Grupos de encapuchados revientan la marcha de 200.000 romanos
Al menos 70 personas resultan heridas, tres de ellas graves, en los disturbios
Dos centenares de facinerosos ahogaron ayer en Roma la voz de las m¨¢s de 200.000 personas de todas las edades que tomaron pac¨ªficamente la calle para gritar su indignaci¨®n. Los violentos, pertrechados con toda la quincalla t¨ªpica de la guerrilla urbana -cascos, capuchas, m¨¢scaras antig¨¢s y botellas con gasolina-, lograron incendiar una furgoneta de los Carabinieri y convertir la capital de Italia en una aut¨¦ntica batalla campal. Tan gratuita y fuera de lugar result¨® su violencia que no solo provocaron la reacci¨®n de la polic¨ªa, sino de los indignados pac¨ªficos, que hasta lograron retener a algunos de ellos y entregarlos a las autoridades.
La de Roma fue una de las manifestaciones m¨¢s multitudinarias que se celebraron en Europa, pero tambi¨¦n la m¨¢s violenta. Los incidentes m¨¢s graves se produjeron en la calle Cavour y en la plaza de San Giovanni, donde dos carabineros tuvieron que abandonar precipitadamente su furg¨®n blindado cuando estall¨® en llamas. Seg¨²n los servicios de emergencias, al menos 70 personas -entre polic¨ªas y manifestantes- resultaron heridas, tres de ellas de gravedad. El alcalde de la ciudad, Gianni Alemanno, dijo que los verdaderos indignados de la jornada fueron los romanos, que observaron c¨®mo los violentos destrozaban premeditadamente la ciudad: "Se ha dado cita aqu¨ª lo peor de Europa".
Y lo cierto es que la polic¨ªa tard¨® en darse cuenta de lo que estaba sucediendo en la calle Cavour. Varios grupos de una decena de encapuchados cada uno iban y ven¨ªan a lo largo de la manifestaci¨®n rompiendo escaparates y coches, incendiando algunas dependencias p¨²blicas e intentando protegerse despu¨¦s entre los manifestantes pac¨ªficos que trataban de expulsarlos de sus filas. Hasta las cuatro de la tarde, la polic¨ªa no empez¨® a actuar, pero para entonces la violencia ya se hab¨ªa ense?oreado de la marcha. Muchos de los que, con sus hijos peque?os, hab¨ªan acudido a la manifestaci¨®n para protestar por la situaci¨®n de Italia -espoleados adem¨¢s por los ¨²ltimos acontecimientos protagonizados por Silvio Berlusconi y su manera ag¨®nica de aferrarse al poder- debieron abandonar la protesta y ponerse a salvo de los disturbios. Los organizadores de la marcha tuvieron que suspender los m¨ªtines previstos al final del recorrido.
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