La campa?a electoral de Bildu
Entre tontos, listos, trabajadores y vagos, solo hay cuatro combinaciones posibles. Seg¨²n narra Hans Magnus Enzensberger en su biograf¨ªa del general antinazi Hammerstein, el militar consideraba que la especie m¨¢s da?ina para el mundo es la del tonto trabajador.
Jes¨²s Eguiguren, el presidente de los socialistas guipuzcoanos, es, por desgracia, un hombre con grandes dosis de actividad y una inusual capacidad de convicci¨®n. Fue ¨¦l quien aconsej¨® a Zapatero acometer con solemnidad las negociaciones con ETA que desembocaron en la traici¨®n de los terroristas a la tregua de la T-4. Y fue ¨¦l el gran inspirador del tratamiento a Bildu. Ahora, ha conseguido llevar al PSE, y de paso al PSOE, a ocupar unos asientos en el palacio de Aiete para asistir a la broma pesada de la Conferencia de Paz.
El argumento est¨¢ servido: la izquierda 'abertzale' traer¨¢ la paz a Euskadi
El error es anterior al comunicado, que algunos hayan acudido a Aiete
?Qu¨¦ ha salido de las entra?as del palacio favorito de Franco? Un bodrio que ha encabronado a las v¨ªctimas del terrorismo, que ha "decepcionado" a sus propagandistas, como el PNV y los tibios deseosos de que ETA acabe cuanto antes, sea como sea. ?Hay alguien satisfecho con el comunicado final de los expertos? Pues s¨ª: Bildu.
Los m¨¢s entusiastas propagandistas de la fe han proclamado que la reuni¨®n de San Sebasti¨¢n no ha colmado las expectativas, pero que ha supuesto un paso importante hacia la paz, hacia la resoluci¨®n del conflicto en Euskal Herria. ?Por qu¨¦? Por el punto primero, que pide a la banda de asesinos, aunque no la llame as¨ª, que anuncie la liquidaci¨®n definitiva de la violencia. Ahora, toca esperar a ver qu¨¦ dicen las lumbreras de los asesinos.
Dos obvias posibilidades: o que lo dejan o que no, porque las medias tintas no valen en este caso.
Si lo dejan tendr¨¢n detr¨¢s de su decisi¨®n la cobertura de los cinco mediadores internacionales. Ni el dolor de las v¨ªctimas, ni el clamor de la sociedad habr¨¢n tenido que ver con su decisi¨®n. Habr¨¢ sido una gran decisi¨®n de envergadura universal apoyada en el deseo de cinco figuras cuya foto aparecer¨¢ en las grandes portadas de los medios. Cinco figuras que, adem¨¢s, les conceden el estatuto de parte beligerante en un conflicto armado. Ah¨ª es nada. Dejan de ser terroristas y se hacen ej¨¦rcito de liberaci¨®n que, generosamente, abandona las armas. Y de las dos partes implicadas, la que da el primer paso. Sin que haya mediado ni derrota pol¨ªtica ni derrota militar.
Lo cierto es que con eso ya iban bien, con dejarlo sin que hubiera contrapartidas. El regalo del trabajador Eguiguren, y de quienes le han seguido en su entusiasta apuesta por la paz, ha consistido en tenderles la alfombra roja.
Pero cabe tambi¨¦n la posibilidad de que no lo dejen, de que haya de nuevo un condicionante, que es el de que se puedaconstituir una mesa de partidos para hablar de pol¨ªtica, que se acepten todos los puntos de la recomendaci¨®n de los expertos internacionales. En ese caso, tenemos ETA para rato, aunque no act¨²e, aunque no mate. Y el documento abre esa posibilidad por su as¨¦ptico llamamiento a que los Gobiernos de Francia y Espa?a se avengan a entrar en razones tan humanitarias. Sabemos que ninguno de los dos Estados va a entrar en el juego. Tendr¨ªamos entonces un conflicto (interno a ETA y su mundo) enquistado. Recordemos, por la experiencia anterior de la propia ETA y del GRAPO, que es suficiente un tipo trabajador, sin cerebro y con una pistola, para que siga viva la amenaza del terror.
Sigamos, sin embargo, considerando la mejor de las posibilidades: ETA saluda el documento con alborozo y anuncia que deja las armas, confiada en que se haga caso de las recomendaciones de los cinco de la foto. Bien, nos ponemos muy contentos. Y nos fiamos de ellos.
En ese caso, el final de la banda no habr¨¢ sido provocado por la Conferencia de Paz, sino al contrario: eso nos dar¨¢ la prueba de que ha sido montada para revestir de solemnidad y de patriotismo la soluci¨®n.
?Qui¨¦n ha montado la Conferencia? Gente cercana al mundo abertzale, con el apoyo y el consentimiento de nacionalistas pac¨ªficos, como los dirigentes del PNV, y de los socialistas partidarios del abrazo de Vergara que encabeza Jes¨²s Eguiguren. Estos ni siquiera han participado en la redacci¨®n del documento, lo que est¨¢ probado porque no les gusta el comunicado final. Pero han sido acompa?antes necesarios para que la apoteosis se produjera. "Tenemos la paz al alcance de la mano, no podemos desaprovechar esta ocasi¨®n hist¨®rica". Ya est¨¢ el eslogan. Pero quienes lo dicen se olvidan de una cosa, de que esa paz solo depende de que la decidan los que han estado matando hasta hace muy poco, los que llevan m¨¢s de 800 muescas en las cachas de las pistolas, los que siguen sin pedir perd¨®n a las familias de los que recibieron el tiro en la nuca. Aqu¨ª no ha pasado nada, pelillos a la mar.
El error es anterior al comunicado. El error es que algunos hayan ido a sentarse a Aiete. El error es haber negociado a destiempo y haber anunciado a destiempo que la democracia sabr¨ªa ser generosa cuando desapareciese ETA. Los aciertos ya los conocemos, y en esos aciertos -no se olvide- est¨¢ implicado Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, quien ha sido responsable de aplicar una firme pol¨ªtica decidida por un gran acuerdo que implicaba a la oposici¨®n y, sobre todo, a los partidos constitucionalistas vascos.
?Por qu¨¦ se ha legitimado lo de Aiete? Por la obsesi¨®n infantil de regalarles a los partidarios activos o pasivos de ETA una paz sin vencedores ni vencidos, un abrazo de Vergara, como ha preconizado en numerosas ocasiones Eguiguren.
Ahora resulta que el texto final de los sabios les gusta en su totalidad nada m¨¢s que a los partidarios de Bildu y, un poco, a los nacionalistas del PNV. ?Por qu¨¦? Porque el documento que anuncia el cese de la violencia es una decisi¨®n de su mundo, no habla de la barbarie del terror. Ha habido un conflicto, y se puede resolver si todo el mundo es generoso.
ETA no iba a ser argumento de pol¨ªtica electoral. Y, de golpe, lo es. Pero la campa?a la ha hecho Bildu, con el compadreo de alg¨²n tonto trabajador. Deje o no las armas la cuadrilla de asesinos, el argumento est¨¢ servido: Bildu es quien va a traer la paz a Euskadi, pese a la cerraz¨®n del Estado y al rencor de las v¨ªctimas de la otra parte. Porque las otras v¨ªctimas est¨¢n dispuestas a perdonarnos a los de este lado del conflicto. Gracias, hombre.
Jorge M. Reverte es periodista y escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.