La parroquia, contra kikos y Roucos
El barrio del Sagrado Coraz¨®n de Lugo se enfrenta a la decisi¨®n del Obispado de sustituir a sus dos p¨¢rrocos por un cura del conservador Camino Neocatecumenal
Jos¨¦ Manuel Carballo, cat¨®lico practicante, no quiere al nuevo cura. Ni ¨¦l ni las m¨¢s de 500 familias del barrio Sagrado Coraz¨®n de Lugo lo aceptan. Llevan un mes haciendo casi de todo para forzar al Obispado a que d¨¦ marcha atr¨¢s en su decisi¨®n de apartar a los dos sacerdotes de siempre, Guillermo M¨¦ndez, que ha envejecido en la parroquia, y a su ayudante, Miguel Fern¨¢ndez Villarino, por un p¨¢rroco kiko o, lo que es lo mismo, por un disc¨ªpulo del Movimiento Neocatecumenal, esa organizaci¨®n ultraconservadora que la labia voraz de Kiko Arg¨¹ello, su fundador, extiende como la espuma entre altos mandatarios de la Iglesia Cat¨®lica.
Pero de nada han servido las reuniones con el obispo Alfonso Carrasco Rouco, ni las quejas al vicario Luciano Armas, las marchas con pancartas por las calles del barrio o la negativa de los vecinos a entrar en la Iglesia el domingo que el nuevo cura empezaba a misar. El mandato del Obispado se impone y el kiko, un sacerdote brasile?o, se queda. Los vecinos, mientras, abandonan la protesta p¨²blica "por la salud de los sacerdotes" -Guillermo M¨¦ndez ya ha cumplido los 96- aunque a la vez anuncian que oir¨¢n misa en otras parroquias de Lugo. "Nosotros s¨ª que les queremos, son ellos [el Obispado] los que no los quieren nada", afirma el vecino.
"Somos hermanos, pero cuando chocas con ellos pasamos a ser demonios"
"La Iglesia cat¨®lica no se da cuenta de que estamos en el siglo XXI"
A Jos¨¦ Manuel casi se le quiebra la voz al enumerar las virtudes de sus dos antiguos curas, pero se mantiene sereno al explicar por qu¨¦ no quiere al nuevo. "Hemos le¨ªdo muchas cosas sobre los kikos y el Movimiento Neocatecumenal en Espa?a. Sustituyen a gente muy querida en la feligres¨ªa para ir col¨¢ndose en Lugo". A la primera misa del p¨¢rroco brasile?o en la parroquia, celebrada el pasado domingo, asistieron unos cuantos miembros de esta comunidad, enemiga ac¨¦rrima del matrimonio homosexual, antiabortista y contraria a la eutanasia. Los vecinos, mientras tanto, esperaron fuera del templo la salida de autoridades, indignados por la irrupci¨®n en la parroquia de estos feligreses desconocidos. "Queremos a don Guillermo y a don Miguel. ?No a kikos y Roucos!", corearon cuando el vicario abandonaba la iglesia en su coche, escapando de las pancartas de los vecinos. El nuevo cura, Augusto Alvarado, sali¨® del templo escoltado.
"El 98% de los feligreses no entramos en la iglesia. El Obispado actu¨® de manera unilateral al intentar desplazar a nuestros sacerdotes", insiste Carballo, a la saz¨®n presidente de la asociaci¨®n vecinal Porta de Lugo. Don Guillermo, de 96 a?os, lleva 46 en el barrio del Sagrado Coraz¨®n y es "una persona humilde y muy caritativa". Ahora se enfrenta a una jubilaci¨®n forzosa y, aunque el Obispado repite hasta la saciedad que siempre podr¨¢ participar en las actividades de la parroquia, a los vecinos no les ha sentado nada bien el retiro inesperado del anciano sacerdote. A su ayudante, don Miguel, que oficia la eucarist¨ªa en el barrio desde hace 11 a?os, no es la edad la que lo aparta de sus vecinos - no llega a los 40-, sino la nueva misi¨®n que le encomienda la di¨®cesis, fruto de "una reorganizaci¨®n" en la atenci¨®n a las parroquias. El primer destino que le comunicaron desde el Obispado fue el municipio ourensano de Bande, pero todo parece indicar que se quedar¨¢ m¨¢s cerca, en la provincia de Lugo, pero no como cura del Sagrado Coraz¨®n, que es lo que piden los vecinos. "Don Miguel est¨¢ plenamente integrado en el barrio. Era ¨¦l el que estaba atendiendo a don Guillermo", lamenta Carballo.
Del nuevo sacerdote, ya instalado, los vecinos apenas saben otra cosa m¨¢s que pertenece al movimiento que cre¨® Kiko Arg¨¹ello en las chabolas de Vallecas despu¨¦s de una fuerte crisis personal, que es brasile?o y que antes de pisar Lugo ofici¨® la eucarist¨ªa en parroquias de Madrid y Navarra. "No lo conocemos ni tenemos ning¨²n inter¨¦s en ¨¦l. Estamos en contra de lo que representan y de la manera de actuar de los kikos. La Iglesia cat¨®lica no se da cuenta de que estamos en el siglo XXI", defiende Carballo, profundamente descontento con el obispo de Lugo y con el t¨ªo de este, el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco Varela. "Sus a?os en Munich le hicieron olvidarse de la realidad de Galicia", dice sobre el de Vilalba. Pese al descontento, los vecinos est¨¢n convencidos de que no pueden hacer nada m¨¢s. "Tenemos un problema grave, que es la salud de nuestros curas. No hace falta que nos digan nada, se les nota". La presi¨®n, cuenta, les est¨¢ enfermando. "Para el Obispado somos todos hermanos, pero cuando chocas con ellos pasamos a ser demonios".
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