Las bicicletas son para el Mosela
175 kil¨®metros de vino y pedal en el carril bici alem¨¢n del sinuoso r¨ªo
No se deje amedrentar por la cifra, nada m¨¢s aterrizar junto al r¨ªo Mosela y echar un vistazo a sus compa?eros de viaje se disipar¨¢n sus temores: recorrer en bicicleta los 175 kil¨®metros que van desde Schweich hasta Coblenza rejuvenece, no solo por la haza?a, sino porque si es usted menor de 70 a?os, ser¨¢ el cicloturista m¨¢s joven con el que se cruce. Los alemanes, tras haber coronado picos a golpe de pedal durante su juventud y madurez, dejan para la cuarta edad este carril bici perfectamente asfaltado que atraviesa sin apenas desnivel una regi¨®n de tradici¨®n vit¨ªcola desde la ¨¦poca romana. Proponemos un viaje en cuatro c¨®modas etapas regadas con vino blanco de uva riesling, la cepa m¨¢s famosa de la zona, que logra dar fruto gracias a la sorprendente verticalidad de los campos de vi?as.
D¨ªa 1: 55 KIL?METROS. DE SCHWEICH A BERNKASTEL-KUES
En Schweich comienza el recorrido, es una localidad situada a 10 kil¨®metros de Tr¨¦veris a la que usted y su bici llegar¨¢n c¨®modamente en tren: en Alemania las bicicletas son ciudadanos de primera clase que viajan gratis, en su propio vag¨®n y con cintur¨®n de seguridad. El primer tramo del carril no se aleja del r¨ªo, que ondea al pie de laderas de vi?edos cada vez m¨¢s escarpadas. Est¨¢ salpicado por animados biergarten, terrazas donde los radlers, apelativo coloquial para denominar a los ciclistas, degustan a su vez radlers, que en su segunda acepci¨®n significa cerveza con lim¨®n, mientras contemplan el paisaje o el variopinto estilismo del resto de cicloturistas que pasan por el carril. Tras cruzar Neumagen-Dhron, una de las muchas localidades que proclama ser la ciudad vit¨ªcola m¨¢s antigua de Alemania, el carril se aparta del r¨ªo para adentrarse entre hileras de vides durante unos kil¨®metros y brinda unas asombrosas perspectivas de sus empinadas riberas. Finalmente, volver¨¢ a la orilla y pasar¨¢ por Piesport, un importante puerto en la ¨¦poca romana. La etapa termina en una de las localidades m¨¢s hermosas del viaje: Bernkastel-Kues.
D¨ªa 2: 20 KIL?METROS. DE BERNKASTEL-KUES A TRABEN-TRARBACH
La segunda jornada es la m¨¢s relajada de las cuatro, ya que tanto Bernkastel-Kues como Traben- Trarbach merecen tiempo y sus doloridos gemelos, descansar en posici¨®n b¨ªpeda. Coronado por las ruinas del castillo de Landshut, Bernkastel-Kues es un precioso pueblecito con dos mil a?os de historia. Sus coloridas casas medievales de entramado de madera, como la peculiar spitzh?uschen, o casa puntiaguda, que se mantiene en asombroso equilibrio desde el siglo XV, son las m¨¢s bellas de la regi¨®n. El paisaje entre Bernkastel y Traben-Trarbach alterna vides y bosque, y durante unos kil¨®metros el carril bici discurre por umbr¨ªos parajes. Es recomendable pasar la noche en la rom¨¢ntica Traben-Trarbach. A ambos lados del Mosela, tanto Traben como Trarbach, dos municipios distintos hasta 1902, cuentan con hermosas casas modernistas edificadas por los ricos bodegueros del lugar durante la belle ¨¦poque, cuando la ciudad era la segunda productora de vino de Europa despu¨¦s de Burdeos. Desde el singular hotel Bellevue, una de estas construcciones art d¨¦co que conserva el mobiliario de la ¨¦poca, podr¨¢ disfrutar del animado trasiego de gabarras, cruceros y piraguas que surcan el r¨ªo y de las vistas de las peculiares ruinas del castillo de Grevenburg.
D¨ªa 3: 50 KIL?METROS. DE TRABEN-TRARBACH A COCHEM
Tras una primera parada en Zell an der Mosel, el lugar perfecto para tomarse una bratwurst frente al Mosela, en esta etapa las vides vuelven a ganar terreno al bosque y a la ley de la gravedad: en Bremm se encuentra el vi?edo m¨¢s escarpado de Europa. Frente a esta misma localidad, las ruinas del monasterio de Stuben decoran el impresionante meandro que protagoniza la mayor¨ªa de las fotograf¨ªas a¨¦reas del Mosela. Unos kil¨®metros despu¨¦s, Belstein, un diminuto y coqueto pueblecito medieval que ha sido escenario de varias pel¨ªculas hist¨®ricas alemanas, es el lugar id¨®neo para reponer fuerzas con un kaffee und kuchen (caf¨¦ con tarta). La jornada culmina con la espectacular llegada a Cochem, dominada por un impresionante castillo restaurado en el siglo XIX. Sus numerosas terrazas, restaurantes con tanz (baile) y barcos amarrados con espect¨¢culos en vivo de canci¨®n mel¨®dica alemana son la prueba de que es la localidad m¨¢s tur¨ªstica del Mosela.
D¨ªa 4: 50 KIL?METROS. DE COCHEM A COBLENZA
En esta ¨²ltima etapa se multiplican los pueblos pintorescos, como Klotten, Hatzenport, Alken o Kobern, junto con sus respectivos castillos defensivos situados en puntos elevados y estrat¨¦gicos. Si desea visitarlos, no se preocupe, no tendr¨¢ que pedalear: hay autobuses municipales que llevan hasta dichos monumentos, que ofrecen espl¨¦ndidas vistas de la zona. Por fin, llegamos a Coblenza, donde el ciclista y el Mosela terminan su camino y desembocan en el Rin. Tras la obligada visita del casco viejo de la ciudad, el satisfecho viajero y su bici emprender¨¢n el asombrosamente breve camino de vuelta: un tren les devolver¨¢ a su punto de partida, Tr¨¦veris, en solo hora y media. Al fin y al cabo, lo que importa es el viaje.
Gu¨ªa
C¨®mo ir
? Ryanair (www.ryanair.com) vuela a Fr¨¢ncfort-Hahn desde Alicante, Barcelona, Madrid y M¨¢laga por unos 80 euros ida y vuelta. Desde el aeropuerto de Fr¨¢ncfort-Hahn hay autobuses (www.flibco.com) a Tr¨¦veris cada hora.
? Turismo de Tr¨¦veris alquila bicicletas y mapa por 9,50 euros al d¨ªa. http://www.trier-info.de/english/bicycle-rental
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