La conferencia azul
Una nota de color marc¨® el primer d¨ªa de la conferencia pol¨ªtica del PSOE. Pero de color en el sentido literal de la palabra. El azul que ayer tintaba el escenario ha sustituido por primera vez al rojo que habitualmente te?¨ªa los cartelones que decoran el fondo de este tipo de actos. Y era chocante ver las siglas del PSOE de azul pepero. Desde la organizaci¨®n remiten a los creativos que dise?aron el montaje y reconocen la sorpresa del cambio crom¨¢tico: "Al entrar, parec¨ªa un teatro, era como ver el escenario de un musical, de El rey le¨®n". Pero no le hallan explicaci¨®n.
Para apreciarlo hab¨ªa que lograr primero acceder al auditorio. Lo que en principio parec¨ªa f¨¢cil se convirti¨® para muchos asistentes en una especie de misi¨®n. ?Hay butacas reservadas? S¨ª, no, quiz¨¢s. ?El acceso? Desde el vest¨ªbulo principal. No, en la primera planta. Error. Bastaba con entrar y sentarse en una de las primeras filas de arriba. Siempre que uno pudiera sortear al personal de la organizaci¨®n, que receloso guardaba las puertas como cancerberos apenas minutos antes del inicio.
Un par de horas antes, ya se realizaban minuciosos controles. Alrededor del per¨ªmetro del Palacio Municipal de Congresos, en el parque Juan Carlos I de Madrid, decenas de polic¨ªas sellaron las alcantarillas. Demasiados presidentes (en activo o jubilados) para dejarlo al azar.
Lo que no se logr¨® fue la puntualidad. Los militantes e invitados esperaron hasta el ¨²ltimo minuto para recoger sus acreditaciones y eso provoc¨® aglomeraciones en la puerta y en los esc¨¢neres de la entrada. Y eso que la organizaci¨®n hab¨ªa colocado varios puntos de acceso, para evitar las largas colas que, en el acto de proclamaci¨®n de Rubalcaba, el pasado julio, daban la vuelta al edificio. El ¨²ltimo en llegar fue Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, tras el que se cerraron las puertas del edificio.
El presidente se uni¨®, junto a Felipe Gonz¨¢lez, al grupo que, encabezado por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, recibi¨® a Martin Schultz, presidente del Partido Socialista Europeo. El peque?o despacho que Rubalcaba se hab¨ªa reservado parec¨ªa el camarote de los hermanos Marx, seg¨²n uno de los asistentes.
Nadie lo ha asegurado, pero probablemente Schultz se llevar¨¢ una de las tazas con el logo de Rubalcaba que la organizaci¨®n ha comenzado a vender en la conferencia. Otra de las novedades es el espacio 2.0 habilitado en el hall principal, donde como "muestra de la apuesta por las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n y de la participaci¨®n", el PSOE ha organizado encuentros digitales con dirigentes y asistentes a la cita y lanza los mensajes virales de Twitter.
En el primer d¨ªa, la emoci¨®n estuvo ausente. Quiz¨¢s era el efecto de tres jornadas por delante, pero la formalidad de la inauguraci¨®n y la falta de entusiasmo dejaban entrever que los militantes se entregan a esta reuni¨®n m¨¢s como un acto de tr¨¢mite que con sentimiento de victoria.
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