Marcado por un tri¨¢ngulo rosa
Rudolf Brazda, hijo de checos emigrados a Alemania, fue deportado por los nazis al campo de Buchenwald por ser homosexual. Vivi¨® para contarlo y se decidi¨® a hacerlo antes de su fallecimiento, el 3 de agosto pasado. Extractos de un libro de Jean-Luc Schwab
Rudolf no guarda muchos recuerdos de su proceso en Eger, pero el veredicto emitido en nombre del pueblo alem¨¢n nos informa de que los jueces Egermann, Nowoczek y Messerschmied dieron la raz¨®n al fiscal general en todos los puntos de la acusaci¨®n. Despu¨¦s de tres horas de audiencia, condenaron a los cuatro acusados a penas de prisi¨®n de varios meses por delitos contra la moral. Se los acusaba de pr¨¢cticas sexuales contra natura entre personas del mismo sexo, con intenci¨®n repetida manifiesta.
En el momento de fijar la duraci¨®n de las penas, el tribunal justific¨® la severidad de las sentencias: el libertinaje entre hombres no solo representa un delito "altamente repugnante y abominable", sino que, adem¨¢s, "las pr¨¢cticas sexuales corruptas entre personas del mismo sexo, y particularmente entre hombres, parecen muy peligrosas en el plano pol¨ªtico y social". Para todos los acusados, "ha sido considerado como agravante el car¨¢cter repetido y duradero de estos actos reprensibles", particularmente en los casos de Raimund y Rudolf, que eran reincidentes, y en el de este ¨²ltimo a¨²n m¨¢s, ya que hab¨ªa seducido a Toni.
Tras cumplir dos penas por delitos "contra la moral", inmediatamente fue enviado al campo de concentraci¨®n
Se qued¨® desnudo como un gusano antes de ser rasurado de la cabeza a los pies. Se debati¨®, trag¨® desinfectante
El peque?o grupo de homosexuales era tratado como lo m¨¢s bajo de la escala. ?l llevaba el n¨²mero 7952
Hab¨ªa ejecuciones, pero Buchenwald no era un lugar de exterminio. Lo usaban para encerrar a mano de obra esclava
Los acusados recibieron las siguientes penas de prisi¨®n:
-Rudolf Brazda: un a?o por sus relaciones continuadas con Anton H. y cuatro meses por su infracci¨®n puntual con Raimund M., reduci¨¦ndose la pena acumulada a 14 meses.
-Raimund M.: ocho meses por sus relaciones (al menos en dos ocasiones) con Josef N. y cinco meses por su infracci¨®n puntual con Brazda, reduci¨¦ndose la pena acumulada a 12 meses de prisi¨®n.
-Josef N.: 10 meses por sus relaciones (al menos en dos ocasiones) con Raimund M.
-Anton H.: ocho meses por sus relaciones continuadas con Rudolf Brazda, que lo sedujo y lo indujo a cometer esos actos.
Se tuvo en cuenta el arrepentimiento de todos ellos para deducirles de sus penas la mayor parte del tiempo que hab¨ªan pasado en detenci¨®n preventiva.
(...) Rudolf Brazda purg¨® en Zwickau los cuatro ¨²ltimos meses de su pena, que concluy¨® el 5 de junio de 1942. Pero ello no supuso el fin de sus sinsabores: inmediatamente fue objeto de una medida de Schutzhaft que solicitaron las autoridades policiales de Karlsbad, informadas con antelaci¨®n del inminente fin de su condena. La medida era de efecto inmediato y respond¨ªa a la directiva de Himmler de 12 de julio de 1940 relativa a los homosexuales que hubieran "seducido a m¨¢s de una persona".
Entonces fue enviado a Karlsbad y puesto a disposici¨®n de la Kripo . Despu¨¦s fue trasladado de una prisi¨®n a otra, hasta un s¨¢bado del mes de agosto, en que alcanz¨® su pen¨²ltimo destino en la estaci¨®n de Weimar. Junto con otros compa?eros de infortunio llegados en tren como ¨¦l, Rudolf subi¨® a un cami¨®n de transporte de tropas que se encamin¨® a la cima del Ettersberg, a unos pocos kil¨®metros de all¨ª.
Atados unos a otros, 50 nuevos detenidos bajaron del cami¨®n que los hab¨ªa transportado desde la estaci¨®n de Weimar, a una decena de kil¨®metros de all¨ª. Entre ellos, 38 Schutzhaftlinge (de los cuales 36 ten¨ªan patron¨ªmicos de origen ruso o ucraniano), cuatro criminales de derecho com¨²n, cuatro polacos y dos homosexuales, uno de ellos Rudolf.
Buchenwald est¨¢ situado en la cima de la colina del Ettersberg y no se alcanza a ver desde m¨¢s abajo. El nombre significa "bosque de hayas", sin duda para difuminar la brutalidad del lugar. Para acceder a ¨¦l, solo hay una carretera que atraviesa un denso bosque antes de desembocar en una vasta parcela deforestada. All¨ª se extiende una explanada en forma de media luna, de la que parten tres tipos de edificios habitables: los cuarteles de las SS, la f¨¢brica de armamento Gustloff, al este, y la parte carcelaria, al norte. Al sur, la cantera.
Hab¨ªa casitas bastante coquetas para los dirigentes de las SS y sus familias. Ten¨ªan un encanto campesino y techumbre de tejas. En las cercan¨ªas se hallaba el complejo del Falkenhof, una halconer¨ªa instalada a petici¨®n del propio Himmler y reconvertida en un lugar de residencia vigilada para presos pol¨ªticos de importancia. Para las familias de las SS tambi¨¦n hab¨ªa un zoo poblado por algunos animales, entre ellos osos, confiscados a los c¨ªngaros, seg¨²n se dec¨ªa. Adem¨¢s, exist¨ªa un picadero al lado de una caballeriza. Todas estas instalaciones ten¨ªan una extensi¨®n de cerca de doscientas hect¨¢reas.
Para los prisioneros, el descubrimiento de Buchenwald comenzaba por la parte carcelaria: el Schutzhaftlager, un recinto alambrado y electrificado de tres kil¨®metros de largo por tres metros de alto. Cuarenta hect¨¢reas rodeadas de bosque con blocks -alrededor de sesenta barracones- lindantes con edificios de servicios: cocinas, lavander¨ªa, "cantina", reservados, bloques m¨¦dicos y crematorios, a los que se a?ad¨ªan un almac¨¦n de jardiner¨ªa, invernaderos y establos destinados, sobre todo, a cubrir las necesidades alimentarias de las tropas de las SS estacionadas en el lugar.
(...) Ning¨²n reci¨¦n llegado entraba al campo sin ser desinfectado antes. Era la norma y no admit¨ªa excepciones. En cuanto les quitaban los grilletes, los prisioneros ten¨ªan que desvestirse y despojarse de sus efectos personales. Pod¨ªan estar tranquilos: sus objetos ser¨ªan cuidadosamente catalogados y conservados. Pero ?qu¨¦ le pod¨ªa importar aquello a Rudolf, que no hab¨ªa llevado consigo m¨¢s que una camisa de recambio? Era todo lo que le quedaba de los ¨²ltimos meses pasados en prisi¨®n. Sigui¨® la fila y se qued¨® desnudo como un gusano antes de ser rasurado de la cabeza a los pies. Los detenidos del campo asignados a esta tarea ten¨ªan consignas estrictas: rasurar el cr¨¢neo, pero tambi¨¦n las axilas y el pubis, as¨ª como cualquier otra parte pilosa.
A continuaci¨®n llegaba la desinfecci¨®n propiamente dicha, en una enorme tina llena de una soluci¨®n de cresol. Todo lo que se les ped¨ªa era que avanzaran en fila y se sumergieran en ella uno tras otro. Los SS miraban con aire burl¨®n y disfrutaban del humillante espect¨¢culo. Uno de ellos se hab¨ªa aproximado lo bastante al barre?o para darse cuenta de que Rudolf, que acababa de introducirse en ¨¦l, todav¨ªa llevaba una crucecita de oro colgada de una cadenita. "?Nada de ratones de sacrist¨ªa aqu¨ª!", exclam¨® mientras se la arrancaba con violencia.
Sin embargo, la cruz era un regalo de Toni, el ¨²nico objeto personal todav¨ªa en su poder. Para Rudolf resultaba indignante que se la confiscaran as¨ª, pero no estaba en situaci¨®n de protestar. "?Cont¨¦n la respiraci¨®n!", le orden¨® de repente el SS, antes de hundirle la cabeza en el l¨ªquido y de manten¨¦rsela sumergida. Rudolf se debati¨®, trag¨® desinfectante. Cuando finalmente el SS afloj¨® la presi¨®n, Rudolf apenas era capaz de salir del l¨ªquido. Fue presa de una violenta n¨¢usea y tuvo que vomitar, ante las risas de los amos del lugar, que asist¨ªan divertidos a la escena. El lento proceso de deshumanizaci¨®n hab¨ªa comenzado. (...)
Buchenwald... Al igual que los otros campos de concentraci¨®n, depend¨ªa de las SS y de su jefe, el Reichsf¨¹hrer SS Heinrich Himmler. Era un presidio, un lugar de aniquilamiento por el trabajo, pero no formaba parte de los seis campos que se encontraban en los confines de los territorios bajo la Administraci¨®n del Reich, destinados a Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Sobibor, Chelmno, Majdanek y Belzek, en lo que hab¨ªa sido Polonia, y que acababan de ser destinados al "arreglo de la cuesti¨®n jud¨ªa" mediante la "soluci¨®n final". El n¨²mero de deportados jud¨ªos en Buchenwald baj¨® r¨¢pidamente a partir de aquel a?o, cuando Himmler anunci¨® su intenci¨®n de limpiar de toda presencia jud¨ªa los campos de concentraci¨®n en territorio del Reich: de los aproximadamente 1.400 jud¨ªos registrados a finales de julio de 1940, se pas¨® a poco m¨¢s de 800 a finales de mayo de 1942. La mayor¨ªa de ellos partieron en tren hacia Auschwitz en oto?o, condenados a una muerte casi segura. No quedaron m¨¢s que 234, asignados a trabajos de construcci¨®n. Una presencia jud¨ªa que no representaba entonces sino el 1% de los detenidos en el lugar, y esto hasta el a?o 1944. Tampoco quedaron mujeres. Buchenwald acog¨ªa principalmente a los deportados a causa de las normas represivas: los opositores pol¨ªticos y otros indeseables, como Rudolf, todos los cuales hab¨ªan sido objeto de la aplicaci¨®n de una medida de Schutzhaft. A partir de ese mismo a?o de 1942, el campo de Buchenwald creci¨® en t¨¦rminos geogr¨¢ficos y de efectivos: administrativamente hablando, se convirti¨® en un Stammlager, un "campo matriz" o campo principal, al que se fueron incorporando progresivamente 136 aussenlager, "campos anexos", cuyos efectivos oscilaban entre algunas decenas y varios millares de detenidos.
Buchenwald se convirti¨®, as¨ª, en un campo de tr¨¢nsito. Los detenidos pasaban por ¨¦l para desinfecci¨®n y registro antes de ser destinados a otros lugares. En 1945 a¨²n se contaban 89 campos anexos en funcionamiento, desperdigados por todo el Reich y que representaban una poblaci¨®n carcelaria dos veces superior a la del campo matriz. Su funci¨®n era aprovisionar directamente a la industria de la guerra de mano de obra o suministrar contingentes destinados a trabajos civiles, tales como el desescombro de las zonas frecuentemente bombardeadas, como la regi¨®n industrial del Ruhr. La tarde del 8 de agosto de 1942, teniendo en cuenta a los 50 reci¨¦n llegados, entre los que se hallaba Rudolf, y las 27 salidas que hubo aquel d¨ªa, el n¨²mero total de detenidos en Buchenwald se elevaba a 9.141.
(...) Cuando destinaron a los reci¨¦n llegados sovi¨¦ticos al block o barrac¨®n n¨²mero 30, Rudolf y algunos otros fueron conducidos al barrac¨®n n¨²mero 2, contiguo a la plaza de llamadas. Se los reuni¨® en la sala com¨²n del barrac¨®n y recibieron la orden de coser sobre la chaqueta y el pantal¨®n de sus uniformes un peque?o tri¨¢ngulo de color, as¨ª como un n¨²mero estarcido sobre una estrecha cinta de tejido blanco. Para la administraci¨®n del campo, este n¨²mero era su nueva identidad. Rudolf ya no era sino la matr¨ªcula 7952. El n¨²mero ya lo hab¨ªan llevado antes de ¨¦l dos polacos, que hab¨ªan sido transferidos a otros campos, y despu¨¦s dos naturales del Reich, que hab¨ªan muerto en Buchenwald. ?l era, pues, el quinto en usarlo.
Encima de la matr¨ªcula hab¨ªa que a?adir un triangulito de tejido de color. Un tri¨¢ngulo de unos cent¨ªmetros de lado, con la punta vuelta hacia abajo y cosido a la chaqueta, a la altura del coraz¨®n. El color depend¨ªa del motivo de la detenci¨®n. La matr¨ªcula 7952 hab¨ªa estado asociada con anterioridad a tri¨¢ngulos de colores diferentes: al principio, al tri¨¢ngulo rojo de los prisioneros pol¨ªticos (los dos polacos), despu¨¦s al negro de los "asociales, refractarios al trabajo" (los dos naturales del Reich), y por fin al verde de los "criminales de derecho com¨²n" (los dos ¨²ltimos portadores de la matr¨ªcula). En el caso de Rudolf el color fue el rosa, escogido para estigmatizar la homosexualidad. En resumidas cuentas, un sistema de clasificaci¨®n muy sencillo, con una particularidad en el caso de los detenidos jud¨ªos. A ellos se los reconoc¨ªa por una estrella amarilla, en ocasiones bicolor (un tri¨¢ngulo amarillo y un tri¨¢ngulo del color correspondiente al segundo motivo de deportaci¨®n).
(...) En lo sucesivo, Rudolf formar¨ªa parte del peque?o n¨²mero de deportados por homosexualidad. Matr¨ªcula 7952, tri¨¢ngulo rosa, barrac¨®n n¨²mero 2. (...) Estaba aquel maestro panadero con el que un d¨ªa se cruz¨®, por casualidad, en el campo. Le hab¨ªan acusado de intentar seducir a uno de sus j¨®venes aprendices. La denuncia le hab¨ªa llevado hasta all¨ª, aunque su deportaci¨®n fue breve, pues iba a ser v¨ªctima de una ejecuci¨®n expeditiva por inyecci¨®n mortal. La acusaci¨®n de relaciones contra natura con un menor no era cosa de broma. (...) Estaban tambi¨¦n los cinco monjes j¨®venes de un monasterio de Renania. Hab¨ªan sido acusados de pr¨¢cticas homosexuales en el seno de su instituci¨®n religiosa. La acusaci¨®n, muy a menudo infundada, hab¨ªa sido utilizada frecuentemente por los nazis durante los "procesos de los conventos". En la segunda mitad de los a?os treinta, el argumento se usaba en el marco de la propaganda dirigida a separar a la comunidad cat¨®lica de su clero. S¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de su llegada, los monjes hab¨ªan sido convocados al Revier, la enfermer¨ªa del campo, donde fueron liquidados por inyecci¨®n mortal.
Rudolf Brazda. Itinerario de un tri¨¢ngulo rosa, de Jean-Luc Schwab. Alianza Editorial. Precio: 20 euros. Se publica el 4 de octubre.
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