Bailando en la calle
La magia hipn¨®tica de Aziz Sahmaoui y sus mezclas africanas seducen al p¨²blico
La Merc¨¨ l¨®gicamente ha reducido costes en este a?o de descalabros econ¨®micos. Evidente con solo echarle una mirada a la programaci¨®n musical pero, a¨²n as¨ª, la premisa es la misma de a?os anteriores: sacar a la gente a la calle para que tome pac¨ªficamente la ciudad al ritmo de las m¨²sicas m¨¢s diversas.
El pistoletazo de salida se dio la noche del jueves a las 22.30 horas en la avenida de la Catedral. Minutos antes la zona parec¨ªa des¨¦rtica, solo algunos emigrantes norteafricanos hab¨ªan tomado posiciones para ver a Aziz Sahmaoui y su University of Gnawa. Un cierto nerviosismo reinaba entre los estamentos municipales que casualmente pasaban por all¨ª, hasta los numerosos lateros pon¨ªan cara de decepci¨®n. A la hora exacta anunciada, los m¨²sicos aparecieron en el escenario, sonaron las primeras notas y, por arte de birlibirloque, todo cambi¨®. A la llamada de la m¨²sica el p¨²blico fue apareciendo de entre las sombras, como si hasta ese momento hubiera estado h¨¢bilmente escondido, y en pocos minutos una muchedumbre rodeaba el escenario bailando desenfadadamente.
Aziz Sahmaoui, que fuera pilar de la recordada Orchestre National de Barb¨¨s y colaborador del gran Joe Zawinul, comenz¨® fuerte con su propuesta de modernizaci¨®n de la tradici¨®n marroqu¨ª mezclando ritmos de otras procedencias africanas y trat¨¢ndolo todo con un sentimiento muy roquero. La historia funciona a la perfecci¨®n en directo y r¨¢pidamente el p¨²blico, que al final llen¨® la avenida de la Catedral, se dej¨® seducir por la magia casi hipn¨®tica de la propuesta. Nadie paraba quieto.
Tres cuartos de hora despu¨¦s, en la plaza de Sant Jaume la consigna era la misma: ?todo el mundo a bailar! Y se bailaba pero con un ritmo muy diferente. Los responsables del movimiento eran los hist¨®ricos de la Orquestra Plater¨ªa con el incombustible Manel Joseph al frente. Sabores latinos, recuerdos del Gato P¨¦rez y canciones de toda la vida para amenizar de forma tan calurosa como colorista una aut¨¦ntica nit d'envelat bajo las estrellas.
Turistas at¨®nitos, cincuentones a?orados y jovencitos sorprendidos bailaban en la calle. Misi¨®n cumplida, la Merc¨¨ sobrevive a la crisis.
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