Arquitectura en estado puro
V¨¢zquez Consuegra recupera los espacios del Pabell¨®n de la Navegaci¨®n
Deambular por el recuperado Pabell¨®n de la Navegaci¨®n de Sevilla es como hacerlo por las entra?as de un gran buque. La versatilidad del acero sorprende al visitante cuando el material se hace paredes, pavimentos o, en una alarde de sofisticaci¨®n, se reviste de un plateado mate, acabado que se consigue laminando el acero inoxidable en caliente.
Materiales, texturas, un gran respeto por la luz natural y generosidad en los espacios son las bazas con las que juega el arquitecto sevillano Guillermo V¨¢zquez Consuegra en la recuperaci¨®n de un edificio que ¨¦l mismo proyecto para albergar una muestra ef¨ªmera en la Exposici¨®n Universal de 1992. El arquitecto ha devuelto al edificio su estructura original para adaptarlo a nuevos usos expositivos y congresuales; as¨ª como para dotarlo de una atractiva ¨¢rea de servicios que incluye dos restaurantes y una cafeter¨ªa.
El edificio, cerrado al p¨²blico desde 1999, estar¨¢ abierto el pr¨®ximo diciembre
El arquitecto ha apostado por el acero en su nueva intervenci¨®n
"La intervenci¨®n m¨¢s importante ha sido la construcci¨®n de un nuevo acceso principal a trav¨¦s de la plaza cubierta que conecta la cota superior de la Plaza de los Descubrimientos con el nivel inferior del Muelle de Indias. Es una plataforma casi ingr¨¢vida de acero cort¨¦n y cristal. Pero tambi¨¦n hemos actuado en el resto del edificio, sobre todo para frenar el deterioro que ha sufrido en los ¨²ltimos 20 a?os debido a su escaso mantenimiento", explica V¨¢zquez Consuegra a pie de obra.
"Durante el recorrido por el pabell¨®n, el visitante se encontrar¨¢ distintas alturas y proporciones, juegos de escalas, espacios que se dilatan y se contraen y un especial tratamiento de la luz natural", explica el arquitecto, autor de las dos fases de la rehabilitaci¨®n del Palacio de San Telmo de Sevilla y ganador de los concursos para convertir las Atarazanas Reales en el nuevo CaixaForum y rehabilitar el Museo Arqueol¨®gico, ambos en Sevilla.
La intervenci¨®n en la Navegaci¨®n, que comenz¨® en marzo de 2008, ha contado con un presupuesto de 7,3 millones de euros a los que habr¨¢ que sumar los 3,7 millones de euros que la empresa GPD emplear¨¢ en la creaci¨®n de la exposici¨®n permanente. El total, 11 millones, los paga la Empresa P¨²blica de Gesti¨®n de Activos S A (Agesa), que depende de la Consejer¨ªa de Hacienda.
El Pabell¨®n de la Navegaci¨®n, que fue la estrella de la Expo 92 y que desde 2007 goza de una protecci¨®n especial al estar inscrito en el Cat¨¢logo del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz, cerr¨® al p¨²blico en 1999 y volver¨¢ a abrirse en diciembre de este a?o. Han sido 12 a?os durante los cuales el edificio tan solo se ha utilizado para congresos y la celebraci¨®n de eventos corporativos e institucionales.
Tras la finalizaci¨®n, esta semana, de las obras, el inmenso edificio de 18.000 metros cuadrados se prepara para albergar una exposici¨®n permanente sobre la relaci¨®n de la ciudad con el mar, Sevilla y la navegaci¨®n atl¨¢ntica, en los 2.700 metros cuadrados de la planta superior; adem¨¢s de para ofrecer muestras temporales y congresos en la inferior.
La planta baja del pabell¨®n, que gracias al ventanal que da al Guadalquivir podr¨¢ incorporar tambi¨¦n el espacio abierto del Muelle de Indias, se transforma en un gran continuo que termina en la misma margen del r¨ªo e invita a subir a la torre Mirador, tambi¨¦n parte del conjunto y desde la que se obtiene una bella panor¨¢mica de la ciudad a 65 metros de altura. La intenci¨®n del arquitecto, que huye de las imposiciones, ha sido crear un espacio di¨¢fano sembrado de esbeltas columnas blancas y que, gracias a un moderno sistema de paneles m¨®viles, se puede transformar en hasta tres salas independientes, seg¨²n las necesidades de uso.
"Cuando construimos el pabell¨®n el material predominante fue la madera, el mismo que se ha usado durante siglos en las embarcaciones; mientras que en esta segunda intervenci¨®n hemos elegido el acero, el material que revolucion¨® la navegaci¨®n en el siglo XIX. Ambos conviven con naturalidad en el pabell¨®n que se a adaptado a un nuevo programa de usos", explica V¨¢zquez Consuegra, premio Nacional de Arquitectura en 2005 y autor de obras con alma de barco como el Museo del Mar en G¨¦nova (Italia), la Ordenaci¨®n del Borde Mar¨ªtimo de Vigo o el Museo Nacional de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica en Cartagena.
"Es fundamental que el proyecto expositivo y el arquitect¨®nico sean complementarios y entren en resonancia, siempre a favor del espacio. Hay que establecer una relaci¨®n de coherencia; mantener los espacios abiertos con luz natural y reservar los audiovisuales para los espacios cerrados", advierte V¨¢zquez Consuegra a quien el montaje de la exposici¨®n temporal que pudo verse durante la Expo no le pareci¨® que respetara el edificio.
La cafeter¨ªa, con un enorme balc¨®n que mira al Guadalquivir y a Sevilla, y la estudiada simplicidad de los dos restaurantes situados en el cuerpo sur del edificio completan la nueva oferta del pabell¨®n. Al arquitecto, adem¨¢s de la luz y el espacio le gusta el silencio, as¨ª que en todas las estancias dedicadas a la restauraci¨®n lamas verticales de madera sobre un panel ac¨²stico recubren techo y paredes para crear una atm¨®sfera en la que resuenen los ecos Guadalquivir.
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