El tama?o de la mancha volc¨¢nica iguala ya la superficie de El Hierro
La erupci¨®n aumenta su peligrosidad a medida que se acerca a la superficie
La erupci¨®n submarina en El Hierro se produce a 2,5 kil¨®metros de la costa y a solo 150 metros de profundidad, lo que ha hecho crecer la preocupaci¨®n por que se vuelva explosiva, un riesgo que aumenta cuanto m¨¢s cerca de la superficie se produce. Hasta ayer los datos que manejaban los expertos situaban la emisi¨®n de magma a unos 600 metros. Y hace apenas unos d¨ªas, el profesor del CSIC Ram¨®n Ortiz asegur¨® que la erupci¨®n pod¨ªa volverse "peligrosa" si se produc¨ªa a una profundidad inferior a 60 metros. As¨ª, la nueva informaci¨®n facilitada ayer por el equipo de investigadores del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN) y del CSIC hizo que el Gobierno de Canarias elevara el nivel de emergencia en La Restinga, la localidad m¨¢s cercana a la erupci¨®n, a sem¨¢foro rojo nivel 1.
Hay un foco a solo 150 metros de profundidad y a 2,5 kil¨®metros de la isla
Cuanto menor profundidad, hay mayor riesgo de explosiones
Sin embargo, Ortiz quiso ayer rebajar un poco la alarma. En estos momentos, la lava sube a la superficie acompa?ada de vapor y luego vuelve al fondo del mar haciendo crecer el edificio volc¨¢nico. En una segunda fase, a la que no tendr¨ªa por qu¨¦ llegarse, se divisar¨ªa una columna de vapor en la superficie y, m¨¢s adelante, explosiones de color negro en forma de cola de gallo. Este ser¨ªa el momento m¨¢s peligroso, pero con las medidas tomadas hasta ahora, Ortiz cree que no habr¨ªa riesgo para la poblaci¨®n, Por ¨²ltimo, podr¨ªa emerger una isla: "Se acabar¨ªan los fuegos artificiales y ver¨ªamos surgir una fuente de lava incandescente", explic¨® Ortiz.
La del Hierro en estos momentos es una erupci¨®n surtseyana (bautizada as¨ª por la erupci¨®n en Surtsey, Islandia, en 1963). En esas condiciones, el agua vaporizada y los trozos de lava pueden ser proyectados a gran distancia.
La relativa calma que se viv¨ªa en la zona de la erupci¨®n se quebr¨® ayer hacia las dos de la tarde, hora local. En ese momento, los cient¨ªficos que sobrevolaban en helic¨®ptero las manchas de azufre frente a las costas de El Hierro detectaron numerosos fragmentos de material pirocl¨¢stico (trozos s¨®lidos de material volc¨¢nico) humeantes, en una radio aproximado de 100 metros y rodeados de hileras de burbujas gaseosas. Tambi¨¦n observaron un cambio en la coloraci¨®n de la cabecera de la mancha, por lo que dedujeron que la erupci¨®n se estaba produciendo a menos profundidad.
En ese momento, el buque cient¨ªfico Capit¨¢n Juan Lozano, que ayer lleg¨® procedente de Gran Canaria para analizar muestras de las aguas, sali¨® por precauci¨®n de la zona de las manchas y volvi¨® a puerto. La direcci¨®n del Plan de Protecci¨®n Civil por Riesgo Volc¨¢nico (Pevolca) prohibi¨® inmediatamente el tr¨¢fico mar¨ªtimo y a¨¦reo en la zona y se prohibi¨® totalmente el tr¨¢fico hacia la localidad de La Restinga, la m¨¢s meridional de Espa?a, evacuada el pasado martes.
Aunque el municipio hab¨ªa sido desalojada, a los vecinos se les estaba permitiendo acceder de forma controlada. Un matrimonio de mediana edad, que estaba esperando pacientemente en el puesto de control situado en el cruce de Tacor¨®n se qued¨® sin poder bajar "para dar de comer a las gallinas", contaron. Lo mismo le sucedi¨® a la ciudadana alemana Gabriele Kruger, la ¨²ltima persona que fue evacuada del pueblo, y que hoy pretend¨ªa regresar a por unas medicinas.
La Guardia Civil desaloj¨® inmediatamente a los vecinos que se hallaban en el pueblo para recoger objetos o enseres de trabajo, como era el caso de I?aki Call¨®n, propietario de un club de buceo en la zona que hab¨ªa bajado a recargar bombonas de ox¨ªgeno. "Nos dijeron que nos march¨¢ramos enseguida", explica.
Mientras, en la localidad de El Pinar, capital del municipio del mismo nombre, al que pertenece La Restinga, se vivieron momentos de incertidumbre. Un veh¨ªculo del Ayuntamiento recorri¨® las calles de la localidad para desmentir el rumor de que se hab¨ªa ordenado su desalojo, pero algunos vecinos entendieron lo contrario y salieron de sus casas alarmados. Por la tarde se hab¨ªa recuperado la tensa normalidad en la localidad, de unos 1.000 habitantes.
La alarma por la erupci¨®n no ha paralizado el municipio, aunque s¨ª se teme, y mucho, por su econom¨ªa. Suspendidos el buceo y la pesca en La Restinga, ahuyentado el turismo, el Ayuntamiento decidi¨® por unanimidad declarar el estado de emergencia social y econ¨®mica en el municipio. Ya es la segunda localidad que lo hace, de las tres que hay en la isla. El de La Frontera, perjudicado sobre todo por el cierre del t¨²nel que lo comunica con la capital, el puerto y el aeropuerto, ya lo declar¨® el pasado 6 de octubre.
Cronolog¨ªa de la crisis
- La alerta. El 19 de julio, el Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN) registra actividad s¨ªsmica inusual bajo El Hierro.
- El sem¨¢foro amarillo. El Gobierno de Canarias eleva la alerta volc¨¢nica de verde a amarillo tras un terremoto de magnitud 3 el 22 de septiembre. Cinco d¨ªas despu¨¦s, se cierra el t¨²nel de Los Roquillos.
- La erupci¨®n submarina. Un se¨ªsmo de magnitud 4,3 sacude la isla el 9 de septiembre. Es preludio de erupci¨®n submarina cuyos indicios empiezan a aparecer al d¨ªa siguiente a cinco kil¨®metros al sur de La Restinga y a 970 metros bajo el mar. El volc¨¢n libera magma y gases que afectan a la fauna marina, pero no a la poblaci¨®n. La alerta sube a rojo en la zona, mientras permanece en amarillo en el resto de la isla.
- Los dos focos. El 11 de octubre se producen otros dos se¨ªsmos al suroeste de la isla y se evacua La Restinga. Un comit¨¦ de emergencia se re¨²ne en La Moncloa. Al d¨ªa siguiente se hallan manchas con olor a azufre a solo 2,8 kil¨®metros del litoral y peces muertos. La erupci¨®n, se confirma, tiene dos focos.
- La lava incandescente. La gran mancha de azufre lleg¨® a la costa de El Hierro el pasado viernes. Y ayer, se hall¨® material pirocl¨¢stico (fragmentos de rocas y gases) humeante. La erupci¨®n est¨¢ a 150 metros de profundidad, lo que aumenta el riesgo de explosi¨®n.
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