El grupo que iba a comprar Alfageme amenaza con suspender la oferta

Las prisas son malas consejeras. Dos meses antes de los comicios locales, en medio de una fuerte presi¨®n social, el conselleiro de Industria, Javier Guerra, y el entonces director del Igape, Joaqu¨ªn Varela (que ces¨® tras ser imputado en la Operaci¨®n Campe¨®n por presunto fraude en subvenciones), anunciaron un fabuloso acuerdo para salvar parte de los muebles de Alfageme, la conservera propiedad del grupo inmobiliario Promalar que se fue a pique pese a recibir multimillonarias ayudas p¨²blicas del Gobierno bipartito.

La operaci¨®n, planeada en la recta final de la suspensi¨®n de pagos de la conservera, supon¨ªa la venta de dos de sus f¨¢bricas -en Vilagarc¨ªa y Ribadumia- al grupo c¨¢ntabro Consorcio. Todos, administradores judiciales, sindicatos y trabajadores, vieron el proyecto con buenos ojos. Todos menos la familia Lago, due?os de Promalar, que presentaron un recurso contra la liquidaci¨®n de los bienes propuesta. Reclaman que la Xunta sea calificada como un acreedor ordinario, no privilegiado. Eso despojar¨ªa a la Administraci¨®n del poder de enajenar los bienes.

Consorcio se da hasta noviembre para sacar adelante su proyecto

Han pasado seis meses, no hay noticias del juzgado y el grupo Consorcio est¨¢ a punto de tirar la toalla. Los extrabajadores han recibido la noticia de que la firma c¨¢ntabra abandonar¨¢ su plan si no se aclara la situaci¨®n antes del 31 de octubre. Se esfumar¨ªan las esperanzas de salvar los 150 puestos de trabajo comprometidos. "Nuestra intenci¨®n es que [el conflicto] se solucione cuanto antes para comenzar a trabajar. L¨®gicamente no podemos alargarlo para siempre, pero seguimos pensando en que lo mejor es activar la marca Miau y reflotar la compa?¨ªa", aseguraba ayer un portavoz del grupo Consorcio, que eludi¨® poner fecha al abandono de la oferta. "Los Lago pleitean por todo para abortar la venta, utilizan empresas fantasma", asegura desde la CIG Rosa Abu¨ªn. Se refiere a una empresa de Tui que, seg¨²n fuentes de la plantilla, estar¨ªa vinculada a Promalar y que present¨® una oferta por las f¨¢bricas del Saln¨¦s.

Los exempleados celebrar¨¢n reuniones ma?ana y el d¨ªa 4 de octubre para decidir nuevas acciones de protesta. Pero el tiempo corre en su contra. La operaci¨®n pactada entre la Xunta y el Consorcio incluye la compra de activos de la conservera por valor de 33,2 millones de euros. Los bienes de la empresa avalan la mayor¨ªa del pasivo, y dos millones se iban a dedicar al pago de indemnizaciones de los obreros sometidos a un ERE que no fuesen contratados. Otros 567.000 euros se inyectar¨ªan en efectivo. Eso garantizaba recuperar la actividad y m¨¢s de un centenar de contratos. La Xunta avalaba el pacto con un pr¨¦stamo de nueve millones del Banco Europeo de Inversiones con l¨ªmites a la venta de las f¨¢bricas durante 10 a?os.

Pero adem¨¢s del hecho dram¨¢tico de que las plantas est¨¦n paradas, las marcas se deval¨²an. Miau, fuera de los lineales del supermercado, fue valorada en 2009 por 22 millones de euros junto a las ense?as del grupo, Eureka y Pe?a. "No dan ni la cuarta parte por ellas", reflexiona ahora un extrabajador. La plantilla ha ido cobrando con cuentagotas las indemnizaciones que sufraga el Fondo de Garant¨ªa Salarial. De los 90 empleados en la sede de Vigo todav¨ªa no han sido indemnizados un grupo de 15 personas.

Ante estas circunstancias, la Conseller¨ªa de Econom¨ªa no contesta ni explica la situaci¨®n de Alfageme por la que se hicieron tantos n¨²meros. La banca (Novacaixagalicia y el Popular) y la Xunta son los principales acreedores de la conservera, cuyo pasivo suma 65 millones de euros. Cerca de 46 millones son cr¨¦ditos avalados con dinero p¨²blico en una ¨¦poca de vacas gordas. Cargas financieras enormes, una gesti¨®n muy deficiente y un planteamiento err¨®neo del negocio dieron al traste con la firma.