El espect¨¢culo contin¨²a
Nuevos cambios de dise?ador en la semana de la moda de Par¨ªs - La casa Paco Rabanne vuelve a la pasarela de la mano del indio Manish Arora
Cuando las aguas est¨¢n tan revueltas, en el pack de supervivencia de un dise?ador debe figurar cierto talento para disimular. O, mejor a¨²n, para mentir. El pasado viernes, un sonriente Rodolfo Paglialunga profesaba su amor por Vionnet, donde dec¨ªa estar seguro y feliz. ?l ya sab¨ªa que estaba presentando su cuarta y ¨²ltima colecci¨®n para la casa. Nosotros, obviamente, no. La firma anunci¨® ayer su separaci¨®n del dise?ador italiano y, aunque no revelaba las causas, insist¨ªa en que se hab¨ªa producido "de com¨²n acuerdo". Como un divorcio cualquiera, vamos. Su lugar ser¨¢ ocupado por dos hermanas gemelas, Lucia y Barbara Croce, que han trabajado en Prada o Neil Barrett. Eso s¨ª, nunca juntas. Bienvenidos a la semana de la moda de Par¨ªs, un circo en el que todo es susceptible de ser todav¨ªa un poco m¨¢s extra?o.
"La realidad es siempre un producto de nuestra imaginaci¨®n", sosten¨ªa (?premonitoriamente?) la firma Valentino horas antes del anuncio de Vionnet. La frase aparec¨ªa al final de sus notas para primavera/verano 2012. Las disquisiciones metaf¨ªsicas no son el atributo m¨¢s obvio de una casa c¨¦lebre por vestir a la alta sociedad, pero -como tantas otras- est¨¢ inmersa en una metamorfosis. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli han dejado atr¨¢s los balbuceos con los que arrancaron en la tarea de suceder a su antiguo jefe y han encontrado su propia voz dentro del definido universo de Valentino.
"Esta colecci¨®n es un viaje liberador, emocional y sensorial en el que la moda es una expresi¨®n de puro placer est¨¦tico", afirman. Ciertamente, hay una belleza primaria en la forma en que traje y cuerpo se funden en sus dise?os. El encaje de colores se recorta sobre tr¨¦mulas transparencias y una cascada de flores bordadas termina en destellos de rojo que se unen al de los zapatos. El trabajo es tan exquisito como solo puede serlo el de uno de los mejores talleres del mundo.
En Valentino han conseguido algo que muchos ans¨ªan: asentar una nueva visi¨®n, que enlace con la historia y resulte original y contempor¨¢nea. Una tranquilidad siquiera aparente -ninguna silla es demasiado estable en este negocio- que se le resiste a Yves Saint Laurent. Hace casi una d¨¦cada que Stefano Pilati reemplaz¨® a Tom Ford en la casa del maestro franc¨¦s, pero el italiano vive en un estado de interrogaci¨®n constante. En Saint Laurent se niega que se le est¨¦ buscando reemplazo, pero en un contexto tan pre?ado de falsas verdades nadie cree a nadie. De ah¨ª que los medios se empe?en, una y otra vez, en situar a Pilati fuera. No debe ser f¨¢cil entregar colecci¨®n tras colecci¨®n en semejante clima de incertidumbre. Mucho menos cuando exposiciones y homenajes recuerdan constantemente la maestr¨ªa del tipo en cuyo nombre se dise?a.
Tal vez por eso, su propuesta de primavera es tan oscura y dram¨¢tica. Pilati trabaja con dos materiales con cuerpo, jacquard y una especie de gazar llamado Marrakesh (muy apropiado, all¨ª est¨¢ el jard¨ªn donde fueron esparcidas las cenizas de Saint Laurent). Los densos colores invernales y las robustas siluetas son una forma valiente de enfrentarse a las dudas, pero no tienen la potencia para eliminarlas por completo.
En el caso de Chanel, las c¨¢balas sobre el futuro siguen un curso independiente de lo que su dise?ador presente. Al menos en teor¨ªa, la posici¨®n de intocable del septuagenario dise?ador alem¨¢n resiste experimentos tan fallidos como la fantas¨ªa subacu¨¢tica que ayer present¨®. Lo que est¨¢ garantizado en Chanel es la cuota de espect¨¢culo y no decepcion¨®: Florence Welch actu¨® en el desfile m¨¢s concurrido de la semana, que convirti¨® el Grand Palais en un cegador fondo del mar con gigantescas caracolas, corales y estrellas. Lagerfeld buce¨® para encontrar el origen de las perlas, un pilar est¨¦tico de Coco, y al emerger entreg¨® trajes nacarados y faldas con el movimiento de las algas. Los artesanos de Chanel dotan de virtuosismo t¨¦cnico a esta aventura submarina, pero el resultado est¨¦tico es francamente discutible.
El car¨¢cter experimental de Paco Rabanne est¨¢ hecho a la medida del teatral Manish Arora. Ayer, el indio se estren¨® como director creativo de una casa, propiedad de Puig, que vuelve a la pasarela tras a?os centrada en los perfumes. Rindi¨® homenaje a las ra¨ªces Rabanne con piezas rescatadas del archivo y otras propias. Pero Arora es m¨¢s sensual y moldea sus mallas de piel y metal para que abracen las curvas del cuerpo. Eso s¨ª, casi todo resulta tan poco apto para la vida cotidiana como aquellos "12 vestidos met¨¢licos imposibles de llevar" que formaban el manifiesto con el que Rabanne revolucion¨® la industria en 1966. En Par¨ªs las sillas no dejan de romperse, pero el espect¨¢culo debe continuar.
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