Supersticiones a gog¨®
Madrid es una capital plagada de supersticiones porque aqu¨ª vienen a parar las de toda Espa?a y parte del extranjero. La superstici¨®n es uno de los prejuicios m¨¢s absurdos de la humanidad. La ciencia y la raz¨®n no cuentan nada para ella. Es decir, est¨¢ basada en la ignorancia y los temores irracionales. Es un disparate creer que da mala suerte pasar por debajo de una escalera o derramar el salero, o tocar madera ante cualquier pensamiento desquiciado. Por cierto, los supersticiosos avanzados dicen que la madera que te aleja de los peligros tiene que ser un objeto sin patas, como sillas o mesas. Hay gente que no aguanta ver tijeras abiertas en una mesa. Imagino que esto no afectar¨¢ a los sastres. Los hay tambi¨¦n que no pueden ver una culebra o un gato negro y se hacen la se?al de la cruz para espantarlos.
Tambi¨¦n hay personas que cruzan los dedos de forma procaz o se tocan la hebilla del pantal¨®n cuando se nombra a un gafe. Otros acuden a la cartomancia, la astrolog¨ªa, la quiromancia, el tarot o los signos del zodiaco.
Se dec¨ªa que Curro Romero no toreaba si se le atravesaba un gato negro por el camino. Y se sabe tambi¨¦n que el gran portero del Real Madrid Ricardo Zamora no se cambiaba la camiseta con la que hab¨ªa ganado, con lo cual consegu¨ªa que nadie quisiera ponerse a su lado en el vestuario.
La llegada de emigrantes ha colaborado eficazmente a la extensi¨®n de las supersticiones que llegan de Cuba y Sudam¨¦rica. No es extra?o que hayan aumentado extraordinariamente los videntes, los locales de magia negra y las tiendas de santer¨ªa que sacan el dinero a los clientes por medios estrafalarios o hablando supuestamente con los muertos. Toda sociedad es supersticiosa. La ignorancia no tiene l¨ªmites, y la credulidad, tampoco.
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