Todos son cuentos
El relato directo y sencillo, la llamada storytelling en el marketing, ha venido a convertirse en el medio privilegiado para hacerse entender, hacerse aplaudir, ganar elecciones generales o conseguir galardones literarios, sean de ensayo o no.
De hecho, en los concursos de ensayo no se premian ya, salvo contadas excepciones, nada que recuerde, ni de lejos, a la f¨®rmula de experimentar con el pensamiento o jugar con ¨¦l mediante la libertad de la escritura creativa. En el ejercicio del relato simple en lugar de la reflexi¨®n, en la exposici¨®n del tema en vez de su penetraci¨®n, en la narraci¨®n de hechos sucesivos en lugar de su encadenamiento, m¨¢s o menos racional, se halla la moda de hoy.
Ortega dec¨ªa que el pensamiento en la mente humana es como el gorjeo en la garganta de los p¨¢jaros
Si la sociedad se ha infantilizado y los medios de comunicaci¨®n son ante todo emocionales ?a qu¨¦ viene el pensamiento, supuestamente m¨¢s fr¨ªo y distante? ?A qu¨¦ viene pensar si lo que cuenta es informar?
En t¨¦rminos generales, toda emisi¨®n de pensamiento, por menudo que sea, se encubre, como un bomb¨®n en papel de plata, bajo la carcasa festiva de la historieta. La pol¨ªtica no tiene ideas nuevas: su novedad en las campa?as es presentar al candidato como un heroico corredor de 100 metros lisos o al rival como un se?or¨®n que espera ver pasar el cad¨¢ver de su enemigo.
Pero igualmente, en la econom¨ªa, todas las marcas que se proponen triunfar deben hallarse adheridas a un storytelling. Estas zapatillas Nike se relacionan con el malditismo, este coche Volvo evoca la seguridad familiar, BMW describe el placer de conducir, Apple es el ingenio inteligente y los productos de L'Or¨¦al mejoran la autoestima.
De hecho, todos estos a?os de Gran Crisis se han llenado de mil leyendas basadas en los buenos y en los malos, en la codicia de unos y la ruina de otros, en la crueldad de los monstruosos mercados y la lastimosa impotencia de los ciudadanos. Monstruos, magias, bordes del precipicio, estallidos y hecatombes han sido y son la bater¨ªa de explicaciones ofrecidas por las autoridades a los ciudadanos de hoy, tontos o no.
Ortega dec¨ªa que el pensamiento en la mente humana es como el gorjeo en la garganta de los p¨¢jaros. De la misma manera que el p¨¢jaro se recrea d¨¢ndole vueltas a sus trinos y conoce el deleite en ello, el pensamiento inteligente observa la faceta de las cosas y se complace en los momentos cruciales de la soledad humana.
Pero ya casi nada de todo esto es contempor¨¢neo. Ahora, precisamente, la soledad, emasculada de pensamiento, aterra y los cuentos vienen a cumplir (como dosis de melatonina) el papel de las fantas¨ªas que se cuentan a los ni?os para dormirlos.
El relato, la narraci¨®n, el cuento m¨¢s trendy no se adentra adem¨¢s en cuestiones que remuevan los pozos del cuerpo. Son, en general, relatos muy someros en la medida en que lo que efectivamente tratan de conseguir es una lisa cosm¨¦tica sobre la lectura y una digesti¨®n ligera en la posible asimilaci¨®n.
M¨¢s a¨²n, la atenci¨®n a esta clase de storytellings, muy presentes en los libros de autoayuda pero tambi¨¦n de filosof¨ªa, de sexualidad o de educaci¨®n, no "llaman" la atenci¨®n. Esto ser¨ªa inmiscuirse demasiado en la vida de la clientela.
La ¨²nica atenci¨®n que invocan es, parad¨®jicamente, la distracci¨®n. De la misma manera que las series en la televisi¨®n o que las pel¨ªculas de serie su objetivo es hacer pasar el rato. Pasar por el rato que la mente les presta y dejar el territorio m¨¢s o menos igual de llano que cuando no se recorri¨®.
Babelia
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