??igo de Oriol, reconocimiento a un hombre duro y temible
El coraz¨®n dicta esta decisi¨®n de rendir mi humilde homenaje a un personaje, as¨ª como suena, con quien lidi¨¦ a brazo partido, defendiendo esquemas del sistema el¨¦ctrico espa?ol no solo diferentes, sino contrapuestos. En cierto modo, ??igo de Oriol (fallecido en Madrid el pasado 7 de octubre) lideraba el grupo de empresas privadas a las que enfrent¨¦ un grupo p¨²blico integrado en Endesa. Manten¨ªa una posici¨®n radical preconizada por su padre, "don Jos¨¦ Mar¨ªa", una autoridad en el mundo el¨¦ctrico. En su visi¨®n no cab¨ªa la empresa p¨²blica, relegada a la producci¨®n. La aparici¨®n de una Endesa beligerante resultaba traum¨¢tica.
Empezamos a conocernos en esta batalla y mantuvimos un enfrentamiento ideol¨®gico que nunca se debilit¨®; pero, simult¨¢neamente, avanzaba un aprecio, un respeto y se iniciaba una amistad que, al margen del objetivo de uno y otro, fue inevitable contraer casi involuntariamente. Una curiosa y s¨®lida amistad.
Varias fueron las estrategias que adopt¨® el sector privado para defenderse de lo que, siendo para la empresa p¨²blica la b¨²squeda de un espacio vital, otros vieron c¨®mo la mayor agresi¨®n hist¨®rica a las empresas punteras del sector. De ellas, la fusi¨®n de Iberduero con Hidroel¨¦ctrica Espa?ola, presidida por ??igo, fue la m¨¢s inteligente, oportuna y decisiva, aparte de su valor a largo plazo. Para ¨¦l exigi¨® un serio esfuerzo por apartarse de su esquema tradicional y por las inevitables secuelas y concesiones, pero mejor¨® el sector y su capacidad estrat¨¦gica ante Endesa.
La imprevista e insospechada relaci¨®n surgida entre nosotros permiti¨® concebir otras estrategias distintas al enfrentamiento, mejores y de mayor alcance, basadas en la confianza y la seguridad de que cualquier propuesta tendr¨ªa como objetivo prioritario el mejor servicio al pa¨ªs. Esto se hab¨ªa convertido en el leitmotiv de nuestras trabajosas, vibrantes e ilusionadas deliberaciones: nuestra meta era construir una gran empresa espa?ola juntos. Hab¨ªamos sustituido la lucha por el poder dentro del sector por el ideal de juntar nuestros poderes al servicio del pa¨ªs. Como alg¨²n otro bello prop¨®sito, el proyecto no se hizo realidad. Los contactos se interrumpieron al cesar mi presidencia en Endesa.
Las conversaciones se reanudaron con el presidente que me sucedi¨®, Rodolfo Mart¨ªn Villa, e incluso llegaron a ser aprobadas por el Gobierno, pero no culminaron. Me alegra pensar que ??igo y Rodolfo volvieron a intentarlo.
Al relatar estas vivencias con ??igo, debo admitir que he violado el prop¨®sito de no hacer manifestaci¨®n alguna sobre mi pasado profesional. Pero el reconocimiento a un hombre duro y temible, a la vez que apasionado, veraz y honesto, con gran coraz¨®n, capaz de renunciar a sus tradiciones y preferencias en aras de rendir un servicio al pa¨ªs, me ha obligado a esta excepci¨®n. Es un deber para con un hombre generoso. Gracias por haberte conocido y por lo lejos que fuimos capaces de llevar nuestros ideales.
Feliciano Fuster Jaume es presidente de honor de Endesa.
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