Malestar global
La dimensi¨®n mundial de la protesta otorga al 15-O un sello distintivo sin precedentes
Decenas de miles de ciudadanos de los cinco continentes respondieron ayer al llamamiento de los indignados que dio lugar antes del verano en Espa?a al llamado Movimiento 15-M. Desde que en el pasado mes de mayo las marchas de protesta se multiplicasen por la pr¨¢ctica totalidad de las grandes capitales espa?olas, movimientos similares se han reproducido en otros pa¨ªses y han sido particularmente llamativos en Bruselas y Nueva York, s¨ªmbolos ambos n¨²cleos de las decisiones pol¨ªticas y financieras que est¨¢n en el origen del malestar ciudadano. Guerra de cifras aparte, el gran logro del Movimiento 15-O, heredero de aquellas movilizaciones espa?olas de mayo, fue el de movilizar a decenas de miles de ciudadanos de los cinco continentes bajo los mismos lemas en favor de un cambio global y en contra de los recortes sociales y de las ¨¦lites pol¨ªticas y financieras.
Esta dimensi¨®n global de la protesta es lo que otorga al 15-O un sello distintivo sin precedentes. Es la primera vez que una iniciativa ciudadana consigue organizar de manera coordinada tantas manifestaciones en tantos lugares tan dispares y alejados. Frente a las viejas protestas altermundialistas organizadas all¨¢ donde se reun¨ªan los l¨ªderes mundiales, esta es una respuesta global alimentada por la cuestionada gesti¨®n, tambi¨¦n global, de esta crisis financiera que ha desembocado en una gran depresi¨®n mundial.
Las reivindicaciones del Movimiento 15-O cuentan con las simpat¨ªas de la mayor parte de la opini¨®n p¨²blica en un dif¨ªcil momento hist¨®rico en el que el reparto de las cargas y los sacrificios se percibe como injusto y desigual. Amenaza con especial virulencia a los j¨®venes. La inacci¨®n del pasado, propia de sociedades anestesiadas, ha dado paso a una m¨¢s positiva reacci¨®n social que exige, sin embargo, grandes dosis de organizaci¨®n y mucho civismo. Los altercados de ayer en Roma son una grave r¨¦mora para un movimiento reivindicativo cargado de razones al que los pol¨ªticos deber¨ªan atender con m¨¢s atenci¨®n. La salud de nuestras democracias depende en gran parte de ello. Limitarse a hacer gui?os a los manifestantes desde los estrados en busca de votos es un burdo recurso con el que algunos pol¨ªticos se equivocan estrepitosamente.
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