Legislatura abducida
El pr¨®ximo mi¨¦rcoles publicar¨¢ el Bolet¨ªn Oficial del Estado el decreto de disoluci¨®n de las Cortes y la correspondiente convocatoria electoral. El breve intervalo que separa la fecha real de los comicios del tope constitucionalmente establecido para su celebraci¨®n reduce la importancia de un adelanto que impide el agotamiento de la legislatura. Dada la semiparalizaci¨®n de la vida p¨²blica durante los meses de diciembre y enero a causa del largo acueducto festivo eclesi¨¢stico-estatal, las vacaciones navide?as y la interrupci¨®n del periodo de sesiones parlamentarias, s¨®lo un debate de presupuestos para negociar y aprobar las cuentas del Estado -descartado en esta ocasi¨®n- hubiese justificado la pr¨®rroga pol¨ªtica de esos meses-basura.
La pr¨®xima semana ser¨¢n disueltas las Cortes y convocadas las elecciones legislativas para el 20-N
Los catastr¨®ficos resultados para la econom¨ªa espa?ola de la crisis iniciada en 2007 invitan a especular, desde la ventajista perspectiva del conocimiento del pasado, sobre la hip¨®tesis conf¨¢ctica de que Zapatero hubiese acortado todav¨ªa m¨¢s una legislatura destinada en principio a cumplir un programa electoral de signo bien distinto al exigido por los nuevos y malos tiempos. Durante la primera mitad de su segundo mandato, el presidente Zapatero continu¨® apostando -no fue el ¨²nico gobernante en hacerlo pero s¨ª el m¨¢s imprudente a la hora de proclamarlo- por una r¨¢pida salida de la recesi¨®n que permitiera a Espa?a retomar la senda del crecimiento y la creaci¨®n de empleo para afrontar con ¨¦xito las legislativas de 2012. Pero el dram¨¢tico viraje de mayo de 2010, que rompi¨® el espejismo de una recuperaci¨®n indolora al expulsar a Espa?a de la champion league y enviarla a la segunda divisi¨®n de los pigs, acab¨® con el ensue?o: un delantero no sirve para jugar de portero.
Hipotecado personalmente por promesas que ya no podr¨ªa cumplir y expectativas que tampoco estaba en condiciones de satisfacer, ?hubiese debido o podido Zapatero, una vez adoptadas las medidas m¨¢s urgentes exigidas por la UE, ceder el tim¨®n a otro miembro de su partido o convocar elecciones generales? La cola de proyectos condenados a decaer en el Parlamento tras la disoluci¨®n de las Cortes -sobre la muerte digna, la libertad religiosa o la igualdad de trato- es el melanc¨®lico recordatorio de una legislatura programada para seguir ampliando los derechos civiles y sociales, pero abducida casi a su comienzo por una de esas crisis econ¨®micas cuya existencia los pol¨ªticos fingen olvidar durante la etapa de bonanza del ciclo, convencidos de que las vacas del sue?o egipcio adivinado por el patriarca Jos¨¦ engordan gracias a sus desvelos y no enflaquecer¨¢n mientras ellos gobiernen. La sobreactuada sa?a de algunas cr¨ªticas lanzadas contra Zapatero desde las filas de su antigua hinchada constituye el inevitable efecto pasional de la personalizaci¨®n medi¨¢tica del liderazgo, tan gratificante cuando al beneficiario le sonr¨ªe la victoria como cruel en los momentos de derrota: demasiadas veces el carisma no es sino una funci¨®n imaginaria del ¨¦xito electoral.
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