?Una boda "triste"?

Cuando Cayetana de Alba se convierta el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en se?ora de Alfonso D¨ªez, muchos respirar¨¢n en el palacio sevillano de Due?as. Tras la fiesta vendr¨¢ un poco de tranquilidad para la pareja, la familia, los entornos y los compa?eros de trabajo. Aunque la celebraci¨®n no dejar¨¢ de ser un acto m¨¢s o menos cotidiano, con no m¨¢s de 30 invitados -hijos, yernos, nada de nietos, hermanos del novio y alg¨²n amigo ¨ªntimo-, un trance que seg¨²n los allegados del contrayente, tal como confiesa ¨¦l mismo en sus c¨ªrculos m¨¢s ¨ªntimos, va a ser "un poco triste".

Triste porque no acudir¨¢n todos sus hermanos. Triste porque los hijos de la duquesa consienten el capricho de su tercer matrimonio, pero no hay uno solo al que le parezca bien. Triste y con caras largas, porque si acuden todos -condici¨®n impuesta a saco por Cayetana tras el reparto de la herencia-, algunos de los que est¨¦n, como Jacobo Siruela e Inka Mart¨ª, lo har¨¢n claramente a la fuerza.

Sus planes a una semana del acontecimiento eran desaparecer un mes por Francia. "No queremos saber nada", iban diciendo a sus amistades, muy disgustados por la actitud de la novia. Pero la inc¨®gnita el jueves pasado era saber si, despu¨¦s del perd¨®n requerido con peros por parte de la duquesa tras los insultos que dedic¨® a su nuera en directo en un programa de televisi¨®n, les convencer¨¢ finalmente para asistir a la ceremonia. En eso se emplean a fondo algunos de sus hermanos, sobre todo Eugenia, que tambi¨¦n se mostr¨® preocupada por las "desafortunadas" -t¨¦rmino parece que consensuado por ambos, madre e hijo- declaraciones de la arist¨®crata.

La duquesa se ha disculpado p¨²blicamente. Pero con condiciones. La anta?o periodista y hoy partenaire en el sello Atalanta, la nueva aventura editora del conde de Siruela, deber¨ªa reconocer que su suegra, seg¨²n ella, les ha ayudado, les ha dejado las mejores fincas de la familia en Salamanca y, adem¨¢s, les ha legado un pisazo en Madrid.

Quienes no han dejado de darle colorido a la boda han sido los propios sevillanos. En la ciudad ya es todo un acontecimiento. Se instalan vallas en las inmediaciones del palacio, y los m¨¢s listos han hecho temporada con el merchandising: camisetas e imperdibles de I love DQS se venden en las esquinas de Triana y Santa Cruz.

Todo estaba m¨¢s o menos listo este fin de semana. Por la capilla del palacio -el favorito de la duquesa, junto al de Liria en la capital-, los tres p¨¢rrocos encargados del oficio recibir¨¢n al novio vestido de chaqu¨¦ gris y a la novia con el secreto mejor guardado de estos d¨ªas: el traje que le han confeccionado Victorio & Lucchino. Las apuestas en BetVictor situaban estos d¨ªas como favoritos al beis para el modelo de la novia y al azul para el tono de corbata del novio.

S¨ª ha trascendido el men¨²: un buf¨¦ que no variar¨¢ mucho de lo que habitualmente se sirve durante los tradicionales festejos en la residencia sevillana de los Alba. All¨ª, recibir a m¨¢s de 20 personas para comer es algo frecuente. Habr¨¢ gazpacho, ajoblanco, marisco...

Mientras, es probable que D¨ªez se haya tragado algunos sapos, como escoger de madrina a Carmen Tello, la mujer de Curro Romero e ¨ªntima de su novia, en detrimento de su hermana mayor. Un comunicado de la Casa de Alba defiende que la elecci¨®n ha sido por "expreso deseo" del novio, pero es algo dif¨ªcil de comprender para quienes le conocen bien: D¨ªez y su hermana son u?a y carne. Quiz¨¢ haya prevalecido en la decisi¨®n cierto cach¨¦ medi¨¢tico, aunque al enlace no entrar¨¢ m¨¢s que un fot¨®grafo.

El novio, sin embargo, se ha declarado tranquilo ante la boda estos d¨ªas. Ha seguido acudiendo al trabajo puntualmente a las 7.30. Se ha sentado en su sala junto a sus ocho compa?eros y ha debido hacer c¨¢lculos aritm¨¦ticos sobre las vacaciones, los moscosos -d¨ªas libres para asuntos propios en la Administraci¨®n- que le quedan libres y los 15 que va a disfrutar de permiso para la boda. Todo muy medido con vistas a su ya pr¨¢cticamente segura excedencia y con el ¨¢nimo de no regalar ni una hora de m¨¢s al Instituto Nacional de la Seguridad Social, donde hasta ahora desempe?a su funci¨®n.

De haber andado reiteradamente pidiendo un estatus de exclusividad con el que podr¨ªa redondear su sueldo trabajando un par de horas m¨¢s por la tarde, ha pasado a renunciar a esta cuando ya finalmente consigui¨® que se la otorgasen para disfrutar de su noviazgo. El salto de la Administraci¨®n a la aristocracia, en su caso, se ha reducido sencillamente a una entrada para el cine, esa afici¨®n que proporcion¨® hace tres a?os un reencuentro que ha terminado en boda.