Inercia
A juzgar por la prisa con la que los informativos dieron cuenta de la manifestaci¨®n de interinos y profesores de este domingo, donde representaron una muerte ficticia de la ense?anza p¨²blica en Madrid, uno dir¨ªa que las protestas est¨¢n bajando de intensidad. Coincid¨ªa con el d¨ªa mundial de las aves y con las carreras de motos, por lo que uno comprende que el profesorado ocupara un lugar epis¨®dico en la escaleta, como noticia apresurada. Adem¨¢s es f¨¢cil caer en el cansancio, toda noticia necesita una evoluci¨®n, ya que vivimos en un mundo p¨²blico que se sustenta de mecanismos narrativos. Lo que ayer interesaba mucho, hoy ya interesa menos y ma?ana puede que sea invisible. La continuidad no es un reclamo, sino que es necesario vivir de cl¨ªmax perpetuos.
Pero no es as¨ª. Los encierros de profesores han continuado durante la semana y se prev¨¦n dos nuevos paros en estos d¨ªas pr¨®ximos, con lo que la batalla parece proseguir sin desfallecimiento. Aunque los medios empiezan a mostrar preocupantes signos de apat¨ªa, una partida enorme de directores de instituto han firmado un manifiesto en protesta por los recortes y los equilibrios educativos, dando idea de que nos espera un a?o de empobrecimiento en la ense?anza, que por el momento no parece preocupar demasiado a los padres de alumnos, seguramente amilanados por las circunstancias econ¨®micas, esas que s¨ª ofrecen cada d¨ªa un nuevo cl¨ªmax dram¨¢tico, con titulares que hablan de debacle. Pero debacle de qu¨¦, de qui¨¦n, como si el sistema financiero fuera m¨¢s vital que el sistema educativo. Vivimos tiempos de automutilaciones y una renuncia inducida es la de que nuestros hijos tengan peores recursos educativos que nosotros.
La inercia parece ser la ley f¨ªsica en la que se amparan los responsables de la pol¨ªtica educativa. Todo lo que sube, baja; y como subi¨® la intensidad de las protestas en su d¨ªa, as¨ª creen que perder¨¢ impulso hasta que la calma llegue a sus departamentos y todos tan contentos y en su puesto. Como si existieran las pastillas para dormir protestas. Es interesante espiar esa batalla. La lucha por la visibilidad mientras otros persiguen la sedaci¨®n. Ya sea en el puente de Brooklyn o en el instituto m¨¢s cercano, se enfrentan lo vivo contra lo inerte.
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