Un crecepelo 'high tech'
Puede parecer un sarcasmo que un ¨¢rea de investigaci¨®n biom¨¦dica que ha causado tantas pol¨¦micas y ha prometido tantos avances -entre ellos tratamientos contra el p¨¢rkinson, la diabetes y otras enfermedades hoy incurables- haya acabado descubriendo la misma f¨®rmula que los mercaderes ambulantes del Lejano Oeste: la venta de crecepelos. Hace ya 20 a?os que los laboratorios se esfuerzan en promocionar crecepelos como el minoxidil o el finasteride -Propecia-, que pese a sus resultados modestos y sus efectos secundarios logran ya mover un mercado de 7.000 millones de euros, casi todo ¨¦l en Estados Unidos. Esta cifra implica dos cosas. Primero, que hay seis millones de calvos norteamericanos dispuestos a pagar los 50 euros al mes que cuesta uno de estos tratamientos. Y segundo, que quedan otros 80 millones de calvos en ese mismo pa¨ªs que podr¨ªan hacer lo mismo si los tratamientos fueran m¨¢s efectivos. Dado que en el mundo debe haber unos 2.000 millones de alop¨¦cicos, es f¨¢cil imaginar la agitaci¨®n que esta l¨ªnea de investigaci¨®n debe causar en los directores financieros del ramo.
Tiene gracia que un campo de investigaci¨®n dedicado casi exclusivamente al cuero cabelludo de los hombres haya sido espoleado en solitario por una mujer. La nueva fiebre del crecepelo arranc¨® en 2004, cuando la bi¨®loga celular Elaine Fuchs, de la Universidad Rockefeller de Nueva York, descubri¨® que las c¨¦lulas madre aisladas de la piel de ratones conservan la capacidad de generar nuevos fol¨ªculos pilosos, los ¨®rganos que generan el pelo, y cuya degeneraci¨®n es responsable de gran parte de las calvicies humanas.
Otros investigadores han comprobado que los fol¨ªculos inactivos en las zonas calvas del cuero cabelludo tienen tantas c¨¦lulas madre como sus colegas de las zonas pilosas; buscan alguna forma eficaz -probablemente cara- de activarlas. Las investigaciones capilares no solo servir¨¢n para mejorar la vida y empeorar la cuenta corriente de los calvos, sino tambi¨¦n para entender c¨®mo las c¨¦lulas madre se duermen o se activan seg¨²n el entorno, lo que ser¨¢ relevante alg¨²n d¨ªa para la curaci¨®n de otras heridas profundas, adem¨¢s de las del ego.
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