J. D. Salinger: c¨®mo se engendra un monstruo
No todos los escritores tienen la suerte de que un asesino, que acaba de cometer un crimen hist¨®rico, est¨¦ leyendo tu mejor novela en el momento de ser detenido. Es m¨¢s. Hay que ser un autor privilegiado, bendecido por los dioses, para que el famoso asesino se llame Mark David Chapman, quien dispar¨® cinco balas de punta hueca por la espalda a John Lennon, despu¨¦s de pedirle un aut¨®grafo, en el vest¨ªbulo del edificio Dakota de NY, el 8 de diciembre de 1980 y una vez vaciado el cargador del rev¨®lver 38 especial se siente tranquilamente en un bordillo de la acera a leer El guardi¨¢n entre el centeno, esperando a que llegue la polic¨ªa y en su descargo confiese que ¨¦l no hab¨ªa hecho otra cosa que acomodar su vida a la de Holden Caulfield, protagonista de la novela. "Esta es mi confesi¨®n", exclam¨® Chapman exhibiendo el libro, mientras era esposado.
Salinger, Chapman, Lennon, Holden, los cuatro hab¨ªan sido adolescentes sarc¨¢sticos, rebeldes, inconformistas e inadaptados
Las ventas de la novela de J. D. Salinger, ya de por s¨ª millonarias, se dispararon una vez m¨¢s. Una nueva oleada de lectores asalt¨® masivamente las librer¨ªas al saber que la historia llevaba una carga suficiente como para borrar del mapa a John Lennon, h¨¦roe de una rebeld¨ªa en la que se reconoc¨ªan varias generaciones de j¨®venes. En ese momento J. D. Salinger hab¨ªa hecho de su fuga y anonimato una de las obras de arte que consagran definitivamente a un escritor. Viv¨ªa refugiado en una granja de Cornish y llegar hasta ¨¦l era una misi¨®n tan dif¨ªcil como encontrar un mono en Marte, siempre que el explorador fuera un periodista, bi¨®grafo, cr¨ªtico literario o editor, pero no una jovencita admiradora o una becaria dispuesta a ser pasada por las armas. Mark David Chapman hab¨ªa asesinado a Lennon buscando la fama; en cambio J. D. Salinger se hab¨ªa hecho extremadamente famoso por no querer serlo y haberse convertido en un ser invisible.
El escritor Salinger, el asesino Chapman e incluso el asesinado John Lennon ten¨ªan algo en com¨²n con Holden Caulfield, el protagonista de El guardi¨¢n entre el centeno, un chaval de buena familia, que se mov¨ªa como un tornillo suelto en el engranaje de la sociedad neoyorquina de aquella ¨¦poca, cuando la gente se sent¨ªa feliz en medio de la pl¨¦tora de tartas de frambuesa que trajo la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Salinger, Chapman, Lennon, Holden, los cuatro hab¨ªan sido adolescentes sarc¨¢sticos, rebeldes, inconformistas e inadaptados y se hab¨ªan comportado con un desparpajo irreverente con los mayores, ya fueran padres, profesores o simples predicadores de la moral de consumo. Los cuatro fueron expulsados del colegio. Los cuatro odiaban los ritos, las costumbres y los gestos del orden constituido, para ellos todo el mundo era idiota, una actitud que en algunos acaba cuando desaparece el acn¨¦ para convertirse en se?ores respetables, a otros les incita a escribir o a tocar la guitarra hasta transformarse en artistas y a otros les lleva a encargar un rev¨®lver por correo y usarlo contra el h¨¦roe de sus sue?os. Los cuatro hab¨ªan pasado por YMCA, la organizaci¨®n religiosa juvenil. All¨ª Marc David Chapman estuvo encargado de cuidar de los ni?os, un trabajo que ejerc¨ªa a la perfecci¨®n, hasta el punto de que le pusieron Nemo de sobrenombre; la misma y ¨²nica aspiraci¨®n manifest¨® tambi¨¦n Holden Caulfield al final del relato, la de vigilar a unos ni?os mientras jugaban entre el centeno. En el YMCA un amigo le dio a leer a Chapman la novela de Salinger y el futuro asesino decidi¨® ordenar su vida seg¨²n la del protagonista mientras en Chicago tocaba la guitarra en iglesias y locales nocturnos cristianos.
Salinger naci¨® en NY el 1 de enero de 1919, hijo de un jud¨ªo llamado Salom¨®n, descendiente a su vez de un rabino que, seg¨²n las malas lenguas, se hizo rico importando jamones. En realidad Salom¨®n Salinger fue un honrado importador de carnes y quesos de Europa. La compa?¨ªa Hoffman para la que trabajaba estuvo envuelta en un esc¨¢ndalo, acusada de falsificar agujeros en los quesos de bola, pero de ese l¨ªo sali¨® indemne Salom¨®n quien acab¨® viviendo en un lujoso apartamento de Park Avenue entre la alta burgues¨ªa neoyorquina. All¨ª el adolescente Jerome David Salinger comenz¨® a sacar las plumas. Despu¨¦s de ser expulsado del colegio McBurney entr¨® como cadete en la academia militar de Valley Forge donde empez¨® a escribir iluminando el cuaderno con una linterna bajo las s¨¢banas unos relatos cortos que durante a?os mand¨® sin ¨¦xito a las revistas satinadas. Despu¨¦s ingres¨® en la Universidad de NY y sigui¨® escribiendo, seduciendo a chicas adolescentes a las que a la vez despreciaba. Era un joven el¨¢stico, rico, inteligente, esnob y sarc¨¢stico. Se comportaba como el propio protagonista de su novela, el Holden Caulfield enfundado en un abrigo negro Chesterfield que envidiaban sus compa?eros. Las chicas se volv¨ªan locas con ¨¦l, mientras luchaba denodadamente por ser famoso, pero hubo una que le fue esquiva, Oona O'Neill, la hija del famoso dramaturgo, a la que escribi¨® mil cartas de amor hasta de Charles Chaplin, 40 a?os mayor que ella, se la birl¨® para hacerle seis hijos.
El caso de Salinger es sintom¨¢tico. Ning¨²n aprendiz de escritor luch¨® tanto por sacar cabeza buscando el ¨¦xito, nadie como ¨¦l realiz¨® tanto esfuerzo por colocar los relatos cortos en las revistas que hab¨ªan consagrado a otros famosos escritores en cuyo espejo Salinger se miraba, Fitzgerald, Hemingway, Capote. A la vez nadie era tan quisquilloso y peleaba hasta la agon¨ªa con los directores de esos medios, The Story, Saturday Evening Post, Bazzar's, y sobre todo The New Yorker. Nadie busc¨® con tanto ah¨ªnco la fama y a continuaci¨®n, al verse aplastado por ella, busc¨® refugio bajo tierra como si se tratara de un bombardeo cruel de una guerra ganada.
Antes de este tormento del ¨¦xito Salinger viaj¨® a Europa pensando en hacerse mercader de quesos. Despu¨¦s se alist¨® en la Segunda Guerra Mundial. Particip¨® en el desembarco de Normand¨ªa, mientras todo su car¨¢cter y experiencia se lo iba transfiriendo en la imaginaci¨®n al personaje de ficci¨®n que lo har¨ªa c¨¦lebre. En 1951 public¨® El guardi¨¢n entre el centeno, paradigma del desasosiego juvenil y cuatro a?os despu¨¦s vino al mundo el monstruo que engendr¨® la novela, cuando Salinger ya hab¨ªa huido del mundo, se hab¨ªa metido en un agujero y se hab¨ªa hecho disc¨ªpulo de Jes¨²s, de Gotama, de Lao-Tse y de Shankaracharya hasta convertir su anonimato en una leyenda, una fuga que no le imped¨ªa degustar en secreto de mujeres cada vez m¨¢s j¨®venes.
Chapman naci¨® en Fort Worth, Texas en 1955, cuando el protagonista Holden Caulfield empezaba a arrasar en todas las librer¨ªas. El padre de Chapman era un sargento de la Fuerza A¨¦rea de Estados Unidos, y su madre, Kathryn Elizabeth Pease, era una enfermera. ?l dijo que viv¨ªa con miedo de su padre cuando era ni?o. En la ma?ana del 8 de diciembre de 1980 Chapman sali¨® del hotel Sheraton donde estaba hospedado, dej¨® su documentaci¨®n en la habitaci¨®n para facilitar el trabajo a la polic¨ªa, se dirigi¨® a una librer¨ªa de la Quinta Avenida, compr¨® la novela de Salinger y bajo el t¨ªtulo a?adi¨® su firma a la del autor. La ma?ana del crimen el asesino hab¨ªa visitado el lago de Central Park, que estaba helado, y como Holden Caulfield, se hab¨ªa preguntado ad¨®nde habr¨ªan ido a parar los patos. Con el crimen no trataba sino de escenificar escenas de El guardi¨¢n entre el centeno. Fue sentenciado a prisi¨®n entre los veinte a?os y la perpetuidad. Sigue encarcelado en Attica Correctional Facility, en Attica, Nueva York, despu¨¦s de haber sido denegada la libertad condicional en seis ocasiones. El monstruo en la c¨¢rcel y el autor de la ficci¨®n condenado por la fama a vivir bajo tierra hasta la muerte. Esta es la historia.

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