"Los rostros de Goya me hablan de forma ¨®ptica"
Tacha, emborrona, garabatea encima de reproducciones de obras de Goya, Frans Hals, Rembrandt, Leonardo da Vinci. El austriaco Arnulf Rainer (Baden, 1929) otorga con sus sobrepinturas emociones vivas y renovadas a piezas del arte del pasado. Su gestualidad transforma el trabajo de otros y lo transforma tambi¨¦n a ¨¦l. "No es una agresi¨®n, respeto demasiado las obras de arte para eso. Es un acto de amor, de pasi¨®n", explica. Acaba de llegar al hotel y acusa el fuerte cambio de temperatura (12? en Viena, 27? en Madrid). Es escueto y amable, a veces levemente ir¨®nico en sus respuestas. Esta semana ha inaugurado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, la primera de una serie de exposiciones que ponen en contraste obras maestras del pasado con las de un artista contempor¨¢neo. El objetivo de Rainer es Goya y sus Caprichos y Disparates.
"Ahora siento necesidad, un hambre de rostros m¨¢s amables, que me adulen. Rostros de muchachas encantadoras"
PREGUNTA. ?Cu¨¢l ha sido su relaci¨®n con Goya a lo largo de su vida?
RESPUESTA. Soy un admirador de Goya.
P. Todos somos admiradores de Goya, pero no somos pintores. ?Qu¨¦ elementos de los grabados son los que m¨¢s le han interesado?
R. Siempre los rostros.
P. En los grabados predominan los rostros grotescos. Supongo que ese descubrimiento lo ha llevado a acercarse uno a uno a esas caras.
R. S¨ª, claro. Las he fotografiado todas. ?ltimamente tambi¨¦n me he interesado por lo que rodea ese rostro, la escena. He trabajado con las obras de Goya desde hace 20 a?os. Siempre termino volviendo a ellas. Sobre todo he utilizado libros sobre Goya, donde los detalles se reflejan mejor.
P. Usted ha trabajado bas¨¢ndose en obras de otros artistas, que ha intervenido. ?Se acerca primero al artista, lo estudia, o se trata de un enfrentamiento cara a cara con la obra escogida?
R. Son las obras las que me hablan. Las que m¨¢s me afectan emocionalmente son las que me proporcionan la motivaci¨®n primera de la obra y, m¨¢s adelante, del artista. Psicol¨®gicamente vendr¨ªa a ser un cara a cara con la obra. Lo que busco es que se produzca una fusi¨®n, una especie de casamiento.
P. ?Cree usted que su intervenci¨®n completa de alguna manera las obras de los otros artistas?
R. Yo no completo la obra de otros artistas, les tengo demasiado respeto. Lo que hago es una obra m¨ªa a partir de la inspiraci¨®n que esa obra me suscita. En Goya, lo que me motiva es la fisonom¨ªa de las caras.
P. ?Se termina un cuadro? Puede que s¨ª, pero usted le proporciona una nueva vida.
R. Busco siempre un detalle, en primer lugar. Al principio la gente pensaba que era una agresi¨®n lo que yo hac¨ªa, pero es todo lo contrario. Es una declaraci¨®n de amor.
P. Un amor bastante apasionado...
R. S¨ª, la pasi¨®n de un dibujante, de un pintor.
P. ?Esa relaci¨®n de amor o pasi¨®n ha sido distinta con Rembrandt, con Piero della Francesca?
R. Es distinto. El mes que viene tengo una exposici¨®n en Par¨ªs en funci¨®n de los dibujos de Victor Hugo. Hay otros artistas con los que he sentido esa empat¨ªa, como Odilon Redon o Caspar David Friedrich, aunque en su caso son los paisajes los que me atraen. Busco los detalles en las obras de los m¨¢s diversos artistas. Cuando veo una obra que me dice: haz algo conmigo, me lanzo. No me detengo en especulaciones ni teor¨ªas. Es todo emocional.
P. ?Es usted un visitante de museos?
R. Lo he sido, aunque ya por la edad no puedo viajar mucho. Lo que s¨ª soy es un bibli¨®filo apasionado. Me interesan sobre todo las buenas reproducciones de im¨¢genes.
P. El propio libro suele ser material para usted.
R. S¨ª, sobre todo es muy accesible. Las t¨¦cnicas facsimilares de hoy permiten hacer muchas cosas. Las ampliaciones de los rostros se pueden obtener mucho mejor.
P. El rostro humano es uno de los temas dominantes en su trayectoria. Aunque trate otras figuras, siempre regresa a ellos.
R. La diferencia ahora es que siento una necesidad, un hambre, de rostros m¨¢s amables, que me adulen. Rostros de muchachas encantadoras.
P. Antes prefer¨ªa caras muy feas, excluyendo la suya propia, claro.
R. Es que voy de un polo a otro.
P. En las caras feas explor¨® todo tipo de expresiones faciales, incluso las m¨¢s forzadas y extremas. ?Buscaba el monstruo interior de las personas?
R. No, las caras siempre expresan algo, por supuesto. En el caso de Goya suelen ser algo extremas. No son realistas sino que llegan a lo macabro. Reflejan el miedo, el mal...
P. Desde el principio de su carrera ha sentido cierta fascinaci¨®n con el tema de la muerte. Uno de sus primeros dibujos se titula Rainer muriendo, de cuando usted ten¨ªa solo 20 a?os.
R. Durante seis a?os me dediqu¨¦ exclusivamente a fotografiar y pintar mi propia cara con todo tipo de gestos. Lleg¨® un momento en que no pod¨ªa resistir mirarme al espejo. Quise buscar algo m¨¢s tranquilo y pac¨ªfico y, por casualidad, pude adquirir una colecci¨®n de m¨¢scaras mortuorias. De Chopin, de Liszt, de Beethoven, de Swift. Las fotografi¨¦ y fue as¨ª que encontr¨¦ las caras pac¨ªficas que buscaba.
P. ?Cree usted que la muerte sigue siendo un tab¨² en Occidente?
R. S¨ª, lo es. Pero yo dir¨ªa que en esas m¨¢scaras mortuorias llegu¨¦ a percibir una alegr¨ªa interior desbordante. Hace a?os, en la Bienal de Venecia, las expuse. Y esa noche, de madrugada, recib¨ª una llamada de alarma. Las personas de la limpieza hab¨ªan denunciado una agresi¨®n contra mi obra. Result¨® ser que los ara?azos y roturas que ellos cre¨ªan un acto de vandalismo eran los que yo mismo les hab¨ªa hecho.
P. En Viena, en 1994, algunas de sus obras s¨ª que sufrieron alguna agresi¨®n. Incluso se retir¨® usted de la ense?anza tras ese episodio. ?Qu¨¦ pas¨®?
R. Eso sucedi¨® en la Academia de Bellas Artes. Se sospecha que fue un estudiante con ideas de extrema derecha. Yo hab¨ªa utilizado un lema hitleriano puesto del rev¨¦s, manipulado, y creo que eso le pareci¨® intolerable. La polic¨ªa quiso inculparlo, pero no encontr¨® pruebas suficientes. Luego se suicid¨®, se peg¨® un tiro en la boca. No solamente era muy d¨¦bil, pol¨ªticamente hablando, sino que tambi¨¦n ten¨ªa problemas mentales. Pero pintaba como Hermann Nitsch...
P. Usted tambi¨¦n ha coleccionado arte realizado por enfermos mentales.
R. S¨ª, psic¨®ticos. Tengo una gran colecci¨®n. Hace 15 a?os le propuse al director del museo de Valencia (IVAM) buscar ese tipo de obra en los psiqui¨¢tricos espa?oles y exponerlas. Le pareci¨® buena idea, solo que, me dijo, aqu¨ª eso no existe. Ahora se descubre que lo hay en todos los pa¨ªses.
P. ?Qu¨¦ encuentra interesante, como artista, en la obra de estos enajenados?
R. Los que me interesan son los que hacen algo ¨²nico, que no tiene comparaci¨®n con otra cosa. En los a?os sesenta visit¨¦ muchas cl¨ªnicas de Alemania oriental. Pero hoy esto es algo muy investigado y difundido.
P. Su trabajo parece tambi¨¦n muy explosivo y a veces descontrolado
...
R. Lo que pasa es que yo tengo un deseo. Y ese deseo lo persigo hasta el final. Adem¨¢s soy un poco paranoide porque a m¨ª los rostros de Goya me hablan. No con palabras, sino de manera ¨®ptica.
P. Se le conoce como artista por sus sobrepinturas. Llega un momento en que el color lo cubre casi todo. Muchas veces predomina el negro. ?Es el negro su objetivo?
R. He vivido en negro.
P. ?Por qu¨¦?
R. Tengo mis secretos... Pero eso ya no es as¨ª, ahora prefiero los colores m¨¢s vibrantes. De todas formas tengo una relaci¨®n muy positiva con todas las ¨¦pocas del arte. Y si la relaci¨®n no es buena compro todos los libros que puedo de esa ¨¦poca y trato de insertarme en ella.
P. De modo que su relaci¨®n es de artista a artista, sin la intermediaci¨®n del museo.
R. Mi relaci¨®n es siempre la del artista con el cuadro. Y no se convierte en una sola obra, siempre trabajo en series para cubrir los distintos aspectos formales que me interesan. De todas maneras yo nunca leo libros sobre artistas, solo miro las im¨¢genes. Me dejo envolver por las obras de arte.
Arnulf Rainer sobre Goya. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Calcograf¨ªa Nacional. Alcal¨¢, 13. Madrid. Hasta el 13 de noviembre.
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