El rectorado se desvincula de las agresiones a novatos en Santiago
La Polic¨ªa Judicial trata de localizar a los responsables
La Universidad de Santiago no emprender¨¢, al menos de momento, ninguna investigaci¨®n para localizar a los responsables de la agresi¨®n que el pasado mi¨¦rcoles llev¨® al hospital por lesiones en los ojos a tres estudiantes, rociados con detergente industrial durante una novatada en plena calle. "Fue en un espacio p¨²blico y en horas fuera de la actividad universitaria", argumenta en una entrevista concedida ayer a la Cadena SER el vicerrector de estudiantes de la universidad compostelana, Francisco Dur¨¢n. Las novatadas, tipificadas como delito contra la integridad moral —en algunos casos se consideran incluso tortura—, pueden acarrear desde la expulsi¨®n de la universidad y del colegio mayor hasta penas de c¨¢rcel en los casos m¨¢s graves.
La Universidad de Santiago, donde estudian los tres j¨®venes agredidos, se desvincula de la novatada "porque no existe ning¨²n requerimiento" para hacer lo contrario. Por ahora, los heridos no han denunciado el ataque, que pudo causarles da?os irreversibles en la vista. Tampoco el Colegio Mayor San Agust¨ªn, la residencia jesuita en la que se alojan los tres chicos, se ha pronunciado hasta el momento m¨¢s que para lamentar lo ocurrido.
La ¨²nica investigaci¨®n en curso para averiguar qui¨¦n introdujo el detergente en la fiesta en la que se produjeron los hechos la ha abierto de oficio la Polic¨ªa Judicial de Santiago, que ya ha tomado declaraci¨®n a las v¨ªctimas. Los tres j¨®venes siguen sus tratamientos y evolucionan favorablemente de las heridas causadas por la sosa c¨¢ustica que alguien les arroj¨® a la cara durante una batalla, como se conocen, en jerga estudiantil, las fiestas que cada inicio de curso congregan en lugares p¨²blicos a novatos y veteranos de distintos colegios mayores de Compostela. La diversi¨®n del encuentro consiste en ba?ar al nuevo en salsa de tomate, huevos, agua o harina o leche.
Para la ley, la novatada es un delito, pero lo cierto es que las universidades y los colegios mayores no han conseguido erradicar esta pr¨¢ctica vejatoria y peligrosa para la integridad f¨ªsica. "Sigue siendo una tradici¨®n empezar un proceso de integraci¨®n de los nuevos, aunque en muchos centros est¨¦ prohibido", reconoce Dur¨¢n.
Precisamente bajo pretexto de acoger a los reci¨¦n llegados, los veteranos cometen atrocidades como las del pasado mi¨¦rcoles. Mientras la vigilancia se endurece en los pasillos de residencias y colegios mayores por imperativo legal, en la calle, aunque sujetas a la misma prohibici¨®n, las novatadas encuentran todav¨ªa su espacio, en parte porque los estudiantes las justifican y sus v¨ªctimas las aceptan con resignaci¨®n. "Son incontrolables por parte de la Universidad de Santiago", se escuda Dur¨¢n.
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