De nueve a cuatro imputados
La juez archiv¨® la trama urban¨ªstica que se consider¨® m¨®vil del crimen
Entre el 3 y el 24 de noviembre de 2009, los investigadores detuvieron a las siete personas supuestamente implicadas en la autor¨ªa intelectual y material del asesinato de Alejandro Ponsoda. Al primero de ellos, Ra¨²l Montero Trevejo, de casualidad. La UCO lo buscaba por otro asunto y se plant¨® en Albatera para interrogar a su exmujer, pero fue ¨¦l quien abri¨® la puerta y fue arrestado. Aquello provoc¨® una cascada de detenciones sin que estuviera cerrada la investigaci¨®n. El siguiente fue el empresario Salvador Ros, que sali¨® esposado de su domicilio porque ten¨ªa un billete a China para el d¨ªa siguiente. La Guardia Civil decidi¨® dosificar las dem¨¢s detenciones, entre ellas la de Juan Cano, sucesor de Ponsoda en la alcald¨ªa y tambi¨¦n del PP, para ver si alguno de ellos comet¨ªa alg¨²n error o delataba al resto.
Las detenciones se encadenaron tras un primer arresto casual
Los imputados pueden ser juzgados por urdir el plan del crimen
Pero nada de eso sucedi¨®. Todos negaron su participaci¨®n en la supuesta conspiraci¨®n para matar a Ponsoda que relat¨® un testigo protegido. La investigaci¨®n orient¨® el m¨®vil que indujo al asesinato hacia la actividad urban¨ªstica, lo que se tradujo al final en una pieza separada que se remiti¨® a otro juzgado de La Vila Joiosa. La UCO encontr¨® claros indicios de corrupci¨®n vinculados a la gesti¨®n de Cano, que hab¨ªa intentado crear para s¨ª mismo una gerencia de Urbanismo. A los siete imputados por el crimen se unieron otros tres en la causa urban¨ªstica, luego archivada. Cano estaba acusado en las dos. Hoy quedan cuatro acusados de la autor¨ªa intelectual del asesinato, pero ning¨²n autor material. Esta es, hoy por hoy, la situaci¨®n procesal de los acusados en ambos procesos:
Juan Cano. El exalcalde de Polop sigue imputado por la autor¨ªa intelectual del asesinato de Ponsoda, pero ha sido sobrese¨ªda su imputaci¨®n por tr¨¢fico de influencias porque no fue concejal entre 2003 y 2007.
Salvador Ros. Est¨¢ imputado bajo la acusaci¨®n de urdir el crimen en varias reuniones celebradas en un lupanar.
Pedro Hermosilla. El propietario del club Mesalina, donde supuestamente se fragu¨® el plan para acabar con la vida de Ponsoda, est¨¢ imputado con el mismo argumento que Cano y Ros.
Ariel Gatto. Exgerente del Mesalina. Como Hermosilla, la investigaci¨®n le acusa de haber participado en las reuniones conspirativas con Cano y Ros encaminadas a contratar a los autores materiales de los disparos. Sigue imputado.
Ra¨²l Montero Trevejo. El acusado de ejercer de intermediario para contratar a los sicarios, a quienes habr¨ªa proporcionado las armas, est¨¢ cumpliendo seis a?os de prisi¨®n por otra causa. En lo que respecta al crimen, su imputaci¨®n est¨¢ archivada y ha pasado a tener la condici¨®n de testigo.
Robert Franek. Fue uno de los dos ciudadanos checos acusados de la autor¨ªa material de los disparos. Pas¨® un a?o en la c¨¢rcel y sali¨® con una fianza de 3.000 euros. La juez que instruye el caso revoc¨® posteriormente su imputaci¨®n.
Radim Rakowski. El otro supuesto sicario sali¨® en libertad condicional sin fianza con una imputaci¨®n por asesinato y sin acabar de cumplir el periodo de prisi¨®n preventiva, algo ins¨®lito. Como Franek, ha pasado a ser testigo.
Jos¨¦ Vicente Mart¨ª Albi?ana. Su imputaci¨®n fue sobrese¨ªda por la juez sin entrar en el fondo de la acusaci¨®n. En el supuesto de que hubiera cometido el delito por el que fue imputado (negociaciones prohibidas a funcionarios), ya habr¨ªa prescrito.
Jaime Narb¨®. Acusado de tr¨¢fico de influencias, es el ¨²nico de los tres acusados en la rama urban¨ªstica del caso cuyo sobreseimiento de la imputaci¨®n por una compraventa de parcelas es provisional.
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