Sepultados 18 a?os en el pozo
El hallazgo de los cad¨¢veres de una joven y su hijo comienza a aclarar su desaparici¨®n en 1993
Mar¨ªa del Carmen Espejo y su ni?o Antonio desaparecieron hace casi 18 a?os. Una eternidad para su familia. Jam¨¢s volvi¨® a saberse nada de ellos. Ni vivos ni muertos. La denuncia cursada ante la Guardia Civil no lleg¨® a ninguna parte. Ahora, casi 18 a?os despu¨¦s, la polic¨ªa los ha encontrado. Mejor dicho, ha localizado sus huesos. Enterrados en un pozo, al pie de un alcornoque de una finca de Almonaster la Real (Huelva). La polic¨ªa persigue por su supuesta implicaci¨®n en el caso a Genaro Ramallo Guevara, de 52 a?os, de origen boliviano, due?o del terreno y de una academia en la capital, que jam¨¢s hab¨ªa tenido tropiezos con la justicia.
Mar¨ªa del Carmen Espejo Guti¨¦rrez naci¨® en 1967, fruto de las relaciones de una mujer y un empleado de los astilleros de C¨¢diz y Sevilla. Este era un hombre casado y padre de varios hijos. Por eso, su madre registr¨® a la ni?a con sus propios apellidos. Siendo una veintea?era, Mar¨ªa del Carmen conoci¨® a Genaro Ramallo, que ya entonces era un insaciable donju¨¢n, con el que engendr¨® en torno a 1988 a un beb¨¦ al que impusieron el nombre de Antonio.
Los esqueletos, envueltos en pl¨¢sticos y cubiertos con grandes piedras, se descubrieron gracias al rastreo con un georradar
La polic¨ªa busca a un hombre de origen boliviano, due?o de una academia, compa?ero sentimental de la mujer
La pareja adquiri¨® conjuntamente un piso bajo de protecci¨®n oficial en Los Rosales, en la capital onubense, de unos 70 metros cuadrados. ?l se ganaba la vida dirigiendo una academia de clases particulares (en la actualidad regentaba un centro de este tipo en la calle del Doctor Pl¨¢cido Ba?uelos). No deb¨ªa irle mal el negocio por cuanto hoy posee varias propiedades inmobiliarias, entre ellas un terreno de 35 ¨¢reas en el t¨¦rmino de Almonaster la Real. Esa tierra, conocida entre los vecinos como la Huerta del Cura, fue comprada por Genaro en el verano de 1993, poco antes de que desaparecieran Mar¨ªa del Carmen y su hijo. Y all¨ª fue donde la polic¨ªa encontr¨® la semana pasada los esqueletos, junto con restos oxidados de una bicicleta infantil.
Ante la inexplicable desaparici¨®n de la muchacha y el ni?o, una t¨ªa suya present¨® en enero de 1994 una denuncia ante la Guardia Civil, mientras que el padre de la joven hizo otro tanto ante el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Curiosamente, el compa?ero de Mar¨ªa del Carmen no curs¨® ninguna denuncia y, cuando se le pregunt¨®, dijo que estaba convencido de que ella le hab¨ªa abandonado. Entonces, las pesquisas para dar con el paradero de las v¨ªctimas no alcanzaron ning¨²n puerto. Y pas¨® lo que pasa tantas veces: que los familiares de los desaparecidos se consumen durante d¨¦cadas temiendo que est¨¦n muertos, sin poder llevarles flores a sus tumbas.
Antes del verano, al cabo de casi cuatro lustros, la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Sevilla decidi¨® revisar este viejo caso pendiente, como ha hecho con otros similares que se han saldado con la localizaci¨®n de 40 personas (vivas o muertas). Al indagar en la vida del boliviano, los encargados de la investigaci¨®n acumularon pronto sospechas en su contra. Las explicaciones que dio a los agentes, su nerviosismo, algunas incongruencias alargaron a¨²n m¨¢s la sombra de la duda que ya pend¨ªa sobre ¨¦l.
El Grupo de Homicidios de Sevilla lleg¨® hace tres meses a la plena convicci¨®n de que Mar¨ªa del Carmen y su hijo estaban muertos y enterrados en el paraje conocido como la Huerta del Cura, a 100 kil¨®metros de Huelva. Los agentes hicieron varias catas en la parcela, pero no hallaron nada. Por eso requirieron la ayuda de Luis Avial Bell, propietario de Condor Georadar, una empresa madrile?a especializada en rastreos. "Era un terreno muy dif¨ªcil, lleno de ¨¢rboles. Las ra¨ªces de los ¨¢rboles se parecen mucho a los huesos. Mi equipo y yo estuvimos dos d¨ªas tomando im¨¢genes en unos 5.000 metros cuadrados. El georradar nos marc¨® tres puntos", explica Avial, que hizo el trabajo gratuitamente.
Uno de esos tres puntos se?alados por el estudio t¨¦cnico era donde la semana pasada fueron localizados los esqueletos: a dos metros de profundidad, tapados con pl¨¢sticos y lonas, y cubiertos por m¨¢s de media tonelada de piedras como sand¨ªas. El asesino (o asesinos) se emple¨® a fondo para que los cad¨¢veres no fueran descubiertos jam¨¢s. Pero fracas¨® ante la tenacidad de la polic¨ªa... y la tecnolog¨ªa.
?Cu¨¢ndo y c¨®mo fallecieron la mujer y el ni?o? Por el momento no se sabe, pero todo apunta a que ambos fueron llevados sin vida a la finca de la aldea de Calabazares. El laboratorio de ADN de la Polic¨ªa deber¨¢ ahora realizar an¨¢lisis gen¨¦ticos para corroborar que los huesos son de Mar¨ªa del Carmen y su hijo. A la vez, la autopsia forense tal vez pueda determinar de qu¨¦ forma perdieron la vida, aunque la primera impresi¨®n es que no fue por disparos de arma de fuego.
La juez de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Huelva, que lleva el caso, ha decretado el secreto del sumario. Los labios de los polic¨ªas est¨¢n lacrados. Hasta los vecinos de la sierra de Aracena se muestran remisos a hablar. Por una extra?a raz¨®n, el silencio es espeso y casi impenetrable.
El hermetismo impuesto por la magistrada impide conocer detalles de la vida de las v¨ªctimas. Seg¨²n algunas fuentes, Mar¨ªa del Carmen era funcionaria de la Junta de Andaluc¨ªa. Otras fuentes de la investigaci¨®n especifican que la joven trabajaba en la delegaci¨®n de la Consejer¨ªa de Turismo en Huelva, ciudad en la que conoci¨® a Genaro, con el que posteriormente acab¨® emparejada. ?Se deterior¨® la convivencia con el paso del tiempo? "Yo no s¨¦ si se llevaban bien o mal. Yo no me meto en problemas de matrimonio", ha declarado a EL PA?S el padre de la joven, Manuel B. C. Ning¨²n familiar tiene conocimiento de que hubiera disputas en la pareja. El padre mantuvo contacto con su hija hasta poco antes de su misteriosa desaparici¨®n.
"Estamos hablando de realidades complejas, de realidades familiares, por lo que tenemos que ser lo m¨¢s respetuosos posible con el trabajo de la polic¨ªa", se?al¨® hace unos d¨ªas el delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa, Luis Garc¨ªa Garrido, lo que apuntala la impresi¨®n de que el doble homicidio se produjo en el seno de la pareja.
A Ramallo, al que el Grupo de Homicidios intenta localizar, se le conocen varias compa?eras sentimentales, entre ellas una empleada en un hospital de Huelva, una peluquera de Punta Umbr¨ªa, una ciudadana francesa y otra mujer residente en Canarias. Con alguna de ellas ha procreado hijos. Qui¨¦n sabe si tal promiscuidad fue lo que emponzo?¨® las relaciones entre ¨¦l y la joven Mar¨ªa del Carmen.
Genaro empez¨® hace casi un cuarto de siglo dando clases particulares a estudiantes rezagados. Despu¨¦s mont¨® una academia en el coraz¨®n de Huelva. Exalumnos y exprofesores del centro coinciden en que era muy bueno en matem¨¢ticas, f¨ªsica y qu¨ªmica, por lo que su academia lleg¨® a tener una nutrida clientela.
Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, el sospechoso detect¨® la presencia de los polic¨ªas en su finca de Calabazares y huy¨®, sin que desde entonces haya vuelto a ser visto en su domicilio. Su fuga refuerza indirectamente los indicios existentes en su contra. Tan claros parece tenerlos la juez que lleva el asunto que ya ha dictado una orden de busca y captura. Sin embargo, todo apunta a que se ha marchado de Andaluc¨ªa en direcci¨®n a su pa¨ªs natal. Dos hermanos residentes en Espa?a han rehusado comentar para EL PA?S nada sobre el tema e, incluso, han argumentado que manten¨ªan escaso trato con ¨¦l.
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