Socialdemocracia y nueva sociedad
El documento de la ponencia marco que el PSOE ha sometido a debate en su conferencia pol¨ªtica se inicia con el siguiente p¨¢rrafo: "La crisis econ¨®mica que vivimos es a la vez el anuncio y la consecuencia de un gran tr¨¢nsito hist¨®rico: el inicio de una nueva era en la historia de la humanidad. Un cambio al menos tan transcendental como lo fue el paso de la sociedad agraria y rural a la sociedad industrial y urbana, pero mucho m¨¢s r¨¢pido que aquel o cualquier otro cambio de gran magnitud ocurrido con anterioridad".
Se supone que si se hace esa declaraci¨®n, y teniendo en cuenta que estamos en la prehistoria de esa nueva sociedad, todo el documento de 143 p¨¢ginas deber¨ªa haber estado impregnado de propuestas que dejaran atr¨¢s a la sociedad industrial para adentrarse en el ignoto mundo que surge de un "cambio tan transcendental".
El siglo XXI y sus nuevas formas de producir y de crear riqueza exigen un socialismo distinto
El PSOE, tras su conferencia pol¨ªtica, deber¨¢ enfrentarse a varias preguntas, de cuyas respuestas depender¨¢ su mayor o menor ¨¦xito en las elecciones del pr¨®ximo 20-N y, lo que es m¨¢s importante, la renovaci¨®n de un proyecto socialdem¨®crata con credibilidad en el siglo XXI. La opci¨®n Rubalcaba es una vuelta al proyecto socialdem¨®crata que anima e inspira la acci¨®n pol¨ªtica y los principios del PSOE. Durante la etapa que concluye en noviembre y comenz¨® en 2004, el Gobierno socialista se ha ido deslizando por el camino del radicalismo de corte italiano del siglo XX, ampliando determinados derechos c¨ªvicos que nos han hecho m¨¢s libres pero no m¨¢s iguales de lo que ¨¦ramos cuando la crisis se nos vino encima.
Lo primero a lo que se debe enfrentar el candidato socialista es a lo siguiente: ?qu¨¦ papel debe jugar un partido en el seno de esa nueva sociedad? Los j¨®venes que protagonizaron el Movimiento del 15-M no eran antisistema, sino que deseaban, y desean, articular una nueva forma de participaci¨®n pol¨ªtica que posibilite la intercomunicaci¨®n, en tiempo real, entre electos y electores, tal y como es posible hacerlo hoy, gracias a las tecnolog¨ªas que ahora existen. Un joven digital no entiende que tenga que esperar cuatro a?os para hacer llegar a sus representantes sus propuestas, sus opiniones, sus sue?os, su aceptaci¨®n o su rechazo de las pol¨ªticas que articulan los partidos.
Un partido en el siglo XXI es aquel que es capaz de interactuar con sus electores proporcion¨¢ndoles datos, argumentos y propuestas y, a la vez, mantener la capacidad de recibir argumentos, datos y propuestas, en tiempo real, de la sociedad. Soportar las estructuras jer¨¢rquicas partidarias actuales, con un l¨ªder que se rodea de ejecutivos fieles, cercanos al poder institucional ypreocupados por conservar su posici¨®n desde una actitud acr¨ªtica, es ignorar la nueva forma en que los ciudadanos quieren y pueden participar en pol¨ªtica.
?Qu¨¦ significa ser socialista en el siglo XXI? es otra pregunta que exige respuesta. Si la sociedad actual ha experimentado ese gran cambio del que se habla en el documento marco, no cabe la menor duda de que el socialismo de este siglo debe partir de unas premisas diferentes del socialismo del XIX y XX, puesto que una sociedad articulada alrededor de bases diferentes exige un socialismo distinto y reconocible para quienes viven inmersos en esta nueva forma de producir y de crear riqueza. Si todo est¨¢ puesto en cuesti¨®n en estos momentos, ?cu¨¢l es la raz¨®n para que no se dibuje una nueva manera de ser socialista? En las siglas del Partido Socialista aparece la O de obrero. ?Qu¨¦ significa ser obrero en el siglo XXI? Si hoy la sociedad nueva es la del conocimiento, parece l¨®gico pensar que el obrero que trabaja en esta nueva sociedad no puede ser el equivalente al obrero del siglo pasado. ?Qu¨¦ son para el socialismo actual los creadores de Tuenti, Twitter, Facebook, Google..? Para algunos, esas empresas son el resultado del juego y el aburrimiento de una pandilla de ni?atos que perd¨ªan su tiempo delante de un ordenador. Pero ha ocurrido que, en agosto, Movistar ha comprado Tuenti por 70 millones de euros. Seguro que los que andan anclados en el pasado seguir¨¢n pregunt¨¢ndose por las razones que han llevado a Telef¨®nica a comprar el capricho y el aburrimiento de un grupito de j¨®venes aislados con sus ordenadores.
Si estamos asistiendo al gran paso de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento y de la inteligencia, habr¨¢ que concluir que el patrimonio de Twitter, Facebook, Microsoft, Tuenti, Movistar, Google, Youtube, Appel, etc¨¦tera, no son ni los metros cuadrados de naves, ni sus m¨¢quinas, ni sus cadenas de montajes, ni sus obreros, ni sus palacios, ni sus yates, ni sus fincas. Su patrimonio es su inteligencia. ?En qu¨¦ est¨¢ pensando el socialismo del siglo XXI cuando trata de recuperar el impuesto de patrimonio? ?En el patrimonio del siglo pasado o en el patrimonio de la nueva sociedad?
Ser socialistas en el siglo XXI es tratar de articular una nueva forma de relacionarse con aquellos sectores que tienen a su disposici¨®n un gran patrimonio tecnol¨®gico y ponerlo al servicio de Espa?a, de esos sectores y de la juventud espa?ola que crea, arriesga, fracasa y triunfa, mediante un sistema de colaboraci¨®n simbi¨®tica que permita un beneficio para el pa¨ªs, para las empresas y para los j¨®venes creadores del siglo XXI. Invertir 70 millones en comprar el resultado del trabajo de una cuadrilla de j¨®venes es tan absurdo como tirar el dinero por el balc¨®n. Las empresas tecnol¨®gicas espa?olas, y todas aquellas que han decidido apostar por la innovaci¨®n, resultar¨¢n m¨¢s ¨²tiles y rentables a Espa?a si el impuesto de patrimonio del siglo pasado se sustituye por un acuerdo de inversi¨®n equivalente entre el Gobierno y esas empresas, aplicable a dotar de contratos a los j¨®venes espa?oles que se encuentren capacitados para elaborar proyectos innovadores que, sin duda, generar¨¢n conocimiento, en primera instancia, y competitividad a continuaci¨®n.
Ser socialista en el siglo actual es apostar por una nueva forma de recaudar e invertir el patrimonio acumulado en la nueva sociedad. Se trata de articular un gran pacto con la sociedad del que formen parte del Estado, la empresa y los j¨®venes creadores.
En eso deber¨ªa consistir ser socialista ahora; en ser capaces de descubrir y abrirse a la sociedad invisible, tan presente en tantas partes y tan ignorada por los responsables pol¨ªticos e institucionales. Sociedad invisible formada por seres an¨®nimos, creadores, innovadores, arriesgados, que no pierden la ilusi¨®n ni el optimismo, porque saben que cada fracaso no es el fin, sino el principio de una acumulaci¨®n de conocimientos que, tarde o temprano, se plasmar¨¢n en un gran proyecto que, con el paso del tiempo, ser¨¢ comprado por una gran multinacional que no crey¨® en ellos hasta que no triunfaron. El socialismo del siglo XXI deber¨¢ ser capaz de asumir y compartir el riesgo de los creadores de este momento.
Para responder a los retos del siglo en el que vivimos, el socialismo necesita la complicidad de todos aquellos que deseen interactuar con ese pensamiento y la complicidad de los nuevos exploradores que saben que el futuro est¨¢ a nuestro alcance.
El socialismo del siglo XXI, si gobierna tras las pr¨®ximas elecciones, deber¨ªa comprometerse a hacerse cargo de los gastos sociales y del seguro de desempleo de todos aquellos exploradores que sean contratados por empresas o inversores que decidan adentrarse en esos terrenos de innovaci¨®n y de invenci¨®n de nuevas iniciativas. Se tratar¨ªa de pensar de una forma distinta lo que hasta ahora ha sido la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas.
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra fue presidente de Extremadura y es miembro del Consejo de Estado.
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