Un escudo para el ¨¢rbol milenario
La Comunidad protege el tejo de Barondillo, el ser vivo m¨¢s viejo de la regi¨®n
En un barranco rec¨®ndito en la sierra de Guadarrama, lejos de cualquier carretera, crece un ¨¢rbol. Un ¨¢rbol muy viejo. Desde que la semilla que le dio vida cay¨® al suelo han pasado unos 1.600 a?os. Mientras ha crecido escondido en medio de un bosque de pinos, el control de los pasos en la sierra ha ido de manos del imperio romano a los visigodos, luego a los moros y finalmente a los cristianos.
Este ¨¢rbol, de unos 20 metros de altura y m¨¢s que milenario, es un tejo, una especie conocida por alcanzar una vida muy larga. Jos¨¦ Luis Izquierdo es bot¨¢nico del Parque Natural de Pe?alara, que cubre la zona donde crece: "No sabemos precisamente cu¨¢ntos a?os tiene este ejemplar, el tejo de Barondillo, pero por su tama?o y estado lo m¨¢s probable es que alcance nada menos que 1.600". Izquierdo considera que es sin duda el ser vivo m¨¢s viejo de la Comunidad.
El vallado ha suscitado cr¨ªticas entre algunos especialistas
El esp¨¦cimen es una hembra y podr¨ªa vivir otros mil a?os, seg¨²n un bot¨¢nico
Los responsables del parque calculan que el ¨¢rbol tiene al menos 1.600 a?os
El reciente aumento de los visitantes estaba afectando al ejemplar
Juan Vielva, director del parque, anda por el estrecho camino que da cruce al arroyo Barondillo -de ah¨ª el nombre del tejo- y llega al peque?o claro en el pinar donde crece el anciano. El sitio es, en un d¨ªa del final del verano, privilegiado. El aire se mueve con una ligera brisa y huele a los pinos que cubren la ladera. En el frescor de alta monta?a, el ¨²nico sonido es el murmullo del arroyo, que a¨²n tiene agua. Eso s¨ª, hay que forzar las piernas para llegar. Se tarda unas dos horas en recorrer el camino m¨¢s corto de los que llevan hacia ¨¦l.
Vielva cuenta que la fama de este ejemplar, cuya vida cubre 100 generaciones de una familia, ha prosperado recientemente. "Debido a su divulgaci¨®n en libros de ¨¢rboles singulares de Espa?a y en la prensa, en los ¨²ltimos dos a?os han aumentado las visitas que recibe", dice el responsable del parque.
El n¨²mero de visitantes no es grande. "Igual ahora llegan 500 personas al a?o, mientras antes apenas llegaban a las 80", se?ala Vielva. Pese a ello, este incremento estaba afectando al tejo. "Los turistas entraban dentro del tronco del ¨¢rbol, se llevaban de recuerdo fragmentos de ra¨ªces y trocitos de ramas que arrancaban. Al andar cerca del esp¨¦cimen compactaban la tierra, da?ando las ra¨ªces", lamenta el funcionario.
Decidieron actuar. El tejo ahora est¨¢ protegido por una valla. La construcci¨®n es un murete de mamposter¨ªa en seco, "muy t¨ªpica de la regi¨®n", y una talanquera de hierro que deja "un amplio espacio para contemplar el ejemplar". Los costes de las obras, unos 7.000 euros, han sido financiados por la Obra Social de La Caixa, cuyo nombre est¨¢ incluido en un cartel informativo que pide a los visitantes que no se acerquen al ¨¢rbol. La entidad tiene un convenio con la Comunidad de Madrid para colaborar en proyectos relacionados con la protecci¨®n de los parques de la regi¨®n.
El vallado es de poca altura, y no supone un impedimento f¨ªsico si alguien quiere saltarlo. Vielva revela que es deliberado. "Esperamos que las personas que llegan aqu¨ª ya est¨¦n sensibilizadas con el entorno natural y que por ello respetar¨¢n el muro". No quiere, a?ade, enjaular el tejo.
Las obras no han gustado a todos. El especialista en ¨¢rboles y divulgador Ignacio Abella critica en su blog La memoria del bosque que el muro ha afectado a "la percepci¨®n est¨¦tica" del viejo ¨¢rbol, y que adem¨¢s ha da?ado su sistema radicular. Abella argumenta que se deber¨ªa haber "restringido el n¨²mero de visitantes" en lugar de usar un cercado no apropiado para un espacio de "naturaleza virgen".
Vielva, el director del parque, conoce los argumentos de los que est¨¢n en contra del muro, pero no est¨¢ de acuerdo. Considera que es bueno que el p¨²blico "conozca el ¨¢rbol" y que "entienda su valor natural". "Esto no se consigue si se proh¨ªbe a la gente verlo", dice. Explica que la base de su filosof¨ªa es "evaluar todo", "saber lo que funciona" y "regular" para que se pueda seguir disfrutando de "las joyas de la naturaleza". Tambi¨¦n asegura que "no se ha da?ado ninguna parte del ¨¢rbol".
El tejo de Barondillo produce fruta, -"en realidad es una teja, es hembra", sonr¨ªe el bot¨¢nico Izquierdo-. Por la cantidad y calidad de sus frutos "se sabe que goza de buena salud", dice el experto en plantas. Cerca del tejo hay un ejemplar macho que tambi¨¦n es milenario. "Pero alcanza los mil a?os justos, es un jovencito comparado con la teja", r¨ªe Izquierdo. Como parte de un proyecto cuyo objetivo es asegurar la supervivencia del tejo en la zona, se han plantado varios hijos del tejo de Barondillo, al que se le ha clasificado de fuente semillera. "Ahora tenemos varios tejos j¨®venes, de ocho o nueve a?os que son hijos de la teja madre", cuenta Izquierdo.
Al tejo le gusta la humedad, y "el cambio clim¨¢tico producido por el ser humano podr¨ªa acabar con los ejemplares en la sierra", explica Izquierdo. Pero si no cambia demasiado, ?podr¨ªa el tejo de Barondillo vivir otros mil a?os? "?F¨¢cilmente!", exclama el bot¨¢nico. "O dos, o m¨¢s".
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