250 caballos 'se manifiestan' contra el microchip de Medio Rural
El otro desfile del 12 de octubre
Baiona se convirti¨® ayer en escenario de un desfile, pero bien distinto del que las Fuerzas Armadas protagonizaban simult¨¢neamente en Madrid. En el caso de la villa pontevedresa, fueron m¨¢s de 250 caballos los que se pasearon por su fachada costera para protestar contra la implantaci¨®n obligatoria del microchip. Sus propietarios consideran que las marcas tradicionales, bien gestionadas, son suficientes para identificar a los animales, y alertan de que la imposici¨®n del dispositivo, que dicta la Xunta, acabar¨ªa en cinco a?os con los ¨¦quidos salvajes, dado su alto coste.
La manifestaci¨®n, convocada por la Asociaci¨®n de Propietarios de Cabalos dos Montes da Groba, reuni¨® a unas 500 personas, entre los jinetes, venidos de todo el sur de la provincia, y un grupo que hizo el recorrido a pie. A los lados de la calzada que cruza Baiona se agolpaban los curiosos, estupefactos los visitantes, comprensivos los vecinos. Tras la manada, colas de coches de m¨¢s de 20 minutos, y una ristra de excrementos que iban recogiendo dos sufridos empleados municipales.
Los due?os de estos caballos, de raza aut¨®ctona gallega, unos 1.500 en la Serra da Groba, argumentan que la implantaci¨®n del microchip -similar al que llevan animales de compa?¨ªa y el ganado estabulado- har¨ªa a¨²n m¨¢s gravosa una pr¨¢ctica que en ning¨²n caso es lucrativa. Costar¨ªa unos 40 euros, cuando los potros los est¨¢n vendiendo a entre 30 y 60 euros, y adem¨¢s tienen que pagar el seguro de responsabilidad civil, otros 300 euros anuales.
Modesto Dom¨ªnguez, presidente de la asociaci¨®n, tiene m¨¢s de 200 bestas, y con ellos pierde unos 2.000 o 3.0000 euros al a?o. Denuncia que el microchip, que la Xunta estar¨ªa dispuesta a subvencionar hasta 2013, es "un negocio para unos pocos" y no soluciona ninguno de los problemas que puedan generar -destrozos en fincas o siniestros viales-. Remarca que en A Groba todos los caballos est¨¢n marcados y registrados en una base de datos. Tambi¨¦n en su cabeza. Con un golpe de vista desde la carretera y con el coche en marcha es capaz de identificar a cada uno de ellos, decir de qui¨¦n es y recitar su marca. Recuerda que hace una d¨¦cada eran comunes los accidentes, porque los caballos atravesaban la carretera que une Baiona con A Guarda. Se instal¨® una valla, que la propia asociaci¨®n se encarga de mantener, y se solvent¨® el problema. Sugiere este tipo de soluci¨®n para otros lugares.
Mantienen los animales por tradici¨®n y por pasi¨®n, y garantizan que con el sistema de marcas tradicional est¨¢n perfectamente controlados. Se les graba una letra y un n¨²mero en el lomo, y se anota a qui¨¦n pertenece. Ponen esa base de datos a disposici¨®n de la Guardia Civil y de la Xunta, y en caso de que haya un accidente de tr¨¢fico, por ejemplo, el conductor puede identificar al propietario para reclamarle a su seguro la indemnizaci¨®n pertinente. Proponen extender este sistema al resto de asociaciones.
Con la marcha, los propietarios buscan dar un golpe de efecto para que se cierre en su favor un conflicto que estall¨® poco antes de los comicios municipales, que coincid¨ªan con la celebraci¨®n de los curros en los que se marca a las "burras do monte" del modo tradicional, a hierro. Ante la amenaza de suspender estas vistosas y concurridas celebraciones, en aquel momento, la Conseller¨ªa de Medio Rural les concedi¨® una suerte de tregua electoral, pero se reafirm¨® en que los microchips deb¨ªan ser implantados.
Consultado al respecto la semana pasada, el gabinete de prensa de Medio Rural se limit¨® a responder que est¨¢ elaborando un marco normativo que "armonice" las disposiciones comunitarias, estatales y auton¨®micas. En cambio, no precis¨® si persiste en su idea de que todos los ¨¦quidos lleven este dispositivo. Seg¨²n expuso, sin contestar a las preguntas concretas, se trata de "encontrar f¨®rmulas que permitan el mantenimiento de las poblaciones de caballos", pero apostill¨® que la identificaci¨®n es "imprescindible". Tambi¨¦n apel¨® a la colaboraci¨®n de todas las partes implicadas. Sin embargo, a d¨ªa de ayer no hab¨ªa ninguna reuni¨®n prevista con los propietarios.
Cuando la conseller¨ªa comunic¨® que el microchip era obligatorio, se ampar¨® en una normativa, aprobada en 2008, de la Comisi¨®n Europea. No obstante, la propia Comisi¨®n aclar¨® en una respuesta parlamentaria a la Euroc¨¢mara que se pueden establecer excepciones en casos de caballos salvajes o semisalvajes, siempre que la autoridad competente -la Xunta, en esta ocasi¨®n- delimite el ¨¢rea en el que viven. En el texto, la CE sugiere que a la hora de abordar este asunto se deben tener en cuenta los aspectos medioambientales. Justo uno de los argumentos de los due?os, que apuntan que cada caballo desbroza unos 25 kilos de maleza al d¨ªa, con lo que contribuyen a evitar incendios, y fertilizan el monte.
A esta funci¨®n ecol¨®gica le suman el valor patrimonial de unos animales asociados a los habitantes de esta zona desde ¨¦pocas prehist¨®ricas. De hecho, en petroglifos de estos montes del sur pontevedr¨¦s aparecen representaciones de lo que podr¨ªan ser los antecedentes de los actuales curros. Por ello creen que, en lugar de abocarlos a su extinci¨®n, el Gobierno gallego deber¨ªa pedir a la UE su inclusi¨®n en el cat¨¢logo de especies protegidas y de especial regulaci¨®n por su inter¨¦s patrimonial y natural. Quieren que se vea a los caballos salvajes como atractivo tur¨ªstico, que se les valore como una riqueza, no como un problema.
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