Coaliciones contra los impuestos
Google y Apple coinciden en pedir que se pague menos por repatriar beneficios
Volvi¨® la actividad a Washington tras el verano y con ella se alzan las espadas en la batalla fiscal, con dos rivales definidos. De un lado, la Casa Blanca, que con el d¨¦ficit disparado busca incrementar la recaudaci¨®n. De otro, las grandes multinacionales, que suman fuerzas para pagar lo menos posible. El choque est¨¢ creando alianzas ins¨®litas. Google y Apple arriman juntas el hombro para pagar menos impuestos por los beneficios que acumulan en el extranjero. Se suman a una coalici¨®n en la que tambi¨¦n est¨¢n Microsoft, General Electric, Oracle o Pfizer, gigantes que se ahorran cientos de millones de d¨®lares dirigiendo las ganancias hacia pa¨ªses con una imposici¨®n favorable.
El impuesto de sociedades en EE UU ronda el 35,1%. Sin embargo, la fiscalidad efectiva es del 27%, y se reduce hasta el 20% en el caso de las empresas con m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares (7.500 millones de euros) en activos. Eso lo consiguen estableciendo los llamados centros de beneficios, para no pagar en EE UU.
A diferencia de otros pa¨ªses, EE UU solo aplica el impuesto de sociedades cuando se repatr¨ªan los beneficios. Eso, en n¨²meros, se traduce en unos 1,37 billones (un bill¨®n de euros) que escapan al control del fisco, seg¨²n JP Morgan. El objetivo de estos mastodontes es lograr una amnist¨ªa fiscal para repatriar los fondos pagando en torno al 5%.
El abanderado de la batalla es John Chambers, de Cisco Systems. Su empresa amasa 37.000 millones en el extranjero. Pero los que hacen el trabajo de sensibilizaci¨®n son lobistas como Jeffrey Forbes, antiguo jefe de gabinete del senador Max Baucus.
Baucus preside el comit¨¦ financiero, que calcula que la medida costar¨ªa 78.700 millones en la pr¨®xima d¨¦cada. Como detalla Bloomberg, Forbes forma parte de una armada de m¨¢s 160 lobistas que trabaja una medida similar a la adoptada en 2004.
Y todo esto sucede a la vez que se quiere cambiar la fiscalidad de las empresas, de lo poco en que dem¨®cratas y republicanos coinciden. El ¨²ltimo ajuste data de la era de Ronald Reagan, cuando el impuesto de sociedades se redujo 12 puntos tras eliminar incentivos y deducciones fiscales. La diferencia est¨¢ en c¨®mo hacerlo.
El argumento de Chambers, apoyado por la C¨¢mara de Comercio, es que ese gui?o ayudar¨¢ a impulsar la econom¨ªa. Una justificaci¨®n que, con las presidenciales a un a?o vista y una tasa de paro que no baja del 9%, cala.
Uno de ellos es Charles Schumer, el influyente senador dem¨®crata por Nueva York. Antes del verano se meti¨® de lleno en el debate apoyando la petici¨®n de las corporaciones. En el pasado se opuso. Ahora quiere que con ese dinero se financien proyectos en infraestructuras. Tambi¨¦n lo ven as¨ª los aspirantes republicanos a las presidenciales. Sin embargo, es el coste de la medida y sus beneficios lo que divide a los legisladores y la Casa Blanca.
Si la historia sirve de precedente, Obama no tiene muchos motivos para optar por esa amnist¨ªa. Gracias a la pasada, se repatriaron unos 312.000 millones. Pero en lugar de invertirse, el dinero se utiliz¨® para subir dividendos y en planes de recompra de acciones.
El dem¨®crata Ron Wyden dice tener la soluci¨®n, similar en algunos detalles a la que estar¨ªa pensando la Casa Blanca. Su recomendaci¨®n es recortar el impuesto de sociedades al 24%, eliminar la legislaci¨®n que permite redirigir los beneficios y, por supuesto, la amnist¨ªa. Le apoya el republicano Dan Coats. Lo que est¨¢ por ver es si su propuesta, que present¨® hace dos semanas, gana apoyos.
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