50 antidisturbios irrumpen en los juzgados de Barcelona para detener a seis indignados
El esperpento recorri¨® ayer los juzgados de Barcelona por obra y gracia de los Mossos d'Esquadra. Armados, con pasamonta?as y a paso ligero, unos 50 agentes antidisturbios irrumpieron en el espl¨¦ndido edificio de la Ciudad de la Justicia para detener a seis de los indignados que el pasado 15 de junio participaron, supuestamente, en el cerco al Parlamento catal¨¢n y en el acoso a diputados. Los indignados, a los que la Audiencia Nacional ha citado a declarar por un delito contra las instituciones del Estado, hab¨ªan acudido al juzgado para entregarse y esperaban en una cafeter¨ªa cuando, para sorpresa de todos, entr¨® en escena la Brigada M¨®vil.
La rocambolesca historia arranc¨® por la ma?ana, cuando nueve de los 22 imputados por los hechos del Parlamento se presentaron, de forma voluntaria, ante el juez de guardia. Quer¨ªan evitar el engorro que han sufrido otros diez indignados -la detenci¨®n policial- y ponerse a disposici¨®n de la Audiencia Nacional para declarar en Barcelona y no tener que desplazarse hasta Madrid. Una molestia que implica, entre otras cosas, pagar el viaje de ida y vuelta de su propio bolsillo.
El juez de guardia, Josep Maria Miquel Porras, tom¨® nota y remiti¨® un escrito al juez que instruye el caso, Eloy Velasco, para saber qu¨¦ deb¨ªa hacer. Pero no obtuvo respuesta porque "no hubo forma" de encontrar a Velasco, detallaron fuentes judiciales. De los nueve indignados, seis decidieron aguardar la decisi¨®n en el edificio. Otros tres prefirieron irse.
En un ambiente en el que predominan los trajes y las corbatas de los abogados, la presencia de los indignados llam¨® la atenci¨®n de un responsable de seguridad de los Mossos en la Ciudad de la Justicia, quien alert¨® a sus superiores. La polic¨ªa auton¨®mica tuvo m¨¢s suerte que el juez Porras. A trav¨¦s de su enlace en la Audiencia Nacional, los Mossos presionaron a los funcionarios del juzgado y lograron contactar telef¨®nicamente con Velasco. Este transmiti¨® a la polic¨ªa que actuara seg¨²n lo acordado y aval¨®, as¨ª, las detenciones.
Mientras el juez barcelon¨¦s segu¨ªa sin noticias de Madrid, la polic¨ªa activ¨® un contundente dispositivo. A pesar de que los indignados no representaban ninguna amenaza de seguridad, el Departamento de Interior decidi¨® enviar a su principal fuerza de choque, los antidisturbios, porque "eran los que estaban m¨¢s cerca de la Ciudad de la Justicia", justific¨® un portavoz.
Siete furgonetas se plantaron frente a las puertas del recinto y unos 50 mossos tomaron la Ciudad Judicial sin que ning¨²n mando alertara de ello a la m¨¢xima responsable del recinto, la juez decana de Barcelona, Maria Josep Feliu. Se da la circunstancia de que Feliu estaba comiendo en la cafeter¨ªa-restaurante del complejo donde tambi¨¦n esperaban los indignados, de modo que pudo presenciar la actuaci¨®n policial. Los antidisturbios trasladaron a los imputados al Auditorio y los encerraron all¨ª. El juez Porras, que tambi¨¦n hab¨ªa salido a la calle, fue alertado por un abogado de la situaci¨®n e irrumpi¨® en el vest¨ªbulo hecho una furia: "?Quiero aqu¨ª al responsable de este operativo!", grit¨®.
El jefe de seguridad que dio el aviso y un mando de los antidisturbios entraron con ¨¦l en el despacho para discutir el asunto. Y all¨ª estaba ya el auto de la Audiencia Nacional en el que se avalaban las detenciones. El juez de guardia deb¨ªa, al fin, desentenderse del caso y los mossos sacaron por fin a la calle, esposados, a los indignados, que fueron trasladados en los veh¨ªculos a la comisar¨ªa de Sants-Montju?c. El mismo lugar que, con su comparecencia voluntaria, pretend¨ªan evitar.
El despliegue in¨¦dito ha creado malestar entre algunos jueces, que acusan a la polic¨ªa de "puentearles". Tampoco fue del agrado de la prensa porque, mientras dur¨® la escena, los polic¨ªas requisaron los DNI a algunos periodistas y les impidieron moverse y hablar con libertad.
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