Los due?os del hotel Madrid denuncian la okupaci¨®n
La inmobiliaria Monteverde, propietaria del hotel Madrid, present¨® el pasado lunes una denuncia ante la Polic¨ªa Nacional por la okupaci¨®n desde el s¨¢bado por la noche del inmueble de la calle de Carretas, 10, seg¨²n asegur¨® ayer un portavoz de la empresa. La denuncia ha sido remitida al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 39, por lo que cualquier intervenci¨®n policial para el desalojo queda ahora a expensas de lo que decida el juez.
Preguntadas por la denuncia, varias personas alojadas en el hotel afirmaron ayer a t¨ªtulo individual que estudiar¨¢n qu¨¦ hacer y debatir¨¢n la cuesti¨®n en asamblea cuando tengan constancia de la denuncia. Su protocolo ante un posible desalojo es, en primer lugar, informar a las autoridades de que no van a irse y, en caso de una actuaci¨®n policial por la fuerza, tratar de pactar una salida "ordenada y lo menos da?ina para todos sin oponer resistencia". Esta tarde a las siete tendr¨¢ lugar una nueva asamblea en la plaza de Jacinto Benavente.
El grupo inmobiliario Monteverde, que adquiri¨® el edificio para construir viviendas de lujo, present¨® en 2010 un concurso voluntario de acreedores por no poder hacer frente a los 170 millones que acumulaba en deudas. La promotora es tambi¨¦n la propietaria del teatro Alb¨¦niz, cerrado desde el 21 de diciembre de 2008.
Aunque la delegada del Gobierno, Dolores Carri¨®n, afirm¨® que el desalojo lo debe decidir un juez al tratarse de una propiedad privada, otras fuentes judiciales se?alan que, en caso de delito flagrante de usurpaci¨®n de un bien inmueble, la polic¨ªa puede intervenir de oficio durante las primeras 72 horas, plazo que expir¨® anoche.
Ajenos a la denuncia, los indignados debat¨ªan ayer en una asamblea interna cuestiones de organizaci¨®n y log¨ªstica. Horarios, relaci¨®n con los medios, uso de las habitaciones, grupos de trabajo... "Al hotel se viene a trabajar y dormimos todos juntos por si hay un desalojo. Quien quiera intimidad que se vaya a un hotel, pero de verdad", afirmaba un joven. Otros de los consensos alcanzados desaconsejaban el consumo de alcohol, prohib¨ªan fumar en las asambleas y fijaban el cierre a las once de la noche.
En la calle, las palabras sosegadas de los simpatizantes del 15-M contrastaban con la irritaci¨®n de algunas personas mayores contrarias al movimiento, curiosos hac¨ªan fotos de la fachada y entraban a recorrer las habitaciones de lo que hasta finales de los noventa fue un hotel.
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