Di¨¢logo con el misterio
Parece ser opini¨®n generalizada que la concesi¨®n del premio Nobel de Literatura (en particular si ata?e a la poes¨ªa) despierta dos comentarios. Tambi¨¦n, creo yo, se dan este a?o. Por un lado, la insatisfacci¨®n ante la no concesi¨®n a otros poetas verdaderamente grandes; en los dos casos que voy a citar, representativos no solo de una obra sino de sendas culturas. Me refiero al coreano Ko Un y el sirio Adonis.
Por otro lado, el Nobel -al margen de sus grandes aciertos: Juan Ram¨®n, Neruda, por citar a poetas de nuestra lengua- permite la sorpresa de descubrirnos a otros que no siempre son excesivamente conocidos fuera de sus pa¨ªses. Recordar¨ªa los nombres de Seferis, Quasimodo o Elytis. Creo que la concesi¨®n a Tomas Transtr?mer despertar¨¢ esta ¨²ltima sensaci¨®n de sorpresa frente a la autenticidad. Y ser¨¢ as¨ª aunque dispongamos ¨²ltimamente de dos traducciones recientes, El cielo a medio hacer (2010) y Deshielo a medianoche (2011).
Dir¨ªa, en primer lugar, que estamos ante una poes¨ªa empapada de misterio y que, sin tener nada que ver, nos recuerda a obras atmosf¨¦ricas como las de Poe o Dylan Thomas. A este ¨²ltimo por el vigor y la fuerza de su palabra, siempre rica y llena de claroscuros. El poeta aut¨¦ntico se permite, a la vez, transmitirnos un lirismo a fogonazos, intenso, sin ignorar la realidad, que ¨¦l revela en el uso de t¨¦rminos actuales, de la cotidianidad. Pero, como buen poeta n¨®rdico, la naturaleza es la ra¨ªz nutricia de sus poemas, expresada a trav¨¦s de s¨ªmbolos como el del bosque (sobre todo), las estaciones, p¨¢jaros y plantas, o la noche. De ¨¦l destacar¨ªa tambi¨¦n la libertad expresiva, manifestada en poemas escritos en vers¨ªculos, en poemas en prosa o en sus siempre logrados haikus. Y la memoria, esa otra ra¨ªz de la infancia y de la adolescencia sin la que no hay poeta; tiempo que Transtr?mer fij¨® en su texto autobiogr¨¢fico Visi¨®n de la memoria (1966). En ¨¦l aparecen otros s¨ªmbolos igualmente claves: la biblioteca, el museo, el maestro, cuanto le debi¨® a las ense?anzas primaria y secundaria, el lat¨ªn o el siempre entra?able recuerdo de un poeta especial: Horacio.
Tomas Transtr?mer: levemente surrealista, en posesi¨®n de algo que ¨¦l diferencia -la palabra, el lenguaje, la m¨²sica-, sirviendo a una realidad que nunca es "realismo"; pero, por encima de todo, vigoroso en su expresi¨®n y dialogando con el misterio; yendo, como el poeta debe ir, con la palabra m¨¢s all¨¢. A veces nos entrega sus poemas desde un sabroso hermetismo o un surrealismo leve. Pero por encima de estas caracter¨ªsticas literarias brilla siempre, como fogonazos, con frases que restallan, "la otra realidad": esa que, sin m¨¢s, revela lo aut¨¦ntico.
Antonio Colinas es poeta.
Babelia
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