a 15 electrodom¨¦sticos y los llev¨® a un punto limpio. El seguimiento de los quince aparatos demostr¨® que solo seis fueron tratados para su reciclaje. El resto acab¨® en vertederos ilegales, chatarrer¨ªas y lugares no identificados. De esta manera, la OCU viene a demostrar que tiene raz¨®n la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente al denunciar el fraude masivo que se est¨¢ realizando en Espa?a con los residuos electr¨®nicos.
Lamentablemente, no es un timo solo espa?ol y las autoridades ya han reconocido sentir verg¨¹enza por lo que ocurre en Europa, desde cuyos puntos limpios viajan los aparatos electr¨®nicos para terminar en cementerios de chatarra de pa¨ªses pobres que dif¨ªcilmente pueden frenar la contaminaci¨®n que producen los despojos del consumidor del norte.
La gran diferencia entre los timos habituales, como el tocomocho, y el fraude de los residuos es que mientras el primero se aprovecha del listillo que cree haber encontrado duros a pesetas el segundo se nutre de v¨ªctimas bienintencionadas que pagan tasas de reciclaje a favor del medioambiente y que en muchas ocasiones incluso se toman molestias a?adidas separando su basura y cargando con sus viejos aparatos para intentar asegurarse de que estos no terminan justamente donde parece que, de todos modos, aterrizan.
De esta manera, en fin, al ciudadano lo timan por duplicado. Porque solo en Espa?a los consumidores pagan 300 millones de euros en tasas para que los residuos sean tratados correctamente. Los beneficiarios son las empresas encargadas de dicho tratamiento, pero hasta el momento apenas si se les ha perseguido por falta de medios, dicen las instituciones. Aunque ya hay algunas que se han puesto a trabajar, como la Xunta de Galicia, que recientemente identific¨® a dos firmas que, una vez que se llevaban los residuos previamente separados, sencillamente, volv¨ªan a mezclarlos para deshacerse de ellos.
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