Enmudece la voz de Cabo Verde
Cesaria Evora anuncia su adi¨®s por problemas de salud - La cantante africana, que triunf¨® pasados los 50 a?os, ha vendido m¨¢s de seis millones de discos
Cesaria Evora lo deja. La voz de Cabo Verde, la cantante descalza que, durante los ¨²ltimos 20 a?os, ha paseado por todo el mundo la melanc¨®lica morna de sus islas, anunci¨® ayer en Par¨ªs su retirada de los escenarios y la cancelaci¨®n de los conciertos que ten¨ªa firmados para este oto?o. Seg¨²n el peri¨®dico Le Monde, la caboverdiana aterriz¨® hace unos d¨ªas en la capital francesa con la tensi¨®n por las nubes, las piernas como dos columnas y una tasa de colesterol capaz de tumbar a un elefante. Sus m¨¦dicos franceses -en mayo del a?o pasado la tuvieron que operar a coraz¨®n abierto y, en 2008, hab¨ªa sufrido un derrame cerebral- le han desaconsejado salir de gira. Y Cesaria Evora, por una vez obediente, ha decidido retirarse.
En mayo de 2010 fue operada del coraz¨®n y en 2008 sufri¨® un derrame
Muchos viajes tur¨ªsticos a las islas surgieron a ra¨ªz de sus canciones
Viaja con el pasaporte diplom¨¢tico, de color rojo, que le facilit¨® hace m¨¢s de 10 a?os el Gobierno de Cabo Verde. "Cuando se llena de sellos lo devuelvo", suele decir con una sonrisa de ni?a traviesa. El d¨ªa de su cumplea?os, este verano, el presidente de la Rep¨²blica visit¨® la casa de Cesaria en Mindelo para entregarle un gran ramo de flores. Y es que la cantante se ha convertido en la mejor imagen de su pa¨ªs. Muchos viajes tur¨ªsticos a las islas de Cabo Verde surgieron a ra¨ªz de la escucha de sus discos o tras haber asistido a uno de sus conciertos. Por alguna de esas conmovedoras mornas cantadas en crioulo -portugu¨¦s inseminado por lenguas africanas- con las que Cesaria Evora emociona. Porque su canto es tan aut¨¦ntico como el de Billie Holiday o el de Edith Piaf.
Naci¨® el 27 de agosto de 1941, hija de una cocinera y de un guitarrista y violinista, en Mindelo, el puerto de San Vicente, una de las peque?as islas volc¨¢nicas del archipi¨¦lago de Cabo Verde, azotadas por los vientos y castigadas por las sequ¨ªas. Diez islas de las que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n -de alrededor de un mill¨®n de habitantes- ha tenido que emigrar. Pas¨® tres a?os en un orfanato cat¨®lico -de monjas portuguesas aunque la madre superiora era espa?ola- en el que las hermanas le ense?aron a coser, bordar y planchar. Los domingos cantaba en la iglesia. Pero no par¨® hasta conseguir que su abuela la sacara de all¨ª. Y, con 16 a?os, se enamor¨® de un m¨²sico y sal¨ªa de serenata con un grupo de chicos.
El ¨¦xito le lleg¨® tarde, cuando ya ten¨ªa 50 a?os y llevaba muchos arrastrando su talento por bares y tabernas como el Caf¨¦ Royal de Mindelo, donde la llamaban desde las mesas y cantaba de pie ante los clientes a cambio de unos escudos -Cabo Verde fue colonia portuguesa hasta 1975- o un vaso de grog, el aguardiente local, ron o g¨¹isqui. Lleg¨® a cantar detr¨¢s de una cortina, en un club de la alta sociedad, porque all¨ª no estaban bien vistos pobres y negros. A principios de los noventa, en Par¨ªs, y de la mano de Jos¨¦ da Silva, un ferroviario convertido en representante y productor, que ha estado con ella desde entonces, el mundo le abri¨® sus brazos. Y Cesaria Evora dej¨® atr¨¢s una vida de miseria y menosprecios. Con los discos Mar azul y Miss Perfumado, y con la canci¨®n Sodade, comenzaba un especie de cuento de hadas para esta mujer que incluso renunci¨® al alcohol que estaba acabando con ella. Aunque sigui¨® fumando como una condenada. Un cigarrillo tras otro.
Cantaba en los escenarios de los mejores auditorios del mundo -recorri¨® el planeta desde China y Australia hasta Brasil o Estados Unidos, y toda Europa- igual que lo hac¨ªa anta?o en aquellos barcos extranjeros atracados en el puerto de Mindelo, a los que la invitaban a subir, o en las casas particulares de portugueses que le pagaban algo. Poco, pero lo suficiente para poder vivir.
M¨¢s de seis millones de discos vendidos, el reconocimiento un¨¢nime a su hermosa voz y su forma de cantar, y d¨²os con Caetano Veloso, Salif Keita, Compay Segundo, Bonnie Raitt, Erykah Badu, Goran Bregovic, Chucho Vald¨¦s, Marisa Monte, Adriano Celentano y Pedro Guerra.
Cize, como la llaman cari?osamente sus allegados, regresa ahora a Mindelo con sus hijos y sus nietos, a la casa que se compr¨® con el trabajo de estos 20 a?os -antes viv¨ªa en una destartalada- y cuyas puertas est¨¢n abiertas para quien quiera asomarse porque le gusta ejercer de anfitriona. Ser¨¢ para siempre la voz nost¨¢lgica de esas peque?as islas perdidas en el Atl¨¢ntico que ella coloc¨® en nuestro mapa afectivo.
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