La maldici¨®n de las Olsen
Sus facciones delatan de qui¨¦n es hermana. Pero la sonrisa n¨ªvea y esa mirada cristalina destilan una pureza de la que se desprovey¨® casi desde la cuna a Mary-Kate y Ashley Olsen. Tras alimentar la iconograf¨ªa para divorciados desesperados con Padres forzosos, las gemelas crecieron en p¨²blico y los excesos de la sociedad de la informaci¨®n 2.0 las convirtieron en target prioritario. Sab¨ªamos que despertaban con un latte desnatado con doble de sirope de vainilla libre de az¨²car de Starbucks y que antes de acostarse se descalzaban, preferentemente, unos Louboutin. Los medios subrayaron sus roles: la hermana buena (Ashley, la emprendedora en los negocios) y la hermana mala (Mary-Kate, la conflictiva). Hubo un tiempo -hace cinco a?os, qu¨¦ eternidad- en que se repart¨ªan el bot¨ªn del espect¨¢culo y sus boyantes derivados (perfumes, ropa...). Su reinado como adolescentes m¨¢s influyentes del planeta fue largo. Forbes situ¨® su fortuna en 100 millones de d¨®lares. Formaban una dualidad perfecta. Hasta que apareci¨® ella.
Elizabeth Olsen, Lizzie para los allegados, de 22 a?os, se plant¨® discretamente en Sundance en enero de este a?o para presentar Martha Macy May Marlene, una peli indie m¨¢s. A los dos d¨ªas, los gerifaltes de la industria la paraban por la calle augur¨¢ndole un Oscar. El mundo se acababa de enterar de que exist¨ªa una tercera Olsen. Comenzaba la maldici¨®n para sus hermanas mayores, cuyo m¨¢ximo talento se relaciona m¨¢s con la capacidad para hacer una marca de s¨ª mismas que para preservar sus virtudes actorales.
Mientras ellas se las ingenian para mantener viva la llama cool de su marca de ropa, The Row -su ¨²ltimo invento, una mochila de cocodrilo al precio de 39.000 d¨®lares, se agot¨® seg¨²n aterriz¨® en las tiendas-, Karl Lagerfeld acaba de sellar el certificado de autenticidad de Elizabeth fotografi¨¢ndola para un libro de mesa que planea publicar.
A pesar de las envidias fraternas que intentan cimentar los medios, Mary-Kate y Ashley, de 25 a?os, son su m¨¢ximo referente... para las cosas que no quiere en su carrera. "De peque?as compartimos el tutor que les daba clases en los rodajes. Todas nuestras vacaciones se organizaban en funci¨®n del horario de trabajo de mis hermanas", ha contado. "E ir con ellas de compras era peligroso, m¨¢s de una vez han estado a punto de tener un accidente de coche por persecuciones de paparazzi". Quiz¨¢ por eso cuesta encontrar una sola foto de Elizabeth en Internet anterior a su incipiente carrera. De momento, en apenas un a?o, ha rodado cinco pel¨ªculas, entre ellas Red lights, de Rodrigo Cort¨¦s. Suficiente indicio para deducir que, antes o despu¨¦s, se cumplir¨¢ el vaticinio de los gerifaltes. |
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