"Es el peor gobierno que hemos tenido en democracia"
"Abril me abri¨® la Moncloa para entrevistarme con el presidente Su¨¢rez""Aqu¨ª nadie se atreve a pedir un aumento salarial"
A principios de los a?os cincuenta y siendo joven trabajador de Astilleros de la Naval, Nicol¨¢s Redondo pas¨® a Francia clandestinamente para entrevistarse con el l¨ªder socialista en el exilio, Rodolfo Llopis. El veterano dirigente del PSOE le puso, entonces, en contacto con Ram¨®n Rubial encarg¨¢ndoles viajar a Madrid y conectar con lo que quedaba de un casi desaparecido partido.
Redondo ya conoc¨ªa el pa¨ªs vecino por haber sido evacuado, en 1937 a los diez a?os, junto con otros ni?os vascos en el buque La Habana y llevado a Burdeos donde vivi¨® cuatro a?os en una familia minera de H¨¦rault, y asistiendo a la escuela p¨²blica francesa. Entonces, desde Toulouse y luego desde Bilbao, casi siempre con Rubial, empezaron sus excursiones a la capital para contactar con gente en principio del partido socialista, como Mario Tanco, Pablo Castellanos, Miguel Boyer, o Ambrosio Guti¨¦rrez... "M¨¢s tarde en casa de este ¨²ltimo nos detuvieron a Felipe Gonz¨¢lez, Enrique M¨²gica, Ambrosio y a m¨ª en 1971 y se incautaron de nuestra multicopista. En esos a?os tambi¨¦n nos reun¨ªamos en la escuela particular de Mario Tanco, o en pisos de simpatizantes o militantes".
"Mi relaci¨®n fue mala con Marcelino, pero tambi¨¦n con Santiago Carrillo"
"La muerte de Franco me pill¨® en un piso en plena organizaci¨®n"
"Al 'lehendakari' Patxi L¨®pez se las ha hecho pasar canutas"
"Si no das respuesta a la gente, ?de qu¨¦ sirve el sindicato?"
A Madrid se viajaba en coche y muchas veces con un taxista, muy amigo de Rubial, aprovechando "alguna carrera" como los que hizo con Eduardo L¨®pez Albizu, Lalo, el padre del actual lehendakari Patxi L¨®pez. Sal¨ªan de la Naval el s¨¢bado al mediod¨ªa y regresaban el domingo por la noche. Poco a poco se fueron recorriendo media Espa?a, estructurando el partido que excepto en el Pa¨ªs Vasco se manten¨ªa a¨²n "en pa?ales" en los dem¨¢s sitios. "Desde aqu¨ª, aunque parece impropio decirlo, pero es verdad hist¨®rica, nos encarg¨¢bamos tambi¨¦n de montar la organizaci¨®n. Nos ayudaba mucho el prestigio de Ram¨®n Rubial al que Rodolfo Llopis hab¨ªa nombrado l¨ªder del partido socialista en "el Interior". Ten¨ªa confianza en nosotros, y sintonic¨¦ bastante con ¨¦l, quiz¨¢s porque era tambi¨¦n un poco impulsivo. Me encargaba viajar. 'Vete a tal sitio, a tal otro...". A?os m¨¢s tarde en 1973 fue expulsado de la Naval y el juicio por despido improcedente lo gan¨® el entonces joven abogado laboralista Felipe Gonz¨¢lez.
Despu¨¦s de trabajar con un amigo en un taller de Barakaldo en malas condiciones, un sindicato internacional de la construcci¨®n le permiti¨® dedicarse en exclusiva a la organizaci¨®n. En aquella ¨¦poca no ten¨ªan ni seguro, y para dar a luz su mujer tuvo que ir a Cruces con el carn¨¦ de su hermano, y aunque la Internacional le pagaba una miseria ten¨ªa tiempo para su labor de militancia: conectar, reestructurar la UGT y el partido, y ocuparse de la propaganda que les llegaba a Lalo y a ¨¦l de un viejo militante de Zaragoza. Luego la repart¨ªan en Asturias, La Rioja y hasta en Madrid".
Muchos a?os antes, Nicol¨¢s ya fue detenido por primera vez en 1951, despu¨¦s de la primera gran huelga de 1947 de la que a los veinte a?os ya sali¨® marcado (fichado). Tambi¨¦n ser¨ªa su primera experiencia de la c¨¢rcel, que volvi¨® a repetirse en 1962, con ocasi¨®n de las huelgas de Asturias que se extendieron a Bizkaia y Gipuzkoa. Posteriormente, conoci¨® la c¨¢rcel de Carabanchel antes de ser desterrado a Las Hurdes, a ra¨ªz de la famosa huelga de Bandas en 1966. Ser¨¢n las tres primeras detenciones de las doce que padeci¨® durante la dictadura, una de ellas con ocasi¨®n del Proceso de Burgos, y la ¨²ltima en 1973 cuando el Tribunal Supremo le conden¨® a dos a?os y medio de c¨¢rcel.
La muerte de Franco le pilla en Madrid "haciendo organizaci¨®n" en un piso cedido por Carmen Garc¨ªa Bloise y desde la capital viaja por toda Espa?a. En Madrid se reun¨ªan en unas oficinas prestadas por el empresario Enrique Sarasola, "amigo de Felipe", hasta que la polic¨ªa los desaloj¨® del lugar. Redondo dedicaba mucho m¨¢s tiempo al sindicato y su retribuci¨®n segu¨ªa proviniendo del sindicalismo internacional. Sarasola consigue entonces alquilar el edificio Biarritz en el barrio madrile?o de Cuatro Caminos, donde se celebrar¨¢ el Primer Congreso de la UGT despu¨¦s de casi cuatro d¨¦cadas de franquismo. All¨ª ser¨ªa elegido secretario general del sindicato.
"Fue un congreso tremendo porque se celebr¨® un mes despu¨¦s de los tr¨¢gicos sucesos de Vitoria en marzo de 1976, con cinco asesinados. Y el que tramit¨® mucho el camino del congreso fue Enrique M¨²gica, hablando con Areilza y con Fraga, entonces ministro de Gobernaci¨®n del Gobierno de Arias Navarro, y que me confes¨®, tiempo despu¨¦s, que aquello le trajo m¨¢s de un disgusto, porque no todo el mundo estaba de acuerdo en permitirlo. Fue un proceso complicado e incluso cuando propuse celebrar el congreso en Madrid desde el propio sindicato me llamaron "traidor", porque estaba ya preparado para celebrarse en Bruselas. Al final y con muchas dificultades conseguimos "la no prohibici¨®n". Tuvimos que decir que no era un congreso, sino Jornadas de Estudios. Eso abri¨® el camino al congreso de USO, a aquella famosa Asamblea General de CC OO en Barcelona, y, tambi¨¦n, al congreso del PSOE ese mismo a?o en diciembre".
En sus relaciones con CC OO, primero conoci¨® a Marcelino Camacho, tambi¨¦n a Nicol¨¢s Sartorius, y recuerda que en 1976, juntos convocaron una huelga contra el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez, y juntos constituyeron la COS (Coordinadora de Organizaciones Sindicales). Entonces CC OO estaba m¨¢s consolidada, m¨¢s implantada y recogiendo la experiencia portuguesa quer¨ªa crear una sola organizaci¨®n sindical. La relaci¨®n con Marcelino fue muy tensa, porque adem¨¢s insist¨ªa en un congreso de unificaci¨®n. M¨¢s tarde esta tensi¨®n se increment¨® con ocasi¨®n del Estatuto de los Trabajadores. "Mi relaci¨®n no solo fue mala con Marcelino, sino tambi¨¦n con Santiago Carrillo, porque yo manten¨ªa relaciones con Abril Martorell, y los futuros dirigentes de la CEOE como Carlos Ferrer Salat, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, o Luis Olarra, este todo un personaje".
Con Abril Martorell su relaci¨®n fue muy buena, les daban las tantas de la madrugada discutiendo, y eso le supuso entonces la cr¨ªtica y la incomprensi¨®n de algunos dirigentes del PSOE. "Abril me abri¨® las puertas de la Moncloa para entrevistarme varias veces con el presidente Su¨¢rez, un hombre afable que nunca me reproch¨® la huelga que le montamos en 1976. Y en eso coincid¨ª con Carrillo, lamentablemente no fue frecuente. Su¨¢rez era un hombre que inspiraba confianza y sab¨ªas que a lo que se compromet¨ªa lo cumpl¨ªa"."Nada m¨¢s salir del congreso, y sin darle un tono trascendente, nos reunimos Felipe Gonz¨¢lez, Santiago Carrillo, Alfonso Guerra, y yo, para ver lo que se pod¨ªa hacer. All¨ª se dieron los primeros pasos para la consiguiente gran manifestaci¨®n a favor de la democracia". El exsecretario general de UGT conserv¨® su esca?o hasta el 20 de octubre de 1987 cuando protagoniz¨® junto a Ant¨®n Sarac¨ªbar una sonada dimisi¨®n, despu¨¦s de a?os de desacuerdos, de dram¨¢ticas discusiones, con el entonces presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez. Ese progresivo distanciamiento entre los dos l¨ªderes socialistas comienza a darse cuando el PSOE llega al poder.
Las diferencias que ya hab¨ªan aflorado muchos meses antes se dan ahora con m¨¢s virulencia. "En los primeros a?os en una situaci¨®n econ¨®mica m¨¢s dif¨ªcil, cuando hubo de afrontar la reconversi¨®n industrial, es cuando m¨¢s acuerdos logramos, y cuando m¨¢s nos toleramos por decirlo de alguna manera. Pero cuando empieza a crecer realmente la econom¨ªa y tenemos m¨¢s posibilidades, es cuando desde nuestro punto de vista el Gobierno se apalanca. Y es cuando le decimos, ?Mira Felipe! no es un problema de tiempo. ?Qu¨¦ se estaba haciendo? Lo que ha dicho ahora hace una semana el ministro de Trabajo; que vale m¨¢s un puesto de trabajo en precario que un parado. Es el discurso que Felipe comparte entonces con Carlos Solchaga, cuando se afirma que aqu¨ª el paro no es problema de falta de empleo, es un problema de falta de voluntad de encontrar trabajo".
El proceso de ruptura se va gestando y no ocurre de la noche a la ma?ana, y lo que m¨¢s le doli¨® a Redondo era el cambio de pol¨ªtica, lo que le lleva a recordar cuando Felipe vino a Euskadi en la d¨¦cada de los sesenta a pedir ayuda para la gente que estaba en huelga en Sevilla. "Luego, -a?ade- se empieza a decir que el problema no es entre el Gobierno y la UGT, sino entre Felipe y Nicol¨¢s; que es un problema personal, llegando a contarse barbaridades como las de Alfonso Guerra que afirm¨® a Santos Juli¨¢ que era un problema de resentimiento m¨ªo, por no haber salido elegido secretario general en el hist¨®rico Congreso de Suresnes, o acusarnos en Alemania de ser compa?eros de viaje de los comunistas. La comisi¨®n de disciplina del partido lleg¨®, incluso, a mandarme una nota: "Te instamos a que desconvoques autom¨¢ticamente la huelga (la famosa huelga general del 15-D de 1988)".
Hoy, para Redondo, "lamentablemente", la socialdemocracia en Europa est¨¢ desmantelada porque de los 30 a?os "gloriosos" se ha pasado al neoliberalismo. "No me pesa decir que aqu¨ª, como sigan muchos a?os as¨ª la socialdemocracia y el partido, el socialismo se volver¨¢ un fen¨®meno irrelevante". Dolido, recuerda que de estos 30 a?os de democracia ha habido 20 de gobiernos socialistas y que no se ha creado una mayor conciencia social. "Alguna culpa tendremos los gobiernos democr¨¢ticos, y especialmente, el gobierno socialista porque es el que m¨¢s a?os ha gobernado. Ahora, nos encontramos en una situaci¨®n tremenda que no nos atrevemos a mirar", a?ade el veterano sindicalista, que cree que no existe Estado de Bienestar porque ¨¦ste no puede centrarse exclusivamente en la Sanidad y en la Educaci¨®n, teniendo cerca de cinco millones de parados, ocho millones pobres, y el salario m¨ªnimo a seiscientos euros y pico. "Pero lo que me preocupa, adem¨¢s de lo citado en el plano material, es la mentalidad que nos rodea. Aqu¨ª, nadie se atreve a pedir un aumento salarial o una pol¨ªtica fiscal m¨¢s progresiva. Hay un deterioro profundo, y todos estamos indignados".
Nicol¨¢s se muestra muy cr¨ªtico con los dos expresidentes, que siguen opinando de lo uno y de lo otro, mientras participan en grandes grupos empresariales. "Si usted est¨¢ callado yo no digo nada, pero no es el caso, y eso denota donde va este partido. Hay un sentido de orfandad en este PSOE que produce que Felipe sea todav¨ªa un referente. ?A qu¨¦ responde realmente esta orfandad? A que ya no hay ning¨²n contenido, ni pol¨ªtico ni ideol¨®gico, es lo lamentable".
En cuanto al futuro sindical, Nicol¨¢s se muestra igualmente pesimista a nivel general, y a nivel europeo lo ve regular. Comenta que en la nueva Europa no hay un sindicalismo unido porque la confederaci¨®n europea est¨¢ compuesta por numerosas confederaciones nacionales, en donde muchas veces priman los intereses nacionales sobre el contexto global, como ocurre con los partidos pol¨ªticos. "Pero no es lo mismo porque los sindicatos no tienen la responsabilidad de gobernar. Entonces hay un fallo. Las ¨²ltimas movilizaciones de trabajadores en Grecia, en Portugal y en Francia no han conseguido nada porque cada Estado tiene un marco laboral distinto. A eso se a?ade una cierta apat¨ªa de la gente. No puedes llamar a la movilizaci¨®n de tiempo en tiempo. Aqu¨ª estamos en una situaci¨®n delicada. Los sindicatos tendr¨¢n que analizar su estrategia y ser algo m¨¢s combativos, sabiendo de las dificultades que eso entra?a. Pero ya no resuelven los problemas, ni aqu¨ª ni en muchos sitios de Europa. Si no das respuesta a la gente, ¨¦sta se pregunta: ?Cu¨¢l es tu papel como sindicato?".
-?Y ahora c¨®mo ve al Gobierno?
- "Mal, est¨¢ ca¨ªdo, y este es el peor de todos los gobiernos que hemos tenido en democracia. Ha llevado a la izquierda hasta el ¨²ltimo extremo provocando que el fen¨®meno socialista sea irrelevante. Hay un desenga?o tremendo, y lo ¨²ltimo ha sido lo de la Constituci¨®n. Ten¨ªa que haberlo planteado antes y hablarlo con el candidato Rubalcaba. Iniciar un debate profundo y marcar otro procedimiento, pues este acuerdo crea un precedente muy malo. Me dicen que Rubalcaba se enter¨® despu¨¦s de que el presidente lo pactara con Rajoy. Ni reuni¨® a la Ejecutiva, ni al Comit¨¦ Federal, a nada...Es que es un destrozo".
A¨²n reconociendo que anta?o no fue santo de su devoci¨®n, Redondo llam¨® a Antonio Guti¨¦rrez para felicitarle por su postura en las Cortes, as¨ª como se felicita por la contestaci¨®n mantenida por los dos senadores vascos Roberto Lerchundi e Imanol Zubero en el Senado. Pero vuelve sus dardos hac¨ªa el Ejecutivo y convencido afirma que el gobierno ha creado una imagen de complicidad tremenda con la patronal y la derecha, como por ejemplo, en el tema de los contratos fijos o de los precarios. "Todos son pasos atr¨¢s, y la gente, con complejo de desclasamiento y miedo a la marginalizaci¨®n, est¨¢ muy preocupada o no se entera, porque la comunicaci¨®n es deficiente o incompleta. Por no hablar de la juventud que sabe que va a vivir mucho peor que sus padres, cuyos salarios han subido el 1% la ¨²ltima vez, (6 euros al mes). ?Oiga usted que me cuenta? Esto es una mala broma y no es para aplaudir. Hoy, ?en qu¨¦ se diferencia el gobierno socialista de uno de derechas?", se pregunta visiblemente enojado.
-?Y la relaci¨®n del Gobierno Zapatero con el Pa¨ªs Vasco?
- "Estoy totalmente en desacuerdo con algunas cosas que ha hecho. Aqu¨ª por ejemplo lleg¨® a un acuerdo con Patxi L¨®pez para las transferencias y de golpe y porrazo dice que no, lo aplazan hasta marzo, viene Manuel Chaves y dice que en marzo tampoco. Llegan a un acuerdo con el PNV y le dan capacidad de veto, y el PNV adquiere protagonismo diciendo que es el interlocutor v¨¢lido afirmando que las transferencias las trae ¨¦l y no el Gobierno de L¨®pez. Le ha desautorizado totalmente y las ha hecho pasar canutas al lehendakari. Todo el mundo est¨¢ callado".
- ?Y en el tema de la violencia?
- "Ahora, se percibe una Bildu triunfalista, aparece como que est¨¢ ganando, incluso da a entrever que la falta de atentados, en gran medida, se debe a ellos, y a la izquierda abertzale. Se le ha hecho una propaganda tremenda y se le sigue haciendo. Loyola fue una equivocaci¨®n enorme que luego se rectific¨® despu¨¦s del atentado de la T4. En este tema no se pueden crear estados emocionales. Parece que hemos estado gobernados por un adolescente", finaliza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- Nicol¨¢s Redondo
- Pa¨ªs Vasco
- Gente
- Espa?a
- Sociedad
- Matanza Vitoria
- Terrorismo Estado
- Huelgas
- Cargas policiales
- Transici¨®n espa?ola
- Conflictos laborales
- Acci¨®n policial
- Transici¨®n democr¨¢tica
- Polic¨ªa
- Conflictos pol¨ªticos
- Relaciones laborales
- Historia contempor¨¢nea
- Fuerzas seguridad
- Historia
- Terrorismo
- Pol¨ªtica
- Trabajo
- Justicia