Campus grandes ?para qu¨¦?
Distintos pa¨ªses europeos han optado por la fusi¨®n de universidades para aprovechar recursos y ser m¨¢s competitivos - La propuesta irrumpe en Espa?a, pero halla resistencias - El tama?o, frente a la necesaria especializaci¨®n
?Es mejor ser una universidad peque?a, como Stanford, en Estados Unidos, o una inmensa, como la UNAM de M¨¦xico o una entre medias como la Universidad de Barcelona? ?Es mejor que un pa¨ªs tenga muchas o pocas universidades? ?Deben unirse o especializarse para ser mejores? La globalizaci¨®n trajo consigo una enorme competencia entre los campus de todo el mundo, y ello propici¨® a su vez la llegada de los famosos ranking. Y todo ello, un enconado debate en los pa¨ªses del Viejo Continente sobre si sus universidades se hab¨ªan quedado viejas, fuera de juego, pues no ten¨ªan representaci¨®n en los puestos de cabeza de esas clasificaciones. Se est¨¢ replanteando la misi¨®n de la universidad, su relaci¨®n con las empresas y su entorno, su financiaci¨®n, su modo de gobernarse...
Algunos expertos comparan el proceso con el de las cajas de ahorros
Los rectores dicen que prefieren v¨ªas de colaboraci¨®n menos profunda
Y en ese contexto, las fusiones de universidades han sido una opci¨®n que han llevado a cabo muchos pa¨ªses europeos para aprovechar mejor unos recursos -quiz¨¢ excesivamente atomizados y con dificultades para relacionarse entre ellos- y sumar. Ese debate de las integraciones lleva muchos a?os latente en Espa?a, donde durante muchos a?os se crearon universidades p¨²blicas, m¨¢s por razones pol¨ªticas que por necesidades educativas, hasta llegar al mapa actual: 50 universidades p¨²blicas, 47 de ellas presenciales (con 154 campus) a las que se le suman otras 28 universidades privadas con 69 sedes. Muchos especialistas y responsables universitarios rechazan que haya muchas universidades, pero a la vez admiten que son demasiado iguales.
"Todo el mundo preconiza la necesidad de reestructurar el sistema universitario espa?ol, como ocurre con el sistema financiero. Algunas universidades viven una aut¨¦ntica agon¨ªa por exceso de costes (personal, gastos corrientes) y falta de ingresos (matr¨ªculas a precios modestos y usuarios en disminuci¨®n) [...] Dar un paso m¨¢s sobre las colaboraciones ya existentes y dise?ar el camino para una vinculaci¨®n posterior de mayor alcance que conduzca a una aut¨¦ntica integraci¨®n. No creo que eso sea malo y, por lo tanto, no deber¨ªa asustar a nadie", escrib¨ªa hace algo m¨¢s de un a?o el exrector de la Universidad Complutense Rafael Puyol, hoy uno de los responsables del Instituto de Empresa.
Pero la mayor¨ªa de campus espa?oles han rechazado sistem¨¢ticamente la idea de fusionarse con otros. Y este tiene que ser un proceso voluntario, de convencimientos, como se?al¨® Rolf Tarrach, rector de la Universidad de Luxemburgo y uno de los expertos internacionales que ha confeccionado un informe para el Ministerio de Educaci¨®n sobre su estrategia universitaria. En ¨¦l, entre otras cosas, recomendaban la fusi¨®n de algunas universidades.
Con ese informe y, sobre todo, con la normativa que prepara el ministerio en el ¨²ltimo suspiro de la legislatura para darles cobertura legal, el debate de las fusiones renace ahora con fuerza. Sin embargo, sigue habiendo muchas reticencias. Para empezar, de los responsables universitarios, que no tienen en estos momentos esa idea en la cabeza, dice rectora de la Universidad de M¨¢laga, Adelaida de la Calle, reci¨¦n elegida el pasado mi¨¦rcoles presidenta de la Conferencia de Rectores Espa?oles (CRUE). De la calle habla de otro tipo de relaciones y colaboraciones, pero descarta la integraci¨®n total y no cree que sobren universidades, desde luego, no en Andaluc¨ªa: "Estamos las justas y tampoco hacen falta m¨¢s".
Esos otros tipos de colaboraci¨®n tambi¨¦n se facilitar¨¢n con el decreto que prepara el ministerio -aunque queda poco tiempo de legislatura, Educaci¨®n intentar¨¢ aprobarlo-. Por ejemplo, la creaci¨®n de departamentos interuniversitarios, institutos de investigaci¨®n conjuntos o convenios de colaboraci¨®n para compartir personal.
Al experto en pol¨ªticas universitarias Jos¨¦ Gin¨¦s Mora le parecen las fusiones una mal¨ªsima idea surgida como reacci¨®n a las clasificaciones internacionales, pues cree que el mejor modelo, el m¨¢s competitivo, es el de universidades mediadas o peque?as. "Si eres grande sales en la foto. La Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) o la Universidad de Buenos Aires [ambas de dimensiones enormes] eran consideradas horrorosas, pero ahora han pasado a ser buenas porque aparecen en esos ranking", dice. La UNAM est¨¢ entre los puestos 150 y 200 del mundo en la clasificaci¨®n de la Universidad de Shangh¨¢i, por encima de cualquiera de las espa?olas. Tambi¨¦n est¨¢ por encima en el otro ranking m¨¢s famoso, el del Times Higher Education.
Muchos expertos han advertido de los peligros de hacer de estas clasificaciones (que se han cuestionado por c¨®mo y qu¨¦ miden en realidad) el objetivo de las pol¨ªticas universitarias. El ministro de Educaci¨®n, ?ngel Gabilondo, previno en la presentaci¨®n del informe del comit¨¦ de expertos contra quienes se toman los ranking como dogmas de fe, pero tambi¨¦n contra quienes los descartan sin m¨¢s y no les dan ninguna importancia. El hecho es que, con todos sus defectos, se han convertido en un referente en el contexto de la competencia mundial.
"Las fusiones per se no tienen por qu¨¦ ser buenas, pero puede ser recomendable hacer algo as¨ª en Espa?a para conseguir una mayor visibilidad de nuestro sistema", pero con objetivos claros, dice la profesora de Econom¨ªa Aplicada de la Aut¨®noma de Madrid Carmen P¨¦rez Esparrells. "Se podr¨ªa plantear una fusi¨®n regional (como se dise?¨® en el Libro Blanco de la Universidad Catalana), una fusi¨®n fr¨ªa (como se ha producido recientemente en las cajas de ahorros espa?olas, donde los socios no pertenecen en muchos casos a la misma autonom¨ªa)", pone Esparrells como ejemplo, y a?ade que pueden ser el resultado de colaboraciones que ya existen, como las surgidas en torno a los Campus de Excelencia Internacional, un programa con el que el Gobierno ha repartido financiaci¨®n extra a proyectos conjuntos entre universidades, institutos de investigaci¨®n, empresas, etc¨¦tera.
El camino ya lo han abierto las universidades de pa¨ªses como Alemania, B¨¦lgica, Suecia, Francia... En Finlandia, el n¨²mero de universidades ha bajado de 20 a 15. En Dinamarca, de 25 instituciones se ha pasado a ocho universidades y tres institutos de investigaci¨®n. Para el ministro franc¨¦s de Universidades e Investigaci¨®n, Laurent Wauquiez, "85 son muchas universidades", es decir, est¨¢ convencido de que en su pa¨ªs hay demasiadas universidades.
Pero precisamente el miedo que a¨²n queda latente en esos pa¨ªses con las fusiones es que esas nuevas universidades "sean aun m¨¢s dif¨ªciles de manejar y que se pierda mucha energ¨ªa en integrar instituciones con culturas bastante diferentes en una sola entidad, con todos los problemas vinculados como la eliminaci¨®n de puestos que antes exist¨ªan en cada universidad y ahora se reducen a uno solo", explica el experto franc¨¦s en universidades Guy Haug. "Francamente, en Espa?a me parecen m¨¢s urgente e importante la reforma curricular y metodol¨®gica que la agrupaci¨®n de universidades", a?ade.
"Estamos muy bien dimensionados en el mapa. [En Andaluc¨ªa] no hay excesos de universidades como puede ocurrir en otras comunidades", insiste la rectora de M¨¢laga, Adelaida de la Calle. "Fusionar centros puede tener sentido en otras comunidades del pa¨ªs en las que se ha creado una universidad por cada capital de provincia sin que haya suficiente poblaci¨®n para ello", opina por su parte el rector de la Universidad de Barcelona, Didac Ram¨ªrez, sin mencionar ninguna autonom¨ªa concreta, aunque Andaluc¨ªa es una de las que tiene una universidad por provincia. El rector considera que la optimizaci¨®n del mapa universitario catal¨¢n pasa por un mejor aprovechamiento de los recursos de cada centro, pero sin fusiones de por medio. "S¨ª ser¨ªa necesario evitar duplicaciones de algunas titulaciones que ahora se dan entre distintas universidades, pero eso ya es otro tema", se?al¨®.
As¨ª, el otro camino de futuro que se abre es el de la especializaci¨®n, camino que tambi¨¦n busca abrir el proyecto de campus de excelencia. Sin embargo, tambi¨¦n parece muy dif¨ªcil ese camino en Espa?a. Un ejemplo es el que mencionaba el rector Ram¨ªrez, el del exceso de oferta de titulaciones. Por mucho que se ha repetido en los ¨²ltimos a?os que hay demasiadas, que los campus deber¨ªan repartirse solo en unos pocos las carreras con menos alumnos, la oferta se sigue multiplicando en lugar de reducirse porque nadie quiere renunciar.
Para el catedr¨¢tico de la Universidad de Barcelona Joaquim Prats, las fusiones "pol¨ªticamente son muy complicadas", precisamente porque significan siempre que alguien tiene que renunciar a algo y la mayor¨ªa no est¨¢n dispuestos.
Con informaci¨®n de Manuel Planelles y Ferr¨¢n BAlsells
El modelo franc¨¦s: la competici¨®n
En Francia, los ranking universidades fueron un duro golpe, un toque de atenci¨®n, coinciden numerosos responsables universitarios del pa¨ªs galo. As¨ª, el objetivo del Gobierno es hacer campus capaces de competir en esas clasificaciones mundiales.
Estos nacer¨¢n de unir fuerzas entre universidades (que en Francia, desde los a?os sesenta, son muy peque?as, a veces, como una sola facultad espa?ola) y grandes ¨¦coles, las elitistas escuelas superiores que siempre han formado a las clases dirigentes francesas. Hay dos fusiones pioneras, la Universidad de Estrasburgo (se unieron en 2009 tres universidades, varias grandes ¨¦coles, y un hospital) y la Universidad de la Ciencias y la Letras de Par¨ªs (se han unido 13 instituciones) y Burdeos (siete). Y otras est¨¢n en camino.
Hasta aqu¨ª, tampoco deber¨ªa sorprender mucho en Espa?a, pues los campus ya tienen en su mayor¨ªa esas caracter¨ªsticas de universidad comprehensiva y diversificada que ahora buscan los franceses, de hecho, en exceso. El megacampus de Estrasburgo tendr¨¢ 60.000 estudiantes, los mismo que ya tiene Sevilla y unos 10.000 menos de los que tiene la Complutense.
S¨ª es distinto que en las nuevas fusiones se incluyan los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n. Para empezar, el CNRS, el equivalente al espa?ol Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). La mayor parte de sus investigadores est¨¢n ya integrados en las universidades, en proyectos conjuntos. La duda ahora es si el CNRS sobrevivir¨¢ como instituci¨®n independiente.
Hablando con rectores y directores de grandes ¨¦coles e institutos de investigaci¨®n, se encuentran algunos recelos y dudas (el Gobierno franc¨¦s y varias instituciones invitaron a finales de septiembre a una treintena de periodistas, entre los que estaba EL PA?S, a conocer la reforma). Pero da la impresi¨®n de que nadie quiere perder el tren de un cambio que la mayor¨ªa ve necesario, a las universidades les va la vida en ello, si no quieren quedarse descolgadas.
El plan del Gobierno franc¨¦s es crear varias ligas de universidades, la primera divisi¨®n, con cinco o siete universidades capaces de competir con las mejores de todo el mundo; la segunda, con otras 15 o 20 grandes campus con amplia oferta que sean muy buenos dentro de Francia y Europa; y la tercera, con universidades regionales que deber¨ªan buscar la especializaci¨®n.
Guiar¨¢n la reforma a base de dinero: destinar¨¢n en los pr¨®ximos a?os, a pesar de la crisis, unos 20.000 millones de euros extra a universidades e investigaci¨®n, repartidos en distintos programas competitivos entre los que est¨¢n la Iniciativa de Excelencia, con 7.700 millones. Las fusiones de Estrasburgo, Par¨ªs y Burdeos han nacido a partir de proyectos de los campus de excelencia similar al que est¨¢ en marcha en Espa?a, pero con m¨¢s dinero y repartido entre menos campus.
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